El nuevo spin-off de la serie The Walking Dead (Frank Darabont y Angela Kang, desde 2010) —segundo tras Fear the Walking Dead (Dave Erickson y Robert Kirkman, desde 2015), si no se cuentan los webisodios y las breves miniseries, y también ambientado en el apocalipsis zombi al estilo de La noche de los muertos vivientes (George A. Romero, 1968)— se llama The Walking Dead: World Beyond (Scott M. Gimple y Matthew Negrete, desde 2020), y ha estrenado hace muy poco su capítulo Brave (1x01), que no nos ha dejado muy buenas impresiones. Aunque tal vez la serie se redima en el futuro.
Cuatro de los personajes principales, por lo que hemos visto, son las hermanas Iris y Hope Bennett, interpretadas por Aliyah Royale (The Red Line) y Alexa Mansour (The Resident), Elton Ortiz y Silas Plaskett, a los que encarnan Nicolas Cantu (The Good Place) y Hal Cumpston (Bilched); cuatro jóvenes supervivientes de la hecatombe. Es lo que suponemos porque son los cuatro que inician juntos un peligroso viaje al final de Brave, y dos de ellos tienen un vínculo trágico de entonces que ignoran pero cuyo drama terrible seguramente estallará en algún momento de esta primera temporada de World Beyond.
Cuando la niña Hope (Samantha Lorraine) intentaba ponerse a salvo con su madre, Kari Bennett (Christina Marie Karis), habiendo sido separadas de Iris (Maliyah Monae Kellam) y su padre, el doctor Leo Bennett (Joe Holt) en mitad del horror caótico de los aviones que se precipitan sobre Omaha, una mujer encinta les impide usar un coche abandonado a punta de pistola, porque quiere reunirse con sus familiares, y asesina a Kari de un tiro. Probablemente no lo deseaba, pero eso no impide tampoco que Hope la mate a ella de igual forma por lo que acaba de hacer. Y, tras contemplar una vieja foto a la que Elton le echa un vistazo casi en el cierre del episodio, descubrimos que esa mujer era su madre desaparecida.