Hoy en día existe un gran número de métodos anticonceptivos, adaptados a todas las necesidades. Sin embargo, para parejas ocasionales los condones siguen siendo la mejor opción, puesto que son los únicos que también previenen infecciones de transmisión sexual. Eso sí, hay que usarlos bien. Es importante colocarlos correctamente, asegurar que no hay roturas y, en caso de inhalarlo, acudir a un médico. Esto puede parecer una broma, pero forma parte de una historia muy real, en la que una mujer fue tratada durante meses por una supuesta tuberculosis cuando, en realidad, su problema era que tenía un preservativo alojado en sus pulmones.
El caso, descrito en 2004 en National Library of Medicine, se catalogó como el primero de sus características. No es para menos, desde luego.
¿Problemas con los condones o tuberculosis?
La protagonista de esta historia fue una mujer de 27 años que acudió al hospital después de seis meses padeciendo tos, fiebre y una mucosidad muy espesa.
Cuatro meses antes, ya había sido atendida por otros sanitarios, que concluyeron que su cuadro clínico se correspondía con los síntomas de la tuberculosis. Por eso, se le recetó un tratamiento contra esta enfermedad, pero no se logró ninguna mejoría.
Ante esta situación, se optó por analizar sus esputos, en busca de la bacteria Mycobacterium tuberculosis, causante de esta patología. Pero el resultado fue negativo. Al parecer había otro problema, ¿pero cuál?
Para responder a esta pregunta, los especialistas que la atendieron decidieron realizarle un escáner torácico en el que sí detectaron algo que no iba bien. Se podía ver algún tipo de lesión en el lóbulo superior de su pulmón derecho. Al inspeccionar la imagen más de cerca, vieron que en realidad se trataba de un objeto, similar a una bolsa invertida, que se había asentado en el bronquio. Fue necesario intervenir quirúrgicamente para extraer el objeto. Se rompió un poco durante la extracción, pero aun así seguía viéndose claramente que se trataba de un condón. Solo faltaba saber cómo había llegado ahí.
El origen del accidente
Tras interrogar a la paciente y a su marido, ambos reconocieron que un tiempo antes del inicio de los síntomas habían tenido un percance practicando sexo oral.
Ella le estaba realizando una felación a él cuando, de repente, el preservativo se escurrió, provocándole un estornudo. Esto hizo que lo inhalara; pero, al no encontrarse mal inmediatamente después, no le dio importancia.
Esto generó un retraso en el diagnóstico por varios motivos. Para empezar, la primera vez que la mujer acudió al hospital no refirió el accidente con el condón y, al no ser una niña, no se valoró la posibilidad de que hubiese inhalado un objeto. Por otro lado, ella misma no le dio importancia, al tratarse de un objeto fino y elástico, que no tendría por qué obstruir las vías respiratorias. En efecto, no lo hizo. El problema es que favoreció la acumulación de mucosidad y, con ello, las infecciones.
Finalmente, la paciente y su marido sentían vergüenza por contar lo que les había ocurrido. Los condones perdidos en el cuerpo, normalmente en el interior de la vagina, son un motivo típico de visitas a urgencias, pero suelen generar muchos reparos. Si encima se ha extraviado por inhalación, es lógico que se mostrasen todavía más tímidos.
Afortunadamente, la mujer respondió bien al tratamiento. No obstante, podrían quedar pequeños fragmentos del preservativo en su interior, por lo que el estudio señalaba que podría tener que someterse a una nueva broncoscopia.
Sexo oral con protección
Muchas personas creen que los condones no son necesarios para practicar sexo oral. Sin embargo, las infecciones de transmisión sexual también pueden contagiarse de este modo.
Buen ejemplo de ello es el del virus del papiloma humano. Es bien conocido por poder provocar cáncer de cuello de útero. Pero también es posible que genere cáncer orofaríngeo. Por eso, el preservativo no deja de ser necesario por el hecho de que no haya posibilidad de embarazo.
Lo que esta pareja estaba haciendo era muy correcto, desde el punto de vista de la salud sexual. El problema estuvo en no contar el percance que tuvieron. Los problemas con los preservativos no siempre pasan por un pinchazo. También te los puedes tragar. Si te ocurre, pide ayuda. Por si acaso.