Con una tremenda expectación encima, Microsoft finalmente celebró el evento de presentación de los nuevos juegos exclusivos de la plataforma Xbox. Si bien desde el año anterior ya era posible especular sobre la estrategia de los de Redmond, el Xbox Games Showcase dejó claras sus intenciones de cara a la próxima generación. Y aunque muchas personas siguen empeñados en impulsar la ridícula "guerra de consolas", la realidad es que PlayStation y Xbox están persiguiendo objetivos y mercados totalmente distintos.
En la actual generación y en las anteriores, ambas plataformas llegaban al mercado con bastantes similitudes. Lo único que las diferenciaba era su catálogo de juegos exclusivos. Los consumidores solo debían analizar un parámetro para decidirse entre comprar una consola u otra. Sin embargo, hoy más que nunca puedo decir que los caminos de PlayStation y Xbox se han separado por completo. La next-gen nos espera con ofertas que difieren mucho entre sí, principalmente por el rumbo que decidió tomar la empresa de Redmond.
Xbox y su apuesta total por los servicios
El Xbox Games Showcase era una excelente oportunidad para que Microsoft diera un golpe sobre la mesa. Si bien anunciaron nuevas propiedades intelectuales, no parece que alguna tenga el potencial de convertirse en el nuevo estandarte de la plataforma, en uno que pueda acompañar a los ya veteranos Halo y Gears. La única excepción podría ser Avowed, el nuevo RPG de Obsidian Entertainment. El resto fueron proyectos de menor tamaño o propuestas que retoman marcas del pasado.
No quiero que lo anterior se malinterprete. El evento no fue un desastre ni mucho menos, pero sí nos deja ver que el gran objetivo de Microsoft no es encontrar nuevos personajes emblemas o crear un sin fin de juegos de gran producción (Triple-A) para cazar a Sony, sino hacer los adecuados en cantidad y calidad para impulsar sus servicios. De hecho, la presentación tampoco intentó convencerte de comprar una Xbox Series X. Si lo analizamos a profundidad, no existe un solo título que justifique la compra de la consola en su lanzamiento, ni siquiera Halo Infinite. El título de 343 Industries también estará disponible en la Xbox One y PC. A juzgar por las gráficas mostradas, por ahora está lejos de ser el exponente visual que hará saltar a muchos a la nueva generación.
Según la propia Microsoft, los juegos "exclusivos" de Xbox Series X en los primeros dos años también llegarán a Xbox One. Su propósito es que la comunidad de la antigua consola siga teniendo la oportunidad de disfrutar los lanzamientos de Xbox Game Studios. Es claramente una estrategia en favor del consumidor, sin embargo, también puede perjudicar el despegue de Series X. ¿Por qué razón? Porque al menos durante los primeros dos años no habrá necesidad de adquirir el nuevo hardware para jugar los últimos juegos de Xbox.
Habrá cierto sector del mercado que querrá aprovechar los 12 Teraflops tan pronto como sea posible, de eso no hay ninguna duda. No obstante, otros pensarán dos veces si vale a pagar entre 400 y 500 dólares por experiencias que bien pueden disfrutar en la Xbox One —o PC— que ya poseen. Microsoft conoce el riesgo perfectamente, y lo asumirá porque sus esfuerzos no están centrados en la Xbox Series X, sino en un ecosistema cada vez más sólido gracias a los servicios. A la compañía lo que realmente le interesa es que contrates el maravilloso Xbox Game Pass; el hardware donde le saques provecho no importa demasiado.
Si pusiste atención al evento del 23 de julio, seguramente pudiste observar el logo de Xbox Game Pass en múltiples ocasiones. De hecho, Microsoft aseguró que todos los juegos anunciados formarán parte de la suscripción en cuanto estén disponibles. Así pues, el mejor atractivo de la plataforma en este momento no es la Xbox Series X, sino Xbox Game Pass y el centenar de juegos que conforman su catálogo. El futuro luce aún más prometedor con producciones que, pese a que quizá no logren tener la influencia y popularidad de los exclusivos de Sony, son suficientes para convencerte de seguir pagando mes a mes.
