La falta de sueño, por desgracia, nos afecta en nuestro día a día. Más allá del cansancio, la falta de concentración, la irritabilidad o torpeza que produce no dormir lo suficiente, también hay estudios que apoyan que la falta de sueño aumenta la susceptibilidad a resfriados y las enfermedades crónicas. Pero ahora sabemos más de la falta de sueño: una nueva investigación de la Universidad de British Columbia (UBC) apunta que no dormir lo suficiente también te puede quitar la alegría de vivir. O, al menos, te hace menos positivo ante la vida.
El estudio, realizado por la profesora asistente y psicóloga Nancy Sin, se ha hecho a partir de encuestas a casi 2.000 adultos de entre 22 y 84 años. Se hizo una evaluación previa sobre la situación de los participantes y, después, Sin y su equipo analizaron la duración del sueño y cómo las personas respondieron a situaciones negativas y positivas al día siguiente. "Los participantes informaron sobre sus experiencias y la cantidad de sueño que habían tenido la noche anterior en entrevistas telefónicas diarias durante ocho días", explican desde la UBC.
Más sueño, más positivo
La investigación concluye que la cantidad de sueño y la positividad de las personas está muy relacionado. Es decir, una persona con falta de sueño, tenderá a ser más emocional y le costará enfrentarse a los eventos positivos y negativos del día. Mientras que una persona con un buen sueño, experimentará los eventos positivos como aún mejores.
"Cuando las personas experimentan algo positivo, como recibir un abrazo o pasar tiempo en la naturaleza, normalmente se sienten más felices ese día", cuenta Sin. "Pero descubrimos que cuando una persona duerme menos de lo habitual, no tiene tanto impulso en las emociones positivas de sus eventos positivos".
"Incluso las fluctuaciones menores de una noche a otra en la duración del sueño pueden tener consecuencias en la forma en que las personas responden a los eventos de su vida diaria", añadió la psicóloga.
A pesar de que la falta de sueño sí parece afectar a la positividad con la que nos enfrentamos a la vida, el estudio no encontró vínculos entre la duración del sueño y la negatividad. Por lo que esto "sugiere" que el sueño es muy importante para la positividad, según señala el equipo de Sin en su estudio. También han querido comprobar si las reacciones a los eventos del día predijeron la calidad del sueño posterior, ya que hay estudios anteriores que dicen que sí y otros que no. En el caso del Sin y sus compañeros, no han logrado confirmarlo.
Enfermos crónicos y falta de sueño
Mientras que la falta de sueño provoca que seamos menos positivos, el estudio indica que el efecto contrario también se da. Es decir, un sueño prolongado hace que los eventos positivos parezcan aún mejores y protege de los efectos del estrés diario. Sin y su equipo, además, han encontrado que los efectos son aún mayores en las personas con problemas crónicos de salud. Estos problemas suelen estar relacionados con enfermedades cardíacas, diabetes, dolor crónico o cáncer.
“También estábamos interesados en saber si los adultos con enfermedades crónicas podrían obtener un beneficio aún mayor del sueño que los adultos sanos. Para aquellos con problemas de salud crónicos, encontramos que dormir más tiempo, en comparación con la duración habitual del sueño, dio lugar a mejores respuestas a las experiencias positivas del día siguiente".
Limitaciones del estudio
No todos los estudios son perfectos. Y los que se basan en cuestionarios y, por tanto, en la memoria de los sujetos, menos. La memoria no siempre es precisa, lo que es un problema. Además, la cantidad de días, apenas ocho, en los que se ha llevado a cabo también es una limitación, estos estudios deberían ser realizado durante más tiempo. Por lo que se necesitarán más investigaciones para poder confirmar estas conclusiones.
A pesar de esto, el estudio es "uno de los primeros en examinar los impactos del sueño en un entorno natural, a diferencia de las condiciones de laboratorio. Y sus datos podrían ser útiles para futuras investigaciones que busquen resultados a largo plazo".
"La pauta recomendada para una buena noche de sueño es de, al menos, siete horas. Pero uno de cada tres adultos no cumple con este estándar. Un gran número de investigaciones ha demostrado que el sueño inadecuado aumenta el riesgo de trastornos mentales, enfermedades crónicas y muerte prematura. Mi estudio se suma a esta evidencia al mostrar que incluso las fluctuaciones menores de una noche a otra en la duración del sueño pueden tener consecuencias en la forma en que las personas responden a los eventos de su vida diaria".