Seis de cada diez coches vendidos en Europa son coches de empresa y casi todos funcionan a gasolina o diésel, representando unos 32.000 millones de euros en subsidios anuales. El dato lo arroja un nuevo estudio presentado por la agencia Transport & Enviroment.
Según explican, si decidieran cambiar sus flotas a coches eléctricos, el ahorro representaría unos 4.300 euros de media por vehículo. Esto es, tomando en cuenta que el costo total de propiedad es 9% menos que un diésel.
A pesar del dato, el 96% de las matriculaciones de coches nuevos para empresa durante 2019 corresponde a automóviles con motor de combustión.
Además, a medida que los vehículos eléctricos se popularicen, su costo de utilización ira descendiendo al igual que sus precios, a medida que la gama de modelos disponibles aumente.
Avanzando hacia los objetivos de reducción de CO2
La transición hacia lo eléctrico de las flotas de vehículos de empresa con uno de los sectores más importantes para el cumplimiento de reducción de gases contaminantes a la atmósfera de países europeos.
Las conclusiones del informe de T&E, profundizan en el impacto que tendría para el medio ambiente:
El hecho de que hoy por hoy seis de cada diez coches vendidos en Europa sean coches de empresa hace que electrificar dicho sector sea una “presa fácil” para los gobiernos, algo que podrían aprovechar para avanzar hacia el cumplimiento de sus objetivos climáticos nacionales. Esto también generaría una oferta de vehículos eléctricos económicos de segunda mano para el mercado de coches usados. T&E señaló que para 2025, como tarde, las empresas de leasing únicamente deberían comprar coches de emisión cero.
Además exhortan que los gobiernos de la Unión Europea deberían reformar su esquema de impuestos. En particular las tasas impositivas de retribución en especie, las devoluciones de IVA y las amortizaciones para los coches de combustibles fósiles de las flotas corporativas. Es decir, reducir subsidios hacia los vehículos de diésel o gasolina y dedicarlos a los eléctricos.
Directivas más ambiciosas para incentivar la transición a la movilidad eléctrica
De acuerdo a Saúl López, responsable de movilidad eléctrica de T&E:
Los coches de empresa hacen más kilómetros, por lo que contaminan más. Son el punto de partida perfecto para comenzar a gestionar la crisis del aire tóxico y el impacto climático del transporte por carretera.
Por último, T&E considera que la Unión Europea debería convertir su Directiva sobre infraestructura para los combustibles alternativos en un reglamento mucho más ambicioso sobre puntos de recarga de eléctricos. De esa forma acelerar el despliegue de puntos de carga en domicilios, lugares de trabajo y las en las calles de las ciudades.
El estudio, en su totalidad, está disponible para su descarga en formato PDF.