Y si todavía quedan dudas de la apuesta de Microsoft por los servicios, no hay que olvidar que en septiembre lanzan Project xCloud, la plataforma de videojuegos en streaming. Estará incluido en Xbox Game Pass Ultimate sin costo adicional, por lo que podrás jugar los más de 100 juegos del servicio vía streaming desde dispositivos móviles y ordenadores. Ni siquiera hace falta que tengas una consola Xbox. Esto, estimado lector, es el futuro de los videojuegos, y Microsoft va por el camino correcto para ser su máximo referente.
Sony y su estrategia continuista, pero efectiva
Sony, por el contrario, prefirió mantenerse en la senda que le ha permitido triunfar durante cuatro generaciones consecutivas. PlayStation no te ofrecerá el mejor servicio de suscripción, pero sí juegos de primer nivel que regularmente se ganan un lugar entre lo más destacado de cada año. Además, el salto generacional hacia la PlayStation 5 será completo. Títulos como Spider-Man: Miles Morales, Ratchet & Clank: Rift Apart y Horizon Forbidden West no se podrán jugar en la PS4, solo en la nueva consola. Aquí no hay opción; te actualizas o te quedas fuera.
Este rumbo no es amigable con el usuario de la anterior consola, ciertamente, pero es el ideal para impulsar las ventas de la PlayStation 5. Las nuevas experiencias jugables son el motivo para adquirir el nuevo hardware; puedes estar seguro que las ventas de la PS5, independientemente de su precio, serán buenas desde el principio. Sony se está ganando a su público haciendo lo que mejor saber hacer: presentar exclusivos. Si la estrategia funciona y el mercado sigue respondiendo positivamente, ¿por qué cambiarla?
Todavía estamos a la espera de conocer si Sony responderá de alguna manera a Xbox Game Pass con la PlayStation 5. Aunque PlayStation Now es el servicio más similar que tienen actualmente, está a años luz de igualar la cantidad de juegos de su rival. Igualmente existe un problema de disponibilidad, pues PlayStation Now ni siquiera se puede contratar en países de Latinoamérica y otras regiones del mundo. Para ser sinceros, es poco probable que igualen la propuesta de Microsoft.
Existen un par de motivos por los que no sería posible. En primer lugar está el económico; Sony no cuenta con los recursos ni la infraestructura de Microsoft. Crear producciones al nivel de The Last of Us, Horizon y Spider-Man, por mencionar algunos, y ofrecerlos en una suscripción, no es rentable para la compañía. El costo de sus juegos exclusivos es gigantesco, sin olvidar que su periodo de desarrollo es bastante prolongado. La forma segura de recuperar su inversión es cobrar 60 dólares por cada copia.
Por otra parte, el mercado que consume las consolas PlayStation ha respondido favorablemente a los productos de Sony, incluso a la PlayStation 5. ¿Has visto a la comunidad amenazar con el abandono si no lanzan algo parecido a Xbox Game Pass? Para nada. Al final son comunidades fieles que ya conocen muy bien lo que van a obtener y lo que no. Lo reitero: la empresa japonesa no te va a sorprender con el mejor servicio, pero seguirá dedicando esfuerzos para brindarte los mejores videojuegos posibles.
Decidiendo entre dos propuestas diferentes
Una vez aclaradas las dos propuestas, el consumidor deberá elegir una consola, o un ecosistema en el caso de Microsoft. ¿Deseas jugar la mayor cantidad de títulos posibles sin perjudicar tu cartera? Xbox y sus servicios es la mejor opción para ti. ¿Prefieres disfrutar las experiencias exclusivas más destacadas de la industria? La PlayStation 5 te espera con los brazos abiertos. Al final, lo más probable es que los fans de cada marca permanezcan en el mismo lugar al saber que sus preferencias serán bien atendidas en la próxima generación.
Si eres de las personas que todavía no se decide, solo considera los factores que se mencionaron anteriormente; debes analizarlos antes de abrir la billetera. Las dos plataformas se han distanciado y pueden coexistir perfectamente, cada una con su propio mercado. Pienso, además, que ahora son tan distintas que por primera vez se puede justificar la adquisición de ambas con el fin de disfrutar lo mejor de dos mundos. Claro está que esa es una opción que muy pocos se podrán permitir.