Xiaomi ha presentado este lunes el Mi 11 Ultra, su smartphone más ambicioso del momento. Este se sitúa en lo más alto del catálogo de la marca, superando a teléfonos como el Mi 11 en aspectos como la cámara o el diseño. Pero las diferencias no se quedan ahí: el Mi 11 Ultra también destaca por una peculiar pantalla situada en la parte trasera que acompaña a las cámaras en un enorme recuadro negro.
¿Para qué sirve esta pantalla? Principalmente, para tomar selfies o vídeos haciendo uso de la cámara principal, que promete una muy buena calidad de imagen. Sin este elemento, lograr un encuadre acertado sería casi imposible.
¿Y por qué Xiaomi quiere que utilicemos la cámara principal para hacernos selfies? Porque insisten en que la cámara es realmente buena. El módulo trasero del Mi 11 Ultra está compuesto por tres sensores diferentes con las siguientes características:
- Principal. Sensor ISOCELL GN2 de 50 megapíxeles con estabilización óptica de imagen. Objetivo de apertura f/1,95.
- Gran angular. Sensor Sony IMX586 de 48 megapíxeles. Objetivo de apertura f/2,2.
- Teleobjetivo. Sensor IMX586 de 48 megapíxeles con estabilización óptica de imagen y un zoom óptico de 5 aumentos –hasta 120 aumentos digitales–. Objetivo de apertura f/4,1.
El Xiaomi Mi 11 Ultra no quiere destacar únicamente por sus cámaras
El Xiaomi Mi 11 Ultra, como no podía ser de otra forma, cuenta con el Snapdragon 888 de Qualcomm, el SoC más potente del momento en el ecosistema Android. Este impulsa una pantalla de 6,81 pulgadas con resolución QHD+, una tasa de refresco dinámica de 120 Hz y certificación tanto HDR10+ como Dolby Vision. El nivel máximo de brillo, según la marca, es de 1.700 nits, superando al Mi 11 en este sentido.
Bajo el capó del Mi 11 Ultra también se encuentran 256 GB de almacenamiento UFS 3.1, 12 GB de memoria RAM, conectividad 5G, Wi-Fi 6E, NFC y una batería de 5.000 mAh de capacidad. Esta, además, se puede cargar rápidamente a un máximo de 67 vatios (tanto por cable como inalámbricamente).
La parte trasera del Mi 11 Ultra, en un intento por diferenciarse de sus hermanos, no está fabricada en cristal, sino en cerámica. El chasis, además, es resistente al agua (IP68) y está disponible en dos colores: blanco y negro.
Por el momento, Xiaomi no ha confirmado cuándo saldrá a la venta este teléfono en occidente, pero sí ha anunciado que su precio será de 1.199 euros (para la versión de 12 GB de RAM y 256 GB de almacenamiento).