Las polémicas en torno a las vacunas contra el coronavirus no paran de sucederse. Las hay de todo tipo, desde las que afirman que se encuentran detrás de la muerte de decenas de ancianos en Noruega, hasta las que aseguran que cuando nos vacunemos nos convertiremos en robots controlados por los grandes jefes del nuevo orden mundial. Algunas se desmienten solas. Otras, como las que apuntan a la posibilidad de experimentar efectos adversos graves, lo hacen con la publicación de informes como el que acaba de sacar a la luz la Agencia Española del Medicamento. Pero incluso después de estos desmentidos siguen saliendo más. Una de las últimas polémicas ha nacido en Alemania, después de que dos medios de comunicación nacionales alertaran de la baja eficacia de la vacuna de AstraZeneca en ancianos.
Supuestamente, los porcentajes en personas de más de 65 años no serían tan altos como en el resto de la población. De hecho, apuntan a solo un 8%. Sin embargo, son muchos los expertos que han avisado que no hay pruebas que contradigan lo que la compañía farmacéutica aseguró en un principio. Incluso el propio ministro de sanidad alemán, Jens Spahn, lo ha negado. Pero entonces, ¿de dónde salen estos datos?
¿Es más baja la eficacia de la vacuna de AstraZeneca en ancianos?
Las declaraciones sobre la baja eficacia de la vacuna de AstraZeneca en ancianos se publicaron casi simultáneamente en dos medios de comunicación alemanes: Handelsblatt y Bild.
El primero aseguraba que solo resulta eficaz en un 8% de los vacunados, mientras que el segundo era algo menos concreto, señalando que se trata de menos de un 10%. El revuelo estaba más que servido, pero pronto han comenzado los desmentidos.
Uno de los primeros ha sido el profesor Stephen Evans, de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres. En sus declaraciones, recogidas en Science Media Centre, ha explicado que no se pueden hacer estas afirmaciones en base a los datos publicados. Con el fin de intentar explicar lo ocurrido, señala que en el estudio sobre los ensayos clínicos publicado en The Lancet se aclaraba que los participantes de mayor edad se reclutaron más tarde, por lo que ha habido menos tiempo para recoger resultados. No obstante, de momento no parece ser que estos hayan apoyado las declaraciones vertidas por los periódicos alemanes.
Por otro lado, un portavoz de la Universidad de Oxford, desarrolladora de la vacuna junto a AstraZeneca, ha recordado que en las cinco publicaciones revisadas por pares de las que disponen muestran respuestas inmunitarias similares en adultos jóvenes y mayores. AstraZeneca ha hecho también su propio comunicado, con conclusiones similares.
¿De dónde viene ese porcentaje?
También en Science Media Centre, el profesor Adam Finn, de la Universidad de Bristol, ha señalado la misma situación que Evans. Los voluntarios de mayor edad se reclutaron más tarde. Esto podría llevar a la obtención de nuevos resultados al respecto, aunque por ahora ninguno parece contradecir que la eficacia sea similar a la de los jóvenes. Por eso, señala que no tiene ni idea de dónde puede provenir ese 8%.
Quien sí cree tener constancia de ello es el Ministro de Sanidad Alemán, quién ha desmentido las declaraciones de sus compatriotas. Según ha explicado en un comunicado, transmitido por medios internacionales como The Guardian, esas conclusiones fueron en realidad un baile de cifras, puesto que “alrededor del 8% de los participantes en los ensayos de eficacia de AstraZeneca tenían entre 56 y 69 años”.
Por lo tanto, al menos de momento, no hay ninguna prueba científica de que estos dos medios de comunicación alemanes estuviesen en lo cierto sobre la eficacia de la vacuna de AstraZeneca en ancianos. Por eso, sigue siendo una de las herramientas disponibles para alcanzar la inmunidad de grupo frente a la COVID-19. Si se demostrara que no es apta para personas de edad avanzada, sigue habiendo otras candidatas para los que aún no se han hecho este tipo de declaraciones. Pero solo si se demostrara sería necesario filtrar por edad. De momento, no parece algo necesario.