El pasado mes de mayo, los tripulantes de la Crew Dragon vieron truncado su primer intento de despegue por culpa de Bertha. Ahora, Isaías podría retrasar su deseada vuelta a casa. No, Bertha e Isaías no son terraplanistas, ni activistas en contra de las misiones espaciales. Son tormentas tropicales y eso, dada la dureza con la que los elementos pueden atacar al ser humano, es algo mucho más terrible. El aterrizaje de SpaceX estaba previsto para este domingo, pero el parte meteorológico se presenta poco esperanzador al respecto.

Por eso, la compañía de Elon Musk y la NASA ya están valorando otras posibilidades. Afortunadamente, la nave está preparada para permanecer en la Estación Espacial Internacional hasta bien entrado el mes de septiembre. Aun así, harán todo lo posible para traerlos a la Tierra cuanto antes. Siempre que las condiciones sean seguras, por supuesto.

Problemas en el aterrizaje de SpaceX

Isaías se convirtió en tormenta tropical este miércoles, cuando la velocidad del viento a su paso alcanzó los 62 km/h.

En Puerto Rico ya han sufrido sus estragos a través de fuertes vendavales e inundaciones. Y no ha hecho más que empezar. Su camino sigue y se calcula que el domingo podría estar sobre tres de las siete zonas de aterrizaje de SpaceX que se habían contemplado. Estas son las costas de Cabo Cañaveral, Daytona y Jacksonville, según ha explicado la NASA en un comunicado.

Es importante tener en cuenta que para que la nave aterrice y se desplieguen los paracaídas de forma segura no debe haber grandes olas, ni tormentas con rayos, ni lluvia, ni vientos por encima de los 10 km/h. Eso, con una tormenta tropical en las inmediaciones, parece una tarea complicada, por lo que los responsables de la misión ya han comenzado a valorar sus opciones.

Una llamada de última hora

En estos momentos, y desde la llegada a su destino el pasado 31 de mayo, Crew Dragon se encuentra acoplada a la Estación Espacial Internacional.

Una vez que se separe, solo dispondrá de tres días para el aterrizaje, puesto que ese es el tiempo que durarán sus existencias de agua e hidróxido de litio para limpiar el dióxido de carbono del aire. Pasado ese periodo, los dos tripulantes, Bob Behnken y Doug Hurley, estarían en serio peligro.

El viaje de vuelta dura aproximadamente un día, por lo que habría cierto margen. Sin embargo, no podría retrasarse demasiado. Este es el motivo por el que el desacople solo debería producirse si hay seguridad de que el lugar de aterrizaje de SpaceX estará disponible, sin problemas meteorológicos.

Por suerte, los miembros del proyecto desde la Tierra podrán llamar a los dos astronautas hasta una hora antes de la salida, por lo que ese será el tiempo del que dispondrán para decidir si se sigue adelante o se pospone la salida.

Hasta ahora, han pasado 63 días en el espacio. Los paneles solares de la nave están diseñados para que pueda permanecer allí hasta 120 días. Quedan casi dos meses para intentarlo si no es posible este domingo. Isaías no va a durar tanto, pero puede llegar otra tormenta. Por eso, para estos científicos, nunca había sido tan importante estar pendientes de lo que ocurre en el cielo.

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