Las protestas y los llamados a boicotear la adaptación de la versión live action de Mulán se han vuelto más urgentes y masivos, a unos pocos días que la película llegue al mercado chino. Hashtags como #BoycottMulan han sido tendencia en Twitter después del estreno del film en Disney Plus. Pero según varios medios estadounidenses, la proyección en cines de la historia de la heroína tradicional China recrudeció la polémica alrededor de las declaraciones de la actriz Liu Yifei en verano 2019 — en las que apoyaba la actuación de la policía en las protestas de Hong Kong — y toda una serie de extremos políticos relacionados con su filmación.

A las puertas de lo que parece ser un golpe al mercado y el intento de impulsar el mercado asiático de Disney, te contamos las cinco claves del conflicto que debes tener en cuenta para comprender qué ocurre.

Una imprudencia imperdonable

En mitad de las violentas protestas que vivió Hong Kong en el verano del 2019, la actriz que interpreta a Mulán en la versión live action de la historia, declaró que apoyaba a la policía — y su cuestionable actuación — y la actuación del gobierno chino.

Las declaraciones no pudieron llegar en peor momento: buena parte de los ciudadanos protestaban contra las políticas recientemente que permitirían la extradición de ciudadanos a China continental, según informó en su oportunidad la BBC. En uno de los momentos más álgidos de la situación, Liu compartió un mensaje en Weibo, una popular plataforma de redes sociales china, que decía: “Apoyo a la policía de Hong Kong, puedes golpearme ahora”. Luego, Liu agregó en Weibo en inglés: “Qué vergüenza para Hong Kong”.

Mulán en el ojo de la tormenta

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No se trató solo de las declaraciones de la actriz en una red social muy popular en Asia en el peor momento posible, sino que Liu admitió no tener un gran conocimiento sobre el tema político y que sus comentarios eran fruto de lo que llamó una “solidaridad automática” con “la paz”.

Liu mencionó la serie de comentarios en una entrevista para The Hollywood Reporter a principios de este año, en las que afirmó que “obviamente es una situación muy complicada, y no soy una experta”. Además de agregar que esperaba que la situación se resolviera “pronto”, sin mostrar el menor conocimiento por lo que estaba ocurriendo en las calles de Hong Kong.

El presidente de Disney Studios, Alan Horn, también habló con The Hollywood Reporter en febrero e hizo una breve mención sobre los comentarios de Liu, para luego señalar que Disney intentaba ser “apolítico cuando se trata de todo esto”.

La buena memoria del público

Las declaraciones de Liu se produjeron en medio de una ola de apoyo a los ciudadanos en las calles y críticas por la actuación, a menudo violenta y desproporcionada, de la policía.

Actrices, actores, cantantes y figuras del entretenimiento dedicaron tiempo y visibilidad al tema, además de insistir en que las protestas de Hong Kong necesitaban hacerse “visibles”, lo que lograron convirtiéndolas en una parte muy visible de la conversación virtual mundial.

La NBA se involucró en la situación después de que el gerente general de los Houston Rockets, Daryl Morey, tuiteara su apoyo a las protestas, lo que llevó al socio de la NBA en China a negarse a llevar dos partidos de pretemporada. El gerente general finalmente retrocedió en sus tweets, lo que provocó más protestas en apoyo de Hong Kong en Norteamérica. Apple también se encontró en el centro de la controversia después de que prohibió HK Map Live, una aplicación a favor de la democracia utilizada por los manifestantes en Hong Kong.

Dinero, dinero, dinero

Todo lo anterior volvió a la memoria pública después del estreno streaming de Mulán, que fue recibido con críticas mixtas y que de hecho, se ha convertido en motivo de discusiones entre quienes la consideran “muy asiática” o muy “norteamericana” dependiendo del punto de vista desde el cual se analice el problema.

El mismo Alan horn declaró que una situación semejante era el peor de los escenarios para la película, y hace unas semanas declaró a HR que “si Mulán no funciona en China, tenemos un problema”. Dado que el potencial de taquilla de China continental es mucho mayor que el de Hong Kong (1.300 millones de personas en comparación con menos de 10 millones), los manifestantes piden que personas de todo el mundo utilicen el hashtag #BoycottDisney para crear conciencia sobre los problemas que el apoyo de la actriz provocó con sus declaraciones, utilizadas de manera inmediata por el gobierno de China como propaganda.

Se trata de una disyuntiva muy delicada para Disney que tiene una relación larga y continua con China, donde sus películas suelen tener resonantes éxitos en los cines y donde reside su parque temático Shanghai Disneyland.

“Debido a que Disney se inclina ante Beijing, y porque Liu Yifei respalda abierta y orgullosamente la brutalidad policial en Hong Kong, insto a todos los que creen en los derechos humanos a #BoycottMulan”, tuiteó el activista de Hong Kong Joshua Wong el viernes, en pleno furor por el estreno streaming de la película.

Por si todo lo anterior no fuera suficiente, el boicot se volvió un clamor entre las organizaciones de derechos humanos después de que se comprobara gracias a los créditos de la película, que Mulán había sido filmada en Xinjiang, una región en la que se encuentran buena parte de los centros de reeducación y confinamiento del régimen chino.

Los activistas de derechos humanos y las Naciones Unidas han criticado al gobierno chino por su trato a los uigures, un grupo étnico predominantemente musulmán y turco. El gobierno chino ha calificado al “Islam como una enfermedad ideológica contagiosa”, lo que ha llevado al gobierno a poner en cuarentena a más de un millón de uigures en campos de reeducación, informó la revista New York Magazine en 2018.

Política hecha en casa

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Si Mulan logra sobrevivir al boicot en China, también tendrá que enfrentarse a la tensión en suelo norteamericano: el gobierno de Donald Trump intenta prohibir empresas chinas de alto perfil que se consideran amenazas a la seguridad nacional.

Tanto a Huawei como a ZTE ya no se les permite vender sus productos en los Estados Unidos, mientras que la popular aplicación de microvideos TikTok se enfrenta a una posible prohibición si la empresa matriz ByteDance no la vende a una empresa estadounidense como Microsoft u Oracle.

¿Influirá todo lo anterior en el éxito que tiene o podrá tener Mulán? Hasta ahora, ha generado unos 6 millones de dólares en mercados limitados, incluidos Tailandia, Malasia y Singapur, durante su primer fin de semana.

La verdadera prueba se encuentra a partir del 11 de septiembre, cuando las puertas de los cines chinos se abran para los fanáticos de la película. ¿Se quedarán vacíos los cines?