Banco Santander se ha puesto manos a la obra en lo que a su negocio de startups se refiere. Además de dotar a su vehículo de inversión de más capital, la entidad ha decidido darle algo más de independencia a la división –aún sobre el ala de protección del banco, pero caminando de forma paralela–. Conocido como Innoventures, el área ahora pasa a llamarse Mouro Capital.
Siguiendo la misma línea de otras grandes compañías del país, el vehículo de inversión llegó en 2014 durante el boom del crecimiento del sector emprendedor en España. Sucedáneo, en cierto modo, de la crisis de 2008 en el país. La entidad vio en el gremio emprendedor un sistema de búsqueda de proyectos interesantes que, a medio plazo, podían integrarse en la operativa del banco. Algo que Wayra, desde sus primeros pasos, también entendió desde su creación. Hasta la fecha, la mayor parte de las operaciones de Banco Santander han tenido un resultado positivo y ya trabajan integradas en la operativa de la entidad.
Dotado con 100 millones de dólares en una primera apuesta, hubo que esperar a 2016 para que el éxito de la experiencia le mereciese una duplicación de su presupuesto. Ahora, el nuevo Mouro Capital suma otros 200 millones de dólares para seguir invirtiendo en tecnológicas. Siempre con operaciones de hasta 15 millones de dólares, muy enfocadas al sector de la banca (neobancos y gestión de patrimonios) y productos relacionados, en las que el fondo de Patricia Botín ocupe el lugar de líder.
La separación de los poderes viene acompañada, además, de una nueva perspectiva para el fondo. Hasta la fecha, la estrategia tenía que sumarse –y nunca competir– con los productos propios del banco. La nueva etapa supondría agilizar las decisiones del fondo en lo que a inversiones se refiere y, quizá, proponer competidores directos con las líneas de negocio del Banco Santander o, según explica el fondo a Techcrunch, crear nuevas líneas de negocio interesantes.
España, aún desierto de las inversiones del fondo
Si bien en el objetivo de la entidad está la búsqueda de inversiones en compañías de Europa y Estados Unidos, hay un hueco aún por cubrir en su historial. De las 36 compañías que han recibido inversión del Santander, ninguna de ellas en española.
Con sede en Londres, cuna del fintech a nivel europeo con una normativa mucho más desarrollada, es precisamente la capital británica la que ha logrado más vínculos con el fondo. San Francisco y Tel Aviv también han captado el interés de la compañía a lo largo de toda su historia de operaciones. iZettle, que posteriormente fue vendida a PayPal, Ripplee –uno de los primeros unicornios del sector o el identificador de identidad Trulioo son solo algunos de los éxitos extranjeros del Santander.
Aunque el interés de Banco Santander por la innovación en España no queda desierto del todo. Pese a que su fondo no ha visto, hasta la fecha, ninguna oportunidad de mercado en el país, la entidad ha adquirido compañías estratégicas. Ebury, dedicada al cambio de divisas, a mediados de este año con la firme idea de lanzarla a bolsa y el 94% de coches.com para aumentar el rendimiento de Santander Consumer.