El consumo de drogas en grupo nos lleva a pensar en raves y, retrocediendo un poco más, fumaderos de opio. Sin embargo, parece ser algo mucho más antiguo. De hecho, según los hallazgos publicados recientemente en PNAS, podría ser una costumbre ya hace 400 años.

El estudio, llevado a cabo por científicos de la Universidad de Central Lancashire, gira en torno a Pinwheel Cave, una cueva de California en la que, al parecer, los indígenas de la época se reunían para consumir
escopolamina, entre otras drogas.

Una flor para señalar el lugar de la reunión

Las pinturas rupestres de esta cueva han llamado la atención de los científicos desde su hallazgo, en 1999.

En su techo, se puede ver en color ocre el dibujo de una especie de molinillo, acompañado de una polilla. Además, junto a estos dibujos se encontraron unas pequeñas estructuras formadas por restos masticados de plantas, llamadas quids.

Ahora, se sabe que tanto las figuras como los restos vegetales indicaban la finalidad que tuvo hace siglos aquella cueva: el consumo de drogas en grupo.

Llegaron a esta conclusión por tres razones. Para empezar, el remolino parece representar una flor de Datura wrightii. Esta es una planta conocida por albergar sustancias alucinógenas, entre las que se encuentra la famosa escopolamina. Los escritos de misioneros e historiadores relatan que los indígenas Chumash solían recurrir a estos compuestos, tanto con fines medicinales como rituales. Además, se creía que confería a quien la tomaba poderes sobrenaturales que le permitían alejar fantasmas y ver el futuro, entre otros dones.

Cabe destacar que en un principio puede no parecer una flor de Datura. No obstante, se sabe que, mientras que al anochecer y el amanecer se despliegan para atraer a los insectos polinizadores, durante las horas de mayor calor encogen sus pétalos, tomando apariencia de remolino.

Por otro lado, el insecto parece ser una polilla halcón, conocida por su vuelo alocado después de succionar el néctar de la Datura.

Un lugar para consumir drogas en grupo

La última prueba con la que estos científicos han concluido que la cueva estaba destinada al consumo de drogas en grupo se basa en los quids.

El análisis de estos bultos pegados al techo determinó que procedían de masas de hojas que se habían triturado y masticado. Se hallaron restos de diversas plantas, pero la mayoría de ellos contenían extractos de alucinógenos como la escopolamina y la atropina.

A pesar de todo, los investigadores creen que los autores de los dibujos no debían estar drogados en el momento en el que los realizaron. Estos compuestos provocan gran debilidad al consumidor, por lo que no podría haber hecho unos trazos tan claros.

Por lo tanto, lo probable es que estuvieran habilitando la zona para el consumo de drogas en grupo. Queda así desmentido el mito del chamán solitario. Parece ser que los indígenas americanos sabían hacer sus propias raves. El fin no era lúdico, pero cada cual es libre de elegir el objetivo de sus alucinaciones. Eso sí, ellos no sabían sus peligros, hoy tenemos motivos suficientes para saber que, en grupo o en solitario, la mejor opción siempre es decir no a las drogas.