Ni Pfizer ni Moderna se libran de la trombocitopenia, o al menos eso es lo que parece después de que la Agencia Europea del Medicamento (EMA, por sus siglas en inglés) ha recibido 13 informes sobre eventos de trombosis relacionados con estas vacunas.

Por el momento la EMA no va a abrir una investigación ya que "estas cifras son extremadamente bajas y no generan preocupación". Hay 11 casos relacionados con la vacuna de Pfizer y 2 casos con la de Moderna. No obstante, en la EMA seguirán atentos por si se dieran otros casos y analizará la gravedad de estos. Todos los casos se han dado en el Espacio Económico Europeo (EEE), integrado por la UE, Noruega; Islandia y Liechtenstein, según ha informado la agencia EFE este jueves.

Esto supone una diferencia con la vacuna para el coronavirus de AstraZeneca o Janssen; ya que los casos analizados fueron prácticamente todos de fuera de la Unión Europea. Sobre todo eran casos que se dieron en Reino Unido y Estados Unidos; dos de los países en los que más adelantada está la vacunación de la población.

Por el momento, los eventos trombóticos que la EMA vincula con la inmunización sigue tratándose de un efecto secundario "muy raro" de las vacunas que previenen la COVID-19.

¿Qué es la trombocitopenia?

La trombocitopenia es un déficit de plaquetas en la sangre. Esto puede suponer un problema si tenemos una herida, ya que las plaquetas son las encargadas de cerrarlas. Pero, ¿cómo se relaciona este déficit de plaquetas con las vacunas?

"Una explicación plausible para la combinación de coágulos de sangre y plaquetas bajas es una respuesta inmune, que conduce a una condición similar a la que se observa a veces en pacientes tratados con heparina"

EMA

Desde la EMA tienen una teoría. Y es que ocurre algo parecido con algunas personas que son tratadas con heparina. Es lo que se conoce como trombocitopenia inducida por heparina (HIT). "Una explicación plausible para la combinación de coágulos de sangre y plaquetas bajas es una respuesta inmune, que conduce a una condición similar a la que se observa a veces en pacientes tratados con heparina", indicó la agencia hace unas semanas. Esta respuesta inmune genera muchos trombos, por lo que se agotan las plaquetas.

La primera vacuna en ser sospechosa de producir trombocitopenias fue la de la Universidad de Oxford y AstraZeneca, también llamada Vaxzevria. Después se estudió la vacuna contra el coronavirus de Janssen por el mismo problema con los trombos. Al principio se pensaba que esta condición podían solo producirlas las vacunas de tipo vector adenoviral. Sin embargo, los trombos relacionados con Pfizer y Moderna, que son de ARN mensajero, apuntan a que quizás la clave no se encuentra en el tipo de vacuna. Pero eso tendrán que averiguarlo las agencias del medicamento.

No obstante, a pesar de estos eventos, la EMA insiste en que son "muy raros". Y que las vacunas contra el coronavirus son seguras a pesar de los eventos de trombos. Además, el balance coste-beneficio continúa siendo positivo para el uso de las vacunas contra la COVID-19 debido a la pandemia que vivimos.

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