El cannabis ha dejado de ser solo una droga. Su uso, el debate sobre la legalidad, alegalidad o despenalización, y sus cualidades -o no- bajo análisis por parte de la ciencia sobre si puede ayudar a personas con dolor crónico y otras enfermedades son ahora su principal foco de atención.
Pero no es el único, porque el cannabis ahora también es un commodity, una materia prima de consumo con varias empresas cotizando en bolsa y accionistas que especulan con su subida o caída según se den noticias de su legalización en más rincones.
Aunque el debate siempre estará presente, cada vez son más los países que han optado por despenalizar e incluso promover el uso del cannabis. Sobre todo a nivel medicinal. Alemania, Argentina o Italia ya permiten el uso de sus derivados para tratar problemas de salud, siempre bajo prescripción médica, pero a menudo incluso facilitando su acceso a los pacientes.
Cuestión distinta es el uso recreativo, aunque aquí también se han traspasado fronteras que hace un tiempo parecían inamovibles. Canadá aprobó en 2018 una regulación que le convertía en uno de los pocos países que de forma completa permitía el consumo recreativo, y el primero del G-8.
Se sumaba así a Uruguay, país que siempre ha tenido una postura bastante permisiva, u Holanda, que pese a la fama de sus coffeshops no ha modificado su regulación en los últimos años y, por ejemplo, no permite el cultivo para autoconsumo. México, en un amplio debate es los últimos años, también va camino de legalizar la marihuana para estos usos.
En Estados Unidos, casi 30 de sus Estados han abierto la puerta al consumo medicinal, y unos 10 de ellos, entre los que está California, al recreativo.
Por todo ello, el crecimiento del mercado relacionado con la marihuana se ha disparado exponencialmente en los últimos años. Hay análisis que ya hablan que en todas sus formas -recreativo, medicinal, como derivado…- el cannabis legal moverá un mercado de 76.000 millones de dólares en todo el mundo para 2027, con unos 260 millones de personas que son consumidores activos. Mientras, en Europa, se estima que solo su vertiente medicinal mueve 250 millones de euros al año, de los que España no ve ni un solo céntimo por su política, restrictivas en comparación a las de muchos de sus vecinos.
En este contexto, en los últimos años han comenzado a surgir numerosas empresas que han comenzado a meterse de lleno en este boyante mercado con la expectativa de que con el paso del tiempo sea cada vez legal en más países.
La mayoría de estas empresas son canadienses, y han surgido al fulgor del ímpetu despenalizador del país en los últimos años. Las hay que se dedican a la distribución para consumo recreativo, las que van más a la vertiente médica, o las que se está especializando en derivados como chicles. Hay varias cosas que las une: todas son canadienses por su referencia en la legalización, todas están creciendo, ya cotizan en bolsa, y como todo mercado creciente su capitalización sube y baja como si fuera una montaña rusa.
En las siguientes líneas te contamos cuáles son las principales starups y compañías en el mapa del mercado legal del cannabis:
Canopy Growth
Como la mayoría de empresas que han ganado proyección en el mercado de la marihuana legal, Canopy, el gran dominador del mercado hasta ahora, es canadiense. Este auge de empresas del país de la hoja de arce tiene su lógica en la política de despenalización que lleva haciendo el últimos años -pero también antes que él- el gobierno de Trudeau. Una prueba de esta legitimidad es que Canopy ha recibido financiación directa del Banco de Montreal.
Canadá ha visto un sector en auge en el que puede ubicarse como referente mientras el resto de estados siguen dando pasos legislativos. Y, también, porque por cercanía y sinergias, muchos fondos de inversión estadounidenses están mirando hacia su frontera del norte para invertir en marihuana.
Nacida originalmente como Tweed Marijuana en 2013 en Ontario, Canopy pasó a llamarse así tras adquirir varios competidores menores. Su despegue sin embargo llegó después de que Constellation Brands -una de las empresas de bebida más importantes del mundo, y dueña de la marca Corona- adquiera un 35% de sus acciones.
Desde 2018 cotiza en la bolsa de Nueva York, donde sus acciones han pasado de triplicarse a bajar casi un 100% en cuestión de meses. Pese a dominar el mercado, Canopy se encuentra en clara pérdidas por sus inversiones, que en 2019 se fueron a 1.000 millones de dólares.
Tilray
Tilray es la otra gran dominadora del mercado junto con Canopy, tanto a nivel recreativo como medicinal. Fundada en Toronto en 2013, destaca por haberse expandido por países tan dispares como Portugal o Nueva Zelanda, aprovechando los cambios legislativos, y ser la que tiene un camino más recorrido para posicionarse en Estados Unidos.
Fue la primera empresa cannábica en entrar a cotizar en la bolsa norteamericana, en el NASDAQ, y ha firmado alianzas con grupos como Novartis para impulsar su rama médica.
Como todas sus compañeras de sector, las idas y venidas en cotizaciones y resultados han sido una constante en su trayectoria.
The Cronos Group
Fundada en Ontario en 2012, Cronos Group se ha centrado en la alianza con farmacéuticas para empezar a distribuir su marihuana con fines medicinales, principalmente, aunque también están probando cosas en el mercado de los alimentos con cannabis.
Como el resto, cotizan desde hace dos años en el mercado de valores tanto local como norteamericano. Si resides en algún país donde el consumo medicinal esté permitido, quizá te suene su marca Peace, o hayas oído hablar de sus espinacas con propiedades cannábicas.
Aurora Cannabis
Aurora es quizá la gran veterana pero la que menos ha conseguido entrar en la carrera, hasta ahora. Se fundó en 2006 en la ciudad de Edmonton, y en la actualidad maneja cerca de 2.500 empleados. Su mercado principal es la producción y distribución de marihuana, teniendo licencia y capacidad para producir algo más de media tonelada al año.
Desde 2018, opera en la bolsa de Nueva York, donde han sido habituales su subidas y depreciaciones sin freno ninguno. Como la prática totalidad del sector, maneja unas cifras de pérdidas en negativo, aunque ha conseguido aliarse con CBD Reliva, empresa que tiene licencia de venta directa en Estados Unidos.
Un mercado en continuo sube y baja
Con todo, como todos los mercados incipientes, la marihuana y sus empