Imaginemos un planeta con mismo tamaño, masa, densidad y volumen que el nuestro. Parece un buen candidato para nuestras colonizaciones futuras cuando empecemos a destrozar la Tierra. Sin embargo, resulta que ese planeta, el segundo del sistema solar, cuenta con temperaturas de hasta 465°C, acompañadas de una atmósfera rica en dióxido de carbono y nubes compuestas de ácido sulfúrico. La cosa ya no suena también. Y lo peor es que la razón de estas condiciones tan extremas ha sido siempre un misterio. Pero podría dejar de serlo pronto, gracias al hallazgo de un nuevo fenómeno meteorológico en Venus. Porque sí, efectivamente, ese es el planeta del que estamos hablando.

Un nuevo fenómeno meteorológico en Venus

Entre 2016 y 2018, el orbitador Venus Akatsuki, de la Agencia Espacial Japonesa (JAXA), recorrió nuestro planeta vecino, sondeando las capas media e inferior de su atmósfera.

Posteriormente, los datos que recogió fueron analizados por el equipo del investigador Javier Peralta, perteneciente también a JAXA, y se han publicado recientemente en Geophysical Research Letters.

En este estudio, muestran cómo identificaron algo similar a una onda atmosférica, pero con un tamaño proporcional al de un planeta. Durante años se ha sabido que Venus estaba envuelto en nubes amplias y densas, pero nunca una como esta. De hecho, ha sido la primera vez que se ha descrito una en sus altitudes más bajas.

Descubrieron también que la región profunda de la atmósfera en la que se encuentra genera un efecto invernadero extremo, que estaría detrás de las temperaturas misteriosamente elevadas que tiene lugar en este punto del sistema solar.

Estaríamos, por lo tanto, y según las declaraciones de Peralta en un comunicado de su agencia, ante un nuevo fenómeno meteorológico en Venus. ¿Pero qué implica eso?

Conociendo un poco más sobre el planeta

Al observar imágenes de este planeta tomadas por otros medios en el pasado, el equipo de Peralta comprobó que todos estos rasgos ya se encontraban allí en 1983.

Es un claro ejemplo de cómo el avance de la ciencia permite resolver misterios con datos que habían estado delante de nosotros durante años.

Estos científicos ya han manifestado la necesidad de llevar a cabo nuevas investigaciones en torno a este fenómeno meteorológico en Venus. No obstante, ya tienen sus primeras teorías, que contemplan que podría tratarse de una onda capaz de transportar impulso y energía desde la atmósfera profunda hasta las nubes superiores donde se disiparía. De ser así, “depositaría impulso precisamente en el nivel donde observamos los vientos más rápidos de la llamada superrotación atmosférica de Venus, cuyos mecanismos han sido un misterio desde hace mucho tiempo ".
Descubrir el porqué de todo esto no hará que Venus se convierta en un buen lugar para vivir, pero al menos podrá aclarar los motivos por los que no lo es. Además, que no sea el mejor lugar para colonizar no significa que no haya ya proyectos de misiones dispuestas a hacerlo. Para ellos, todos estos datos son valiosísimos.