Con la COVID-19 paseándose a sus anchas por todo el mundo, este año es indispensable que la mayor parte de la población se vacune de la gripe. Incluidos los menores a partir de los seis meses, afirman desde la Organización Mundial de la Salud (OMS, por sus siglas). Pero, ¿por qué es tan importante la vacunación este año?
La culpa es de la COVID-19, por supuesto. Aunque según las pruebas recogidas en el hemisferio sur por el Sistema Global de Vigilancia y Respuesta a la Influenza indican una baja circulación de la gripe, tal y como explica la CNN, probablemente debido a las medidas de distanciamiento físico y uso de mascarillas, esto no quiere decir que la gripe no pueda ser un problema dentro de unos meses.
La temporada de gripe en el hemisferio norte suele comenzar a finales de octubre o principios de noviembre. Aunque los peores meses suelen concentrarse entre diciembre y febrero, llegando a alargarse en ocasiones hasta mayo.
Evitar el colapso hospitalario
En la primera ola de COVID-19 en España tuvimos suerte: la saturación de los hospitales llegó en marzo. Es decir, cuando más o menos la situación de la gripe está controlada. Pero no podemos olvidarnos de que la gripe causa en todo el mundo 1.000 millones de casos al año. De ellos, entre 3 y 5 millones son graves y mueren unos 650.000 pacientes, según datos de la OMS.
Si una nueva ola de casos de COVID-19 se une a la gripe, que todos los años satura los hospitales, estaríamos poniendo en riesgo a muchas personas. Por ese motivo, ponerse la vacuna contra la gripe este año "salvará vidas", afirmó, en junio, el doctor Robert Redfield, director de los Centros para la Prevención y el Control de Enfermedades de EE.UU. (CDC, por sus siglas en inglés).
Además, para diferenciar COVID-19 de la gripe, al tener síntomas muy similares, este año habrá que realizar más pruebas. Esto también puede colapsar los laboratorios cuando más los vamos a necesitar.
Y si ya he pasado la COVID-19, ¿debería vacunarme? Raúl Ortiz de Lejarazu, profesor de Microbiología y director emérito del Centro Nacional de Gripe opina que sí. "Si una persona ha superado una enfermedad como COVID-19 es preferible vacunarse de gripe para evitar volver a someter al aparato respiratorio a un estrés nuevo", según recoge Gaceta Médica. Por lo tanto, sí es recomendable la vacuna para estas personas.
Vacuna de la gripe
La temporada de vacunación de la gripe suele ser durante finales de octubre y principios de noviembre. Aunque este año se recomienda a la población general que se vacune, hasta ahora los grupos a los que estaba dirigida son personas mayores de 65 años y menores de 65 años con alto riesgo. También las personas que traten con estos grupos de riesgo, como pueden ser cuidadores y profesionales sanitarios, pero también personas que conviven en el hogar con ellos, según indican desde Sanidad de Castilla-La Mancha.
Hay diversas enfermedades previas que pueden hacer que la gripe sea más complicada. Entre quienes se deben vacunar están los menores y personas adultas con enfermedades crónicas cardiovasculares, neurológicas o respiratorias, incluyendo displasia bronco-pulmonar, fibrosis quística y asma. Pero también otras enfermedades como diabetes mellitus, obesidad; anemia, hemofilia, menores de entre 6 meses y 18 años con tratamientos prolongados con ácido acetilsalicílico; mujeres embarazadas y menores de entre 6 meses y 2 años que hayan nacido antes de la semana 32 semanas de gestación.
Aunque estos son solo algunos ejemplos, ya que hay una lista muy larga de enfermedades que junto a la gripe pueden poner en peligro nuestra salud. Además, en muchos de estos casos, esas enfermedades crónicas o condiciones previas de salud también ponen en riesgo al paciente con COVID-19.
En definitiva, para evitar al máximo la ola de gripe que nos afecta todos los años y que deja los hospitales, urgencias y atención primaria colapsados, lo mejor es que este invierno se vacune la mayor parte de la población. Esto unido a las recomendaciones que se hacen para la COVID-19, como el uso de mascarillas, la distancia física o el lavado frecuente de manos, ayudarán a tener una menor incidencia de este virus entre la población.
