William C. Campbell, Satoshi Ōmura y Youyou Tu han ganado el **Premio Nobel de Medicina de 2015**, un galardón que reconoce sus esfuerzos en el desarrollo de la avermectina y la artemisina, dos fármacos empleados en el tratamiento de enfermedades parasitarias como la elefantiasis, la ceguera de los ríos o la malaria.
El reconocimiento de la Real Academia de Ciencias de Suecia es también un premio a la investigación en microbiología, parasitología y biotecnología. ¿Pero acaso refrenda la medicina tradicional china? La afiliación de Youyou Tu, adscrita a la China Academy of Traditional Chinese Medicine, concentró buena parte de las preguntas de los periodistas durante la rueda de prensa del Nobel de Medicina de 2015. ¿Cuál es el papel que ha jugado la medicina tradicional china en el galardón de este año?
La lucha contra la malaria
La malaria es una enfermedad causada por Plasmodium falciparum, un parásito que se transmite al ser humano por la picadura de mosquitos infectados del género Anopheles. Tradicionalmente se habían utilizado fármacos como la quinina, la cloroquinina o la sulfadoxina-pirimetamina en el tratamiento de la malaria, hasta que aparecieron los primeros parásitos resistentes. La resistencia observada durante la década de los setenta y de los ochenta frenó la lucha contra la enfermedad, revirtiendo la tendencia positiva sobre la supervivencia infantil.
Por fortuna, Youyou Tu centró su trabajo en la búsqueda de alternativas a estos medicamentos. Lo hizo tras especializarse en farmacología en la Universidad de Pekín, y estudiar las bases de la medicina tradicional china durante dos años y medio. Después fue nombrada investigadora en la Academy of Chinese Medicine, hoy conocida como China Academy of Chinese Medical Research. Allí realizó importantes avances en biomedicina a través de dos campos: la creación (mediante la invención) y la revelación (gracias a los descubrimientos).
La aparición de resistencias a los medicamentos tradicionales llevó a muchos científicos a buscar alternativas a los agentes antimaláricos. Una de esas investigadoras fue precisamente Youyou Tu, que comenzó a estudiar más de 2.000 preparaciones medicinales empleadas en China. Lo hizo, sin embargo, aplicando el método científico: planteando hipótesis, llevando a cabo experimentos sobre los principios activos vegetales y confirmando los resultados mediante la observación y las pruebas realizadas.
Investigación y conocimiento tradicional
Así fue como encontraron inicialmente 640 candidatos de interés. A pesar de este pequeño avance, la primera búsqueda fue infructuosa. Hasta que se toparon con los extractos procedentes de la planta Artemisia annua, que parecían ser efectivos contra la malaria. Al tratar de reproducir los experimentos en el laboratorio, sin embargo, el equipo de Youyou Tu no obtuvo ningún éxito.El método científico aplicado a la medicina tradicional logró caracterizar la artemisina y probar su eficacia
Este fracaso inicial llevó a Tu a aplicar los conocimientos que tenía sobre la medicina tradicional china. Para ello realizó una revisión en detalle de la literatura, búsqueda que le ayudó a encontrar un libro firmado por Ge Hong. En esa publicación se hablaba del qinghao (el nombre asiático de la planta), y se comentaba que para emplearla, se debería "disolver un puñado en dos litros de agua, exprimir el jugo y beberlo".
La receta de Ge Hong le sirvió a Youyou Tu para plantearse el fallo que podrían haber cometido en sus experimentos iniciales. Tal vez el calor empleado para extraer los agentes antimaláricos de la planta había provocado su destrucción, en lugar de la purificación deseada. El 4 de octubre de 1971, Tu consiguió separar el compuesto activo contra la malaria, como demostrarían las pruebas en ratones y primates.El Nobel de Medicina de 2015 ha premiado la investigación de Youyou Tu sobre la artemisina
Sus resultados fueron publicados en la revista Yao Xue Xue Bao en 1981, un artículo que marcaría un punto de inflexión en la búsqueda de nuevos medicamentos contra la malaria. La propia Organización Mundial de la Salud abordó en un encuentro de 1993 el uso de este compuesto extraído a partir del qinghaosu, que pasó a denominarse popularmente artemisina.
Youyou Tu había conseguido algo que parecía imposible: impulsar el desarrollo de una nueva clase de fármacos antimaláricos en un momento en el que la comunidad científica estaba en un "callejón sin salida" en la lucha contra esta enfermedad. Lo hizo, como recalcaron en la rueda de prensa del Nobel de Medicina de 2015, inspirándose en la medicina tradicional china y buceando en su literatura. Pero la comprobación experimental se hizo aplicando el método científico convencional.
"En la medicina tradicional china hay de todo, lo importante es aplicar el método científico a este conocimiento", señala a Hipertextual la Dra. Carmen Pérez Morales, profesora titular del Departamento de Biodiversidad y Gestión Ambiental de la Universidad de León. Esta investigadora, especializada en el estudio de plantas medicinales, comenta también que "si se aplica el método científico a la medicina tradicional, esta es perfectamente válida". Para ello, se deben extraer los principios activos de las plantas, caracterizarlos y realizar ensayos clínicos que demuestren su seguridad, no toxicidad y eficacia en una determinada indicación terapéutica.
"Todas las plantas son medicamentos en potencia", apunta Pérez Morales, que cita como ejemplos a fármacos como la aspirina, la quinina, la digitalina o los alcaloides opiáceos, derivados de plantas. "Lo que determina si un compuesto es un veneno o un medicamento es la dosis", comenta la científica. Para averiguar su efecto y comprobar la dosis adecuada, es necesario realizar ensayos clínicos, como los que se llevaron a cabo con la artemisina purificada por Youyou Tu.Los extractos de la medicina tradicional deben superar las mismas pruebas para ser incorporados en la práctica clínica
La misma Tu lo explicó en un artículo publicado en *Nature Medicine*, en el que comentó los esfuerzos por llevar a cabo los ensayos clínicos pertinentes y la difusión de su descubrimiento. Como ella misma comentaba, existen más extractos y compuestos que pueden ser hallados a partir del conocimiento tradicional, pero que deben superar las mismas pruebas para ser incorporados en la práctica clínica.
En otras palabras, el Nobel de Medicina de 2015 no ha respaldado la medicina tradicional china ni prácticas de carácter pseudocientífico. El galardón ha premiado el trabajo de una investigadora que supo utilizar el método científico para comprobar que lo que se había usado durante miles de años podía tener una explicación racional, que ha conseguido cambiar el tratamiento de la malaria en las últimas décadas.