Aunque todavía queda un largo camino que recorrer y seguramente aún habrá momentos duros, esta semana hemos tenido algunas buenas noticias en relación con el coronavirus. El número de nuevos casos decrece en España, después de una gran tercera ola, pero también en buena parte del resto del mundo. Además, cada vez tenemos mejores datos sobre el poder de las vacunas. Los más recientes llegan a través de un estudio recién publicado en New England Journal of Medicine. En él, a partir de las cifras de la campaña de vacunación de Israel, se concluye que la vacuna de Pfizer tiene un 94% de efectividad. Podríamos pensar que no es un dato nuevo. Ya conocíamos el porcentaje de eficacia de esta vacuna contra el coronavirus desde noviembre. ¿Por qué lo recibimos como algo distinto?

Pues, básicamente, porque lo es. No es lo mismo eficacia que efectividad. En un inicio esta compañía anunció que su vacuna tenía un 90% de eficacia. Más tarde la cifra ascendió a un 95%, posicionándose a la cabeza del ránking del resto de candidatas que ya despuntaban. El número se parece, y eso es buena señal, pero hace referencia a parámetros distintos. Veamos en qué consiste cada uno de ellos.

La diferencia entre eficacia y efectividad

A grandes rasgos, la principal diferencia entre eficacia y efectividad es que el primer dato se obtiene a partir de datos de laboratorio, mientras que el segundo se extrae de los estudios realizados cuando la vacuna se administra a la población.

Por eso, de los ensayos clínicos se obtuvo un porcentaje de eficacia. Ahora, con más de un 81% de la población de Israel vacunada contra el coronavirus, sin duda este es el país que mejores datos podría aportar para medir la efectividad.

Por lo general, lo esperable es que la eficacia sea mayor que la efectividad. Al fin y al cabo, se mide en condiciones ideales. Cuando empieza a vacunarse a la población el entorno ya no está tan controlado y, además, la muestra es tan grande que se pueden incluir factores que no se tuvieron en cuenta durante el ensayo clínico.

Por eso es una gran noticia la cifra que llega desde Israel. El porcentaje de efectividad es prácticamente el mismo que el que se obtuvo de eficacia. Aún puede cambiar; pero, de momento, con 1’2 millones de participantes, la mitad de ellos vacunados, tenemos mucha más información para apoyar el buen hacer de la vacuna. Solo queda que se distribuya lo más rápido posible, que llegue también a los países más desfavorecidos y que la población que aún se encuentra temerosa pierda el miedo. Esto no ha hecho más que empezar; pero, al menos en lo que a ciencia se refiere, está siendo un gran comienzo.