Wallapop, una de las startups por excelencia en España, sigue estando muy viva en lo que a rondas de financiación respecta. La tecnológica de compra venta de objetos de segunda mano acaba de anunciar el cierre de su séptima ronda de financiación por 157 millones de euros.

Es, de hecho, la operación más grande que la compañía española ha llegado a cerrar desde su fundación en 2013. Al menos sobre el papel: en los inicios de Wallapop, especialmente entre 2013 y 2015 cuando las rondas se sucedían unas tras otras, la máxima era la de no revelar el importe de las operaciones. Desde la perspectiva de la compañía, el hecho de publicar el dato no tenía ninguna relevancia para el producto o los usuarios, según explicaba uno de sus fundadores a Hipertextual ya en 2016.

Fue en 2018, con la marcha de los fundadores de Wallapop y la entrada de Rob Cassedy ocupando el puesto cuando se produjo el cambio. Ahora sabemos el importe de esta operación, cerrada en mitad de la pandemia, y la valoración que alcanza la tecnológica: 690 millones de euros. Aún lejos del estatus de unicornio.

En la operación, una larga lista de fondos internacionales. Korelya Capital, de origen francés y conocida en el sector de las startups de elite en España por su entrada en Glovo. Y junto a ellos también el surcoreano Naver, propietaro de Line. Para completar la operación, Accel, Insight Ventures, 14W, Northzone o Bullhound también han secundado la nueva ronda de Wallapop.

Junto al importe de la operación, la primera que cierran desde 2018, también se ha podido conocer el estado de las cuentas de la compañía. La realidad es que la situación de la pandemia por coronavirus ha relanzado la actividad de Wallapop. Pese a los cierres temporales por el confinamiento, los ingresos aumentaron un 50% en 2020 hasta los 25 millones aproximadamente; pero registrando aún pérdidas en su total. La larga trayectoria del servicio de entrega por mensajería, que Wallapop venía trabajando desde mucho antes del virus, ha sido una de las claves para mantener su actividad todo este tiempo. Un detalle que su competencia directa, Milanuncios, tuvo que poner en marcha justo después de los desconfinamientos para garantizar las entregas sin contacto.

También, y según explica Cassedy a Cinco Días, es la confirmación de que los conales de monetización y modelo de negocio funcionan. Este punto ha sido una de las asignaturas pendientes de Wallapop desde su fundación: conseguir monetizar su actividad sin perjudicar a los usuarios. Los productos patrocinados o el cobro por la pasarela de pago son algunos de los recursos a los que ha echado mano la compañía.

Wallapop mejor en España y sin salir a bolsa

wallapop

La experiencia de Wallapop fuera de España no fue del todo positiva. Ya lo intentó en 2016 con una suerte de fusión con Letgo -compañía estadounidense de origen español- para abordar el mercado norteamericano.

Dos años duró el idilio al otro lado del Atlántico, donde tenía que competir con los gigantes de los clasificados. En 2018, y ante unos malos resultados generales, Wallapop vendía la participación a Letgo de su mitad del negocio en Estados Unidos y volvía a los orígenes en España. Este, de hecho, fue también el fin de Agustín Gómez -uno de los fundadores de Wallapop- en su compañía. Relevado por Cassedy, que venía de Ebay, el futuro de Wallapop se centró en sentar las bases en España.

De hecho, hasta la fecha, Wallapop no ha vuelto a mencionar la idea de salir a conquistar otros países. Ni siquiera esta ronda de 157 millones va a servir de excusa para conquistar Europa, al menos de momento. Tampoco para salir a bolsa. Una de las eternas cuentas pendientes del panorama tecnológico en España tampoco conquista a la compañía de clasificados. De hecho, ninguno de los unicornios actuales tiene previsto -al menos de cara a la galería- poner sus acciones en bolsa.

La venta parece ser que tampoco es una de las opciones de Wallapop a corto o medio plazo. De hecho, esta opción es la que más ha resonado en el sector desde que la tecnológica comenzó a despuntar. Sin modelo de monetización, al menos al inicio, pero habiendo conquistado a los usuarios del país, el producto de Wallapop era un caramelo muy atractivo para un gran comprador; internacional seguramente. De momento, la cúpula de la compañía no tiene en mente esta posibilidad.

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