En 2015, la química china Tu Youyou fue galardonada con el Premio Nobel de Medicina por el hallazgo de un tratamiento contra la malaria basado en la medicina tradicional de su país. Cinco años después, en mitad de una pandemia global, la población se enfrenta a miles de bulos y falsos remedios contra la COVID-19. Muchos de ellos están constituidos por hierbas, como el fármaco desarrollado por la científica asiática. Sin embargo, hay un abismo entre cada caso. Ella usó las plantas como fuente de su ingrediente principal, pero le agregó una buena dosis de investigación basada en la evidencia. La mayoría de remedios que podemos comprar en el herbolario no han pasado por ahí. Por eso, que la Organización Mundial de la Salud (OMS) haya aprobado los ensayos clínicos de un remedio basado en hierbas contra el coronavirus es una buena noticia.

Lo ha anunciado este fin de semana el Comité Regional de Expertos en Medicina Tradicional para COVID-19, formado por la Organización Mundial de la Salud, el Centro Africano para el Control y la Prevención de Enfermedades y la Comisión de Asuntos Sociales de la Unión Africana.

Hierbas contra el coronavirus basadas en la evidencia

El procedimiento al que ha dado luz verde la OMS ha sido la fase III de un ensayo clínico para probar la eficacia de un compuesto basado en hierbas contra el coronavirus.

Se trata de un tratamiento constituido por plantas típicas de la medicina tradicional africana. La noticia llega poco después de que se creara un gran revuelo con una bebida a base de artemisia, promocionada por el presidente de Madagascar. Si bien se logró comercializar a otros países del continente, fue recibida con mucho recelo por la comunidad científica. Y no es para menos. Fue precisamente un compuesto extraído de la artemisia el que le dio el Nobel a Tu Youyou después de salvar miles de vidas. Pero este “jarabe” no se había investigado ni había pasado por los pasos necesarios para corroborar tanto su eficacia como su seguridad.

En cambio, el tratamiento cuyos ensayos han sido aceptados por la OMS sí podría hacerlo. Tras la fase III habrá información sobre su eficacia, su seguridad y las dosis adecuadas para optimizar ambos parámetros. Esa es la diferencia entre tomar directamente los compuestos naturales y experimentar con ellos hasta obtener fármacos eficaces.

La naturaleza cuenta con un arsenal magnífico para el tratamiento de todo tipo de patologías. Incluso puede esconder el secreto para luchar contras las bacterias resistentes antibióticos. Por supuesto también puede contener compuestos eficaces contra múltiples virus, incluido el SARS-CoV-2, pero es necesario investigarlos a fondo.

La importancia de acelerar los protocolos

En el comunicado emitido por la OMS sobre estas hierbas contra el coronavirus, su director regional africano, Prosper Tumusiime, declara la necesidad de fortalecer los sistemas de salud y acelerar los programas de investigación y desarrollo, incluso sobre medicinas tradicionales. Explica que, a través del Foro Regulador de Vacunas Africanas, ahora hay un punto de referencia sobre el cual se pueden evaluar y aprobar los ensayos clínicos de medicamentos y vacunas en la región en menos de 60 días.

No obstante, según añade en el mismo informe el profesor Motlalepula Gilbert Matsabisa, presidente del Comité de Expertos, la adopción de los documentos técnicos garantizará que se generen pruebas clínicas universalmente aceptables de la eficacia de los medicamentos a base de hierbas para el tratamiento de la COVID-19 sin comprometer la seguridad de los participantes.

Cualquier ayuda es bienvenida en una lucha como esta. No debemos aceptar las pseudociencias, pero tampoco rechazar los tratamientos obtenidos de la medicina natural simplemente por el hecho de tener ese origen. La última palabra la tendrá la verdadera ciencia. Por eso son tan necesarios los ensayos clínicos.