Una enfermedad lleva años matando a los rinocerontes negros en cautividad, sin que sus cuidadores puedan hacer prácticamente nada para evitarlo. Esta especie se encuentra en peligro crítico de extinción, por motivos muy variados, entre los que destaca la caza furtiva indiscriminada y la destrucción o alteración de su hábitat. Por eso, buena parte de los esfuerzos llevados a cabo para su conservación consisten en criarlos en reservas, alejados de algunos de estos problemas.
Gracias a estas y otras medidas su población, a pesar de esta en grave riesgo, se encuentra en aumento, según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza. Pero esto también puede ser contraproducente por los problemas de salud que desarrollan muchos de estos animales fuera de su hábitat. Por eso, un equipo de científicos del National College of Veterinary and Medicine, de Nantes, ha llevado a cabo un estudio en el que se esclarecen cuáles son las principales razones de este fenómeno. Los resultados se publican hoy en PLoS ONE.
El peligro se cierne sobre los rinocerontes negros en cautividad
Para la realización del estudio, estos científicos estudiaron a 29 rinocerontes blancos y 15 rinocerontes negros en cautividad, ubicados en 22 zoológicos europeos.
A pesar de criarse en las mismas circunstancias, los primeros no manifestaron ninguna enfermedad, mientras que buena parte de los segundos desarrollaron una, conocida como trastorno por sobrecarga de hierro.
Esta patología, como su propio nombre indica, consiste en una acumulación de hierro en el cuerpo, que conlleva múltiples problemas, que finalmente pueden derivar en un fallo orgánico.
Era necesario buscar marcadores que indicaran por qué se generaba esta gran diferencia entre las dos especies de rinocerontes. Así, tras extraer y analizar una serie de muestras de todos ellos, comprobaron que iba acompañada de un problema de inflamación y estrés oxidativo. La primera se corresponde con un mecanismo que forma parte de una respuesta inmunitaria normal, pero que puede ser grave si se desarrollar de forma exagerada.
Por su parte, el estrés oxidativo se da cuando se acumulan en el organismo una gran cantidad de especies reactivas del oxígeno. Estas también se generan de forma natural en el organismo, como resultado de algunos procesos necesarios para su supervivencia. Sin embargo, resultan dañinas para las células, por lo que existen multitud de mecanismos naturales encargados de eliminarlas. Lamentablemente, a veces estos no son suficientes y llegan a concentrarse en gran cantidad, pudiendo generar daños graves.
¿Y ahora qué?
Al señalar el estrés oxidativo y la inflamación como responsables de los problemas de salud de los rinocerontes en cautividad, estos científicos han planteado la necesidad de hacer un seguimiento exhaustivo de sus marcadores.
La toma frecuente de muestras de sangre puede ayudar a anticiparse al problema, antes de que se generen daños graves. Además, proponen estudiar modificaciones en su dieta, potenciando los alimentos antioxidantes y antiinflamatorios.
Así, sería posible salvar a los rinocerontes negros en cautividad de esa nueva forma de morir que no experimentan sus compañeros en libertad. Cualquier esfuerzo por la conservación de una especie en tan alto riesgo es estrictamente necesario.