El invierno se acerca. Y con él volverán los resfriados y la gripe. En plena pandemia por el SARS-CoV-2, saber qué les diferencia es crucial. Al igual que ha pasado durante la primavera con las alergias. Estos son síntomas tienen la gripe, el resfriado común y la COVID-19.
Por desgracia para todos nosotros, distinguir los síntomas de unos y otros es muy difícil. Por este motivo, es importante que este artículo se tome de manera orientativa y el paciente consulte siempre con su médico de cabecera según marquen los protocolos. Aunque creamos que no es COVID-19 porque no hemos tenido contacto con pacientes sintomáticos, si el personal sanitario sospecha de COVID-19 por los síntomas que presenta se procederá a realizar la prueba PCR para diagnosticar la infección.
¿COVID-19, gripe o resfriado?
Los síntomas más comúnes de la COVID-19 son de sobra conocidos, pero por si acaso, volvamos a hablar de ellos. Fiebre, tos, dificultad respiratoria y dolores musculares. Además, casi la mitad de los pacientes también presentan pérdida de olfato. El virus también puede venir acompañado de dolor de garganta, diarrea, congestión, escalofríos, moqueo, temblores y dolor de cabeza. Pero esto es solo para los pacientes que tienen síntomas.
En el caso de la gripe, los síntomas más comunes son el dolor de garganta, diarrea, congestión, pérdida de olfato, moqueo, escalofríos y dolor de cabeza. En ocasiones, además, se puede presentar acompañado de fiebre, tos y dolores musculares, aunque es menos común.
Tos, dolor de garganta y congestión son los tres síntomas principales que caracterizan al resfriado. A veces también pueden aparecer otros como la fiebre, dolores musculares, pérdida de olfato o moqueo.
¿COVID-19, gripe o resfriado? Es muy difícil dar una respuesta clara ya que las tres comparten muchos síntomas, según el cuadro de la American Academy of Allergy, Astma & Immunology (AAAAI, por sus siglas). La clave para las personas con COVID-19 está en la dificultad respiratoria (o falta de aire). Así pues, cualquier persona a la que le cueste respirar, debería avisar a su médico.
Pérdida de olfato, ¿clave?
Por otra parte, en mayo se publicó un artículo en la revista científica Rhinology que habla de cómo se pierde el olfato en la COVID-19 y la diferencia de esta con la gripe o el resfriado. Este estudio indica que los pacientes contagiados por el SARS-CoV-2, a pesar de perder el olfato, pueden respirar. Es decir, no suelen tener la nariz taponada o moqueo. Y tampoco pueden detectar sabores, principalmente los amargos o dulces.
¿Qué implica este hallazgo? Primero, que nos pueda ser un poquito más fácil discernir si nuestra falta de olfato viene provocada por el COVID-19 o no. Si no podemos oler y no hay otro síntoma como nariz tapada o moqueo, lo más probable es que se tenga COVID-19. Aunque insistimos: siempre es mejor consultar con el médico de cabecera. Y, por otra parte, ahora hemos confirmado que el SARS-CoV-2 infecta el cerebro y el sistema nervioso central.
A pesar de esta novedad, sigue siendo muy difícil diferenciar unas de otras. Por eso, es importante acudir al médico de cabecera para salir de dudas. Además, este año se está recomendado por que la vacunación de la gripe sea más generalizada. Es decir, que se vacune a los pacientes de riesgo, pero también a parte de la población que no lo sea. Esto se debe a que una nueva ola de COVID-19 sumada a otra de gripe, colapsaría el sistema sanitario.