Instagram y Britney Spears

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"Liberad a Britney". #FreeBritney. Para los fans de Britney Spears, poco más hay que decir. El hashtag se ha convertido en un movimiento al que también se han unido celebridades como Miley Cyrus y Paris Hilton y que tiene solamente un objetivo: que Britney pueda ser dueña de su vida, algo que no puede hacer desde que empezó a vivir bajo la tutela legal, sanitaria y económica de su padre en 2008. La historia de la cantante va mucho más allá de sus escándalos en la década pasada -cuando se rapó el pelo y pegaba a los paparazzis con un paraguas-. Es también la historia de cómo uno de los casos más inquietantes de la industria de la música ha revivido años después en forma de lucha para pedir justicia. Todo gracias a las redes sociales, específicamente, a Instagram.

Britney Spears no puede hacer muchas cosas. No puede salir de su casa sin que su padre lo sepa, no puede comprarse algo sin el consentimiento de su padre. Prácticamente no puede hacer nada sin que su padre dé el visto bueno. En 2008, la cantante pasaba por un problema de salud mental que provocó que Jamie Spears tomara el control de absolutamente todo. Más tarde, el mismo trastorno la llevó a perder la custodia de los hijos que tuvo con Kevin Fedrline y que ahora mismo comparten.

"Si no estuviera bajo estas restricciones, me sentiría más liberada. No hay emoción, no hay pasión. Cuando vas a la cárcel, sabes que hay un tiempo y que después vas a salir. Pero esta situación no termina nunca". Estas palabras, dichas por Spears en el documental de la MTV For the Record fueron la prueba de que Britney no llevaba la vida que quería. Free Britney fue la respuesta de sus fans a esta situación y ya en 2009 empezó a popularizarse el movimiento. Hasta que, este verano, volvió con más fuerza que nunca después de que la cantante pidiera un cambio en su tutela. Sin embargo, la justicia falló en su contra y Jamie Spears seguirá siendo su responsable absoluto hasta febrero de 2021.

Llamadas de ayuda encubiertas en Instagram

Si Britney escribiera un libro, seguramente tendría mucho que decir. En este momento no podría hacerlo, no al menos sin que su padre supervisara lo que escribe y puede ser que no le gustaran muchas de las cosas que su hija tendría que decir. Pero los seguidores afirman que Britney está contando su realidad de una manera distinta. En Instagram, la que fue la reina del pop empezó a subir imágenes que llamaron la atención de los seguidores. Ojos tristes, miradas a cámara como queriendo decir algo que no llega a decir… lo suficiente para que los fans se preocuparan y empezaran a ver su cuenta de Instagram como un canal en el que Britney quiere dar la voz de alarma.

Al igual que con su vida, sus redes sociales pasan por un filtro, pero sus seguidores se siguen alarmando porque ven cosas extrañas en sus publicaciones. A través de los comentarios, le preguntan si se encuentra bien y uno de ellos hasta le dijo que si vistiera con algo de color amarillo si necesitaba ayuda. En su siguiente post, Britney Spears llevaba un top amarillo. Puede ser una casualidad pero para los fans no lo es, sobre todo para aquellos que miran con lupa cada publicación y han visto cómo lleva durante varios días la misma ropa. No una vez, sino que repite muchas veces, lo que les llama la atención. La cantante dijo que estaba preparando un proyecto y que por eso repetía conjunto pero los seguidores siguen pensando que aquí hay gato encerrado.

La historia de Spears es para sus fans una historia de injusticia e Instagram es la herramienta para intentar saber más sobre la vida diaria de la cantante pop y también para denunciar. El caso de Britney es especial porque, si los seguidores tuvieran razón, estaríamos hablando de una manera de visibilizar la "cárcel" en la que vive pero de la cual no puede hablar. Sin embargo, la situación de Spears es un ejemplo de cómo los seguidores han visibilizado en redes sociales las injusticias o engaños a sus cantantes o actrices favoritas.

Instagram, hogar de apoyo y lucha más allá de Britney Spears

Antes de #FreeBritney, también hubo un Free Kesha para apoyar a la cantante después de que presentara una demanda por abuso sexual y manipulación por parte de su manager y productor. Y la también cantante y pianista Fiona Apple tuvo el apoyo de sus fans para liberarse de un contrato discográfico con el que buscaban aprovecharse de ella. Los seguidores de estas dos mujeres se unieron a su causa y las apoyaron con hashtags y comentarios. En redes sociales han llegado a hacer campañas para visibilizar las injusticias. Pero, además, también han sido un gran apoyo para otras muchas celebridades que han hablado de sus problemas en plataformas como Instagram.

Demi Lovato es una de ellas. En 2011 empezó a hablar de su trastorno bipolar, la ansiedad que padece y de sus trastornos alimenticios. Con los años, fue dando más detalles y su cuenta de Instagram ha sido la herramienta para hacerlo. La de Lovato también es una historia de injusticias: la cantante y actriz afirmó que Disney fue un factor clave en el desarrollo de sus trastornos y que solía tener gente vigilándola día y noche antes de una sesión de fotos para asegurarse de que no comía nada. Los fans de Lovato, como hicieron con Britney, no han dejado de mostrarle su apoyo.

Algo parecido sucedió con la actriz Lily Collins, que ha hablado en varias ocasiones sobre la anorexia que padeció. En Netflix, fue la protagonista de Hasta los huesos, una película centrada en su trastorno. En redes sociales, Collins explicó cómo llevó el proceso de ponerse en la piel de una chica que había pasado por lo mismo que ella. Tuvo que perder peso para rodar la película, aunque estuvo en todo momento controlada por un especialista y por su madre.

Un caso parecido es el de Jameela Jamil, la actriz de The Good Place que también fue víctima de un trastorno alimenticio. En su caso, ha acabado convirtiéndose en activista para hacer campaña contra el concepto del "cuerpo perfecto" y los productos dietéticos de los que ella fue víctima cuando era joven.

Los seguidores de las famosas han estado siempre de su lado para apoyarlas y, como en el caso de Britney, ir más allá y preocuparse sin que la cantante muestre sus sentimientos con total sinceridad. Algo parecido ha ocurrido en varias ocasiones con las hermanas Olsen, cuyo estado de salud ha sido motivo de alarma para los fans en redes sociales.

No todas pudieron hacerlo

En los últimos años, las celebridades han contado muchos de sus problemas a través de Instagram o cualquier otra red social pero no siempre ha sido así. Muchas famosas han admitido que los problemas que sufrieron en los 90 se hubieran sobrellevado de otra manera si hubieran podido tener una plataforma para expresar cómo se sentían o la red de apoyo de sus fans. Como Mariah Carey. La cantante se casó con 23 años con un ejecutivo de la industria de la música que tenía en ese momento 43 años. Desde que empezó su matrimonio, Carey estuvo bajo el yugo de su marido y no podía hacer casi nada sin su consentimiento; solamente podía relacionarse con las personas cercanas a él y hasta tenía agentes de seguridad en la mansión en la que vivían para vigilarla. "No podía salir ni hacer nada con nadie. No podía moverme libremente en mi propia casa", escribió Carey en unas declaraciones recopiladas por The Atlantic.

El "cautiverio" en el que vivía la cantante también le pasó factura y los paparazzi cubrieron más de una crisis de Mariah Carey. Su historia, en realidad, no difiere mucho de la de Britney Spears, aunque esta última podría tener ahora un desahogo en Instagram, algo que Carey nunca tuvo. "Todos los artistas tienen ahora una voz sin filtros y enormes plataformas públicas a través de redes sociales. Nuestros fans pueden venir en nuestra defensa y crear un frente unido", continuó la cantante de All I want for Christmas is you.

Esta protección a la que se refiere Carey es la que han tenido otros famosos y que ahora se centra en Britney Spears, a pesar de que ella no hable abiertamente de la realidad de su situación. Puede ser que Spears tenga una manera diferente de comunicarse en redes y que sus silencios y miradas no tengan detrás la llamada de auxilio que sus seguidores creen. Pero también es posible que Instagram sea el único espacio en el que puede acercarse a decir lo que piensa. Si pocas veces los seguidores han apartado la mirada de la cantante, ahora todavía menos.

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