Casi toda España ha entrado ya en la esperada fase 1 de la desescalada, que supone la apertura de las terrazas y permite los encuentros de hasta 10 personas en domicilios. Millones de españoles volverán a sus ansiados bares, aunque no de la misma manera que antes de la crisis del coronavirus. No solamente porque antes no podíamos ni imaginarnos llevar una mascarilla, sino porque muchos restaurantes han tenido que aliarse con la tecnología para poder sobrevivir. La pandemia ha cambiado nuestras vidas, pero también la de la restauración.
El primer síntoma es que, desde que empezó el estado de alarma y los bares y restaurantes tuvieron que cerrar sus puertas, muchos establecimientos han tenido que aumentar su presencia online. En el caso de la restauración, es importante tener presencia en plataformas de comida a domicilio, como Uber Eats, Glovo o Deliveroo. A esta última se unieron más de 700 restaurantes en los últimos dos meses.
"Habíamos comenzado a explorar esta ruta antes de la crisis, pero con la llegada de la misma nos hemos visto precipitados a incrementar esta presencia. Siendo muy realistas, no esperamos grandes resultados a corto plazo, pues son plataformas que tienen un alto coste de comisión", explicó a Hipertextual Alex Gallardo, de Macuto Resto Bar, ubicado en el centro de Madrid.
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Añadió que, a medio plazo, esperan que estar presentes en estas aplicaciones pueda ayudar a que se incremente la facturación media y pueden ser un gran aliado para compensar el aforo que va a perder el local como consecuencia de las medidas de seguridad.
La pandemia cambia la estrategia
La otra parte de la estrategia ha sido mejorar la página web para que las reservas o pedidos les lleguen directamente a ellos, de manera directa.
"Tener la posibilidad de vender ciertos productos, como por ejemplo salsas propias ya envasadas que puedan abrir una nueva línea de ventas para así incrementar las mismas".
Por otro lado, en esta pandemia nos tendremos que despedir de las cartas tal y como las conocíamos. La presentación del menú ya no será en un formato físico, sino a través de un código QR. Esta iniciativa ya ha sido anunciada en muchos establecimientos, también en Macuto Resto Bar, porque facilita y es más fácil informar acerca de las disponibilidad de los platos.
El reto es que esta medida sea bien recibida por los clientes, "sobre todo aquellos que, por edad, puedan estar menos familiarizados con la tecnología", apuntó Gallardo. Sin embargo, para algunos restaurantes la implementación de esta tecnología puede ser un problema.
Adiós a la calderilla
Raúl Catalán, cofundador del comparador de comida a domicilio Fidmi explicó en entrevista con Hipertextual que existen dos tipos de comercios. Los que son regentados por gente joven o de mediana edad, que no tienen ningún problema en digitalizar los servicios y, por otro lado, los restaurantes de gente de edad más avanzada. "Les va a costar bastante por desinformación, porque muchos no saben qué es un código QR, y luego van a necesitar ayuda para implementarlo".
Lo mismo ocurre con los pagos con tarjeta. A pesar de que una mayoría de establecimientos cuenta con datáfono, algunos todavía son reticentes o piden una cantidad mínima para el pago. Pero esta se ha convertido en la forma de pago recomendada. Desde que empezó la pandemia, organizaciones como la Organización Mundial de la Salud (OMS) alertaron de que el coronavirus puede permanecer en superficies como las monedas y aconsejaron que se priorice esta forma de pago.
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En este contexto, la parte del sector de la restauración que no estaba digitalizado -ni presente en las apps de 'delivery'- ha tenido que buscar la manera de hacerlo para poder sobrevivir.
"Todos estos restaurantes que siempre se han focalizado en sus clientes físicos se la han pegado porque se han dado cuenta de que va a estar meses sin tener clientes. Muchos de estos de forma reactiva han tenido que entrar en plataformas como Glovo para mantener su negocio".
El problema que han tenido muchos restaurantes, continuó Catalán, es que los costes de estas plataformas de comida son muy caros pero han tenido que afrontar este gasto por necesidad. Por ello, Fidmi ha lanzado una iniciativa para registrar gratuitamente a los restaurantes en su plataforma y que los clientes puedan pedir en la plataforma sin necesidad de recurrir a las grandes empresas y así pueden dar visibilidad a sus negocios.
Los restaurantes, en la cuerda floja por la pandemia
Este tipo de proyectos, así como hacer uso de la tecnología, puede ayudar a muchos restaurantes a abrir sus puertas después de la cuarentena aunque, a corto plazo, los hosteleros vaticinan que va a ser muy duro. Gallardo afirmó que en Macuto Resto Bar han incrementado las deudas.
"Ya sea porque ha habido facturas que se han tenido que pagar mientras no facturábamos, ya sea porque se haya pedido algún crédito para afrontar la crisis. Por lo tanto encaramo la re-apertura más endeudados que cuando, por desgracia, tuvimos que cerrar".
Asimismo, vaticina un menor nivel de ingresos por el menor nivel de gasto en las calles. Por ello, muchos ven 2020 como un año que se cerrará con pérdidas que serán muy difíciles de compensar en medio de una pandemia mundial y con limitaciones en el aforo como medida de protección contra el coronavirus.