La adaptación de The Umbrella Academy, la novela gráfica del guionista Gerard Way y el ilustrador Gabriel Bá, que han realizado Steve Blackman y Jeremy Slater para Netflix desde 2019 es bastante libre. Así, y como su segunda temporada transcurre en los primeros años sesenta del siglo pasado, además de elementos sobre el presidente John Fitzerald Kennedy, la Guerra de Vietnam o el sectarismo orientalista de la Nueva Era, no han podido resistirse y han pergeñado una subtrama sobre la infame segregación racial en Estados Unidos. Con el foco en la afroamericana Allison Hargreeves (Emmy Raver-Lampman), por supuesto.
Los activistas por los derechos civiles capitaneados por su marido Raymond Chestnut (Yusuf Gatewood) y ella, en el episodio “The Swedish Job” (2x03), se deciden por una sentada difícil en un local de comidas de Dallas que únicamente permite el acceso y la consumición a ciudadanos blancos. Su objetivo es llamar la atención hacia su causa justa aprovechando la visita próxima del trigésimo quinto Presidente a la capital texana, en cuya calle Elm moriría asesinado el 22 de noviembre de 1963 por los tiros de Lee Harvey Oswald según la versión oficial. En The Umbrella Academy, fue el sicario Número Cinco (Sean Sullivan).
Esta sentada se inspira en otra que hubo en la vida real y que replicó la de los universitarios Franklin McCain, Joseph McNeil, David Richmond y Ezell Blair Jr., conocidos desde entonces como los Cuatro de Greensboro, en dicha localidad de Carolina del Norte, el 1 febrero de 1960. Su objetivo fue un Woolworth, un antiguo “todo a cien” estadounidense con comedor, en cuya cadena y en otros negocios se extendieron las sentadas por todo el país. Entre ellas, la de su sucursal en Jackson (Misisipi) en mayo de 1963, con la participación de Anne Moody, durante la que los energúmenos les echaron encima cosas pringosas tal como se ve en The Umbrella Academy y también derivó en una turba.