Si hay algo que ha unido a la inmensa mayoría de la población mundial en los últimos meses, ha sido sin duda el odio al coronavirus. Por extensión, los virus en general no gozan de muchas simpatías entre los seres humanos. Es lógico, por supuesto. Pero es importante remarcar que, del mismo modo que no todas las bacterias son perjudiciales, sino que algunas pueden ser muy beneficiosas, también ciertos virus juegan a nuestro favor a niveles muy diferentes. Los beneficios de los virus son quizás menos conocidos que los de bacterias y hongos. No obstante, no se quedan atrás. Los hay que nos protegen de otras infecciones o que sirven como herramienta en biomedicina. Incluso a algunos de ellos les debemos “ser como somos”.

Esto último, que parece casi más filosófico que biológico, hace referencia en realidad a la participación de estos microorganismos en la conducción de la evolución a largo plazo. De hecho, es la conclusión de dos estudios recientes, publicados simultáneamente en Nature Structural & Molecular Biology.

Evolución “guiada” por virus

Estos dos estudios han sido realizados por científicos procedentes del Instituto Perinatal Infantil de Cincinnati y la Universidad de Azabu, en Japón.

En él, se analiza el papel de los retrovirus endógenos en el desarrollo de las células de la línea germinal, a las que corresponden los gametos masculinos (espermatozoides) y femeninos (óvulos). Estos virus son restos moleculares de retrovirus que se incorporaron al genoma durante infecciones pasadas. ¿Pero cómo pueden afectar a la línea germinal exactamente? Para comprenderlo, es importante entender la diferencia entre genoma y transcriptoma.

Traduciendo las instrucciones

Centrándonos en los seres humanos, nuestro genoma es el conjunto total de instrucciones en forma de ADN que se encuentran en nuestras células.

A partir de esa “información” se construyen las proteínas, que son las que realmente la “llevan a la práctica”. El problema es que la maquinaria celular que se encarga de obtener las proteínas no puede leer directamente las instrucciones del ADN, por lo que es necesario transcribirlas a algo conocido como ARN mensajero (ARNm), que sí podrá traducirse sin problema. El conjunto de ARNm obtenido a partir del genoma se llama transcriptoma. Y es aquí donde estos científicos han visto uno de los beneficios de los virus.

Según observaron al analizar células de ratón y cultivos celulares de la línea germinal humana, los retrovirus endógenos actúan como reguladores, potenciando la transcripción de genes recientemente evolucionados. Esto, por lo tanto, ayudaría a afinar transcriptomas específicos de especies como los humanos y los ratones.

Todo esto, aparte de indicar que los retrovirus endógenos pueden tener un papel importante en la conducción de la evolución, también tiene implicaciones a nivel clínico. Por ejemplo, señalan que una desregulación de la expresión de los genes implicados en la formación de espermatozoides puede tener consecuencias serias, relacionadas con la infertilidad y el nacimiento de bebés con malformaciones o patologías. Por eso, que haya un regulador tan potente a este nivel es muy importante.

Otros beneficios de los virus

Aparte de este beneficio de los virus recién estudiado, durante años se han investigado otros muchos.

Por ejemplo, el virus GBV-C, a pesar de su relación con el de la hepatitis C, no parece estar vinculado negativamente a ninguna enfermedad. Sin embargo, sí que se ha comprobado que tiene la capacidad de generar ciertas modificaciones en las células T, dianas del VIH, dificultando que este pueda unirse a ellas. Las personas infectadas con él no están libres del SIDA, pero sí que muestran menos sintomatología y una mortalidad reducida.

Otros virus, el MNV-CR6, parece generar en el sistema digestivo un efecto similar al de algunas bacterias protectoras. De hecho, este efecto fue descubierto casualmente, cuando en un estudio sobre colitis ulcerosa y enfermedad de Crohn comprobaron que al cambiar de estabulario a los ratones mejoraban notablemente de ambas enfermedades. Tras investigar qué había en esa estancia que no estuviera en la anterior comprobaron que era la presencia de este virus.

Si ellos no te ayudan, úsalos tú

Finalmente, no se puede tratar el tema de los beneficios de los virus sin mencionar las ventajas que aportan como herramientas en biomedicina.

Se pueden fabricar vacunas recombinantes, utilizando virus inocuos a los que se modifica su material genético para introducir algún gen característico del organismo patógeno cuya infección se quiere prevenir. De este modo, se administra un virus que no causará síntomas, pero a su vez se estimula al sistema inmunitario para que reconozca a aquel para el que se desarrolló la vacuna.

También se usan virus como vectores en terapia génica. Se aprovecha su capacidad para introducirse en las células e insertarse en su material genético, aportando ese trocito de ADN con el que se quiere paliar una enfermedad genética.

En definitiva, sí, es normal nuestro odio al SARS-CoV-2 y a otros muchos patógenos, pero no todos los virus son malos. Es más, si los elimináramos de la faz de la Tierra, nos enfrentaríamos a nuevos problemas.