La llegada del coronavirus ha nuestras vidas ha traído algo más que una enfermedad. Bajo el brazo lleva la llamada 'nueva normalidad' y con ella algunas peculiaridades.
La apertura del confinamiento, con las consecuentes Fases de la desescalada, despertó un gigante ¿dormido?. A los cientos de runners y paseantes se les unió un protagonista más: los ciclistas. Nunca antes, al menos en las grandes ciudades, se habían visto tantas bicis en activo y a la vez.
"Era por la limitación de horas", dirían algunos, "que hace que parezca que hay más ciclistas". Lo cierto es que el efecto rebote es inevitable, y tampoco hay cifras sobre la mesa que aborden el uso de bicis privadas durante el desconfinamiento. Hay que irse a los servicios públicos de los Ayuntamientos. Solo BiciMad ha registrado un 48,65% de incremento en usos cada día; o 5.000 usos más al día que en cualquier momento del año –previo a la pandemia–.
Las calles nunca han estado tan vacías de coches y el miedo al contacto, o incluso el transporte público, han generado el caldo de cultivo perfecto para usar esas bicis olvidadas.
¿Moda o efecto a situación a largo plazo?
No hay consenso en este punto, pero varias organizaciones de fomento del ciclismo en las ciudades mantienen el consenso en que esto ha ayudado a que "mucha gente descubra que no es tan complicado ir en bici por Madrid" o por cualquier ciudad.
Desde la organización En Bici por Madrid lo tienen claro. Por una parte la salida en tromba de la gente, durante las primeras fases del desconfinamiento, puede despistar y "habrá que ver cuando abran los bares a pleno rendimiento", apuntan. Pero por otro lado, hay gente que está verdaderamente interesada en ir en bici al trabajo y con la idea, además, de no usar ningún transporte público. Desde el inicio del virus, la idea de meterse en un metro o autobús ha perdido atractivo por el miedo al contagio; evitar aglomeraciones ha sido la máxima de los pocos que tenían que moverse por la ciudad.
"La mayoría de las ciudades no están preparadas porque no se han diseñado, en ninguna de sus fases urbanísticas históricas, para una movilidad de este tipo
Por lo general tenemos una solicitud a la semana y ahora tenemos una o dos al día. Se ha multiplicado el interés y esto demuestra que hay mucha gente que quiere quedarse en la bici, explican desde Bici por Madrid a Hipertextual. Igualmente son realistas: "Cuando llegue la lluvia o el frío muchos caerán, pero los que están a 5 km de su trabajo se van a dar cuenta de los beneficios".
Una posición que comparte Ricardo Díaz, catedrático de la UDIMA y experto en Medio Ambiente y Smarts Cities: "Una vez que se supera el umbral de resistencia a probar algo nuevo, muchos de los usuarios causales optarán por la utilización de la bicicleta de manera más asidua".
De momento, y aunque la tendencia se mantiene, la llegada de las nuevas fases a las ciudades ha venido con un aumento del uso del vehículo privado. Parte del terreno ganado por la bici estos días se ha devuelto al depredador mayor.
Y con el auge llegaron los ganadores colaterales
Desde mediados de marzo, y ya con la mirada puesta en las primeras Fases del desconfinamiento, el interés por la bicicleta ha aumentado. Según los datos de búsqueda de Google, los términos bicicleta o ir en bici por la ciudad se han triplicado respecto a la misma época de años anteriores. En Amazon España, las bicis eléctricas han ocupado primeros lugares de mayores ventas de material deportivo. En Estados Unidos, el gremio posicionaba a las bicis como "el nuevo papel higiénico" dejando a las tiendas sin stock; aunque esperemos que con otro resultado.
Por la parte del crecimiento del sector, ya son algunos que han notado el crecimiento de esta modalidad de transporte. Acelerada por Wayra, Don Cicleto lleva 5 años operando en varias ciudades de España ofreciendo aparcamientos privados para bicis. "La idea nace de solucionar el robo y la falta de aparcamiento en las ciudades", explica Pablo Rosa a Hipertextual. Mediante una suscripción mensual o pago por uso, los ciclistas urbanos pueden tener siempre su lugar de estacionamiento en aparcamientos de entrada pública –ya sean de gestión pública o privada–.
Con 18 puntos de aparcamiento, generan "más demanda que oferta" y estos días han acusado ese crecimiento del sector de los usuarios de bici en las ciudades. "Hemos tenido un 71% más de demanda en el mes de mayo por ejemplo; que hemos medido con el número de altas de este mes en comparación con la media y también con gente que nos escribe interesada para que abramos más aparcamientos. Además, también nos están llamando para ofrecernos aparcamientos", explican; que es, de largo, el mayor problema en unos centros de ciudades saturados y con elevados precios. Esto, al menos, aunque entienden que volverá a la normalidad, "dejará un poso en el sector" que ayude a la bici en las ciudades.
Las ciudades ciclables, esas grandes olvidadas
La llegada de las bicis, y el incremento de su uso, ha levantado el eterno debate de si las ciudades están preparadas para el uso de la bici. También de si se volverán a ver las imágenes de las bicis chinas abandonadas a su suerte por negocios mal planteados.
Barcelona o Valencia pasarían el corte. Madrid sigue a la cola con pocos kilómetros de carriles bici y con una poca tradición ciclista. Y aquí nace la pregunta: ¿qué fue antes, el huevo o la gallina?
Para En Bici por Madrid primero tienen que ir las bicis y después la promoción de los Ayuntamientos que aumentará a medida que el interés social crezca; de hecho, defienden que aunque es complicado circular por una ciudad, no es imposible; es una cuestión de miedos que hay que superar. Una posición que no comparten con sus colegas del sector que apuntan a que para incentivar la bici la iniciativa tiene que ser pública.
Para Díaz la apuesta debe ser por ambas partes: "Para una efectividad real es necesario elaborar un desarrollo intermodal de transporte en el que se integre el uso de las bicicletas. Para ello es imprescindible una mayor y más atractiva oferta del servicio municipal de bicicletas de alquiler". Sin embargo, desde Smart Mobility apuntan a una necesidad público-privada. "De esta manera, se estarían dando una respuesta satisfactoria a la creciente demanda de la ciudadanía, que ha visto en las bicicletas una solución para desplazarse en el entorno urbano", explican.
En cualquier caso, hay una cuestión cierta. "La mayoría de las ciudades no están preparadas porque no se han diseñado, en ninguna de sus fases urbanísticas históricas, para una movilidad de este tipo. Las verdaderas ventajas de unas ciudades sobre otras proviene de la orografía de cada urbe y muy poco de la organización real de su urbanismo", apuntan desde la UDIMA.
Esto significaría que Madrid, por sus desniveles, estaría a la cola. Mientras que Barcelona, Valencia o Sevilla sería óptimas.
Y llegaron las ayudas, ¿con un tinte marketiniano?
Sea o no sea moda, lo cierto es que en las últimas semanas las Administraciones Públicas han visto en la bici un nuevo punto en su discurso.
Empezó Ábalos, Ministro de Transporte, con un plan de fomento de la bicicleta a nivel estatal. El objetivo es evitar la aglomeración en los trayectos por las ciudades, principalmente en el transporte público –y con ello evitar posibles foco de contagio por coronavirus en las fases de desescalada.
De esta manera, el Ministro anunciaba un plan para llenar las ciudades de bicis, aunque no está claro cómo será. Está previsto que se siente con las diferentes organizaciones en los próximos días y ver las diferentes opciones.
Al plan del Gobierno le siguieron algunas Comunidades Autónomas. Valencia, por su parte, ha decidido abordar la cuestión por la vía de las ayudas. Sumado al sistema de bicis públicas de la capital, Valenbisi, ahora la Generalitat subvencionará con 250 euros la compra de bicis y patinetes. Con una inversión de hasta 500.000 euros. Además, acondicionará los itinerarios de las rutas de bici para hacerlas más amplias.
Algo similar ha vivido Madrid estos últimos días, con la aprobación de 2,5 millones por parte de la Comunidad para la adquisición de vehículos eléctricos.
Y en una suerte de Epifanía por parte del Alcalde de la capital, el coche es ahora el mayor enemigo del consistorio. Lejos quedan esos días en los que Madrid Central era el caballo de batalla de la carrera electoral.
De esta manera, Almeida abría la puerta a una nueva horda de bicis eléctricas gestionadas por operadoras; hasta 4.800. Sumadas a las 2.469 de BiciMad hacen que la capital haya triplicado su número de vehículos de dos ruedas.
También anunciaba la creación de más kilómetros ciclables en la capital que ayudasen a fomentar el uso de la bici. Este punto es el que más suspicacias ha levantado en el mundo de los ciclistas. Ven la medida como una campaña política que caerá en saco roto al no llevarse a cabo. Según fuentes conocedoras de los procesos de gestión de estas instalaciones para bicis, estos desarrollos aún no han comenzado a tramitarse en las administraciones y no hay fecha para que se lleven a cabo.