Más allá de la pandemia, el 2020 está siendo un año peculiar por otros muchos motivos, buena parte de ellos relacionados con la fauna. Algunos, como la pantera de Granada o el cocodrilo de Valladolid, son fruto del miedo, la sugestión y, ¿para qué negarlo?, la necesidad de risas que nos hagan olvidar la pesadilla que estamos atravesando. Sin embargo, otros son tristemente ciertos. Buen ejemplo de ello son las muertes masivas de elefantes en Botsuana, o las de pájaros en Estados Unidos. Llaman especialmente la atención en un año como este, aunque son similares a otros sucesos acaecidos en momentos en los que las desgracias estaban menos concentradas. Pero lo que sí que no se había visto nunca es un grupo de orcas atacando barcos repetidamente en un periodo corto de tiempo.
Y eso precisamente es lo que ha ocurrido en los dos últimos meses en aguas de España y Portugal. Los primeros ataques se registraron en el Estrecho de Gibraltar, pero continuaron por las costas de Portugal y pasaron después a Galicia, donde tres barcos han reportado avisos en una sola semana. Si bien hay algunas teorías, ningún experto se atreve a dar una explicación segura para estos sucesos. Para eso queda aún mucha investigación por delante.
¿Por qué están las orcas atacando barcos?
“La única respuesta clara a lo que está pasando es que nadie tiene ni idea”. Con estas palabras empieza su explicación a Hipertextual Juan Antonio Romero, un miembro del consejo científico de la Fundación Oceanográfic, que conoce muy bien a las orcas, pues ha navegado y buceado junto a ellas por todo el mundo.
En realidad, no es la primera vez que ocurre. Hay registros de algunas situaciones puntuales a lo largo de la historia, en diferentes puntos del globo, pero nunca había ocurrido tantas veces en tan poco tiempo.
Los ataques reportados en España y Portugal son muy raros, pero también muy similares entre sí. Los animales se acercan a barcos de vela y embisten contra ellos, cebándose especialmente con el timón. Esto último podría ser un detalle sin importancia, pero en realidad es el motivo por el que muchos científicos y navegantes, entre ellos el propio Romero, se decantan por la opción de que sean orcas jóvenes jugando. “Para mí lo más lógico es que sean juveniles, que son los más curiosos y aventureros”, comenta al otro lado del teléfono. “Nunca ha habido un caso de ataque de orcas al hombre, ni dentro del agua ni fuera. Por eso, la teoría es que en realidad se hayan dado cuenta de que al dar un golpe al timón se para y pueden jugar con él”.
La otra teoría a la que señalan algunos expertos es que sea una madre enseñando a sus crías a cazar. Otras personas apuntan a que los cetáceos se estén mostrando agresivos con motivo de la pesca de atunes que les deja sin alimento. “A mí esta teoría no me cuadra, porque siempre ha habido pesca de atunes en el estrecho y esto nunca ha ocurrido”, recuerda. “Sí que se han dado casos en los que roban el pescado, pero nunca atacando a los barcos”.
Además, los pescadores han buscado formas de disuadirlas, mediante actos como lanzarles ladrillos a la cabeza, por lo que cada vez muestran más recelo a robar los atunes.
Primer paso: ¿son las mismas orcas?
Para saber el motivo por el que están estas orcas atacando barcos el primer paso es averiguar si siempre son las mismas.
Que se hayan documentado los ataques en lugares tan alejados podría llevar a pensar que no, pero en realidad es algo más que posible. “Sería normal que sean las mismas, porque son animales que van subiendo detrás del atún por toda la costa, dese el Estrecho hasta Galicia, pasando por Portugal, y de ahí a mar abierto o por las costas francesas”, aclara el científico.
Existen dos formas de identificar ejemplares. La primera, y posiblemente la más obvia, a través de su ADN. Sin embargo, si no es posible tomar muestras, sí que se puede comparar la forma de su aleta dorsal en diferentes fotografías. “Ya hay especialistas en Galicia dispuestos a estudiar el caso, pero de momento no hay nada”.
Saber si es un solo grupo de orcas es muy importante, ya que si se muestra que sí son las mismas se les podría hacer un seguimiento y comprobar qué ocurre el año que viene. Si cesan las noticias de orcas atacando barcos significará que, en caso de que el juego sea el motivo, las adolescentes se hicieron mayores y su curiosidad por los timones ya ha terminado.
No, no son ballenas asesinas
Estos ataques están empezando a causar miedo entre las personas que trabajan en el mar o que navegan en embarcaciones de recreo, por la extendida imagen de las orcas como ballenas asesinas. Sin embargo, este es un título injusto si tenemos en cuenta las historias reales, más allá del cine. “Esta forma de llamarlas tiene su origen en una película de los años 70, llamada The killer whale, pero no se corresponde con la realidad”.
Romero hace referencia a varios ejemplos que muestran lo inofensivas que son las orcas. En los años 70, por ejemplo, se documentó el caso de un grupo de orcas que hundió un catamarán con varios pasajeros a bordo. Se trató de un caso aislado, nada que ver con lo que está ocurriendo ahora en aguas españolas y portuguesas. Sin embargo, supuso un gran susto para las personas que viajaban en el barco y lograron salvar la vida gracias a unas balsas en las que más tarde fueron rescatados. A pesar de la indefensión que esto supondría de cara a las orcas, estas no les hicieron ningún daño.
Como tampoco se lo hicieron a Judie Johnson, la mujer que en 2018 nadó junto a tres de ellas durante una hora en la playa de Hahei, en Nueva Zelanda.
En definitiva, sea cual sea el motivo por el que se dan estos casos de orcas atacando barcos, la agresividad no parece ser ni mucho menos una razón plausible. Probablemente solo quieran jugar, como lo haría un niño de 3 metros y 200 kilos de peso que encuentra un nuevo sonajero. Su intención no es hacer daño, aunque quienes se crucen con él puedan llevarse un buen susto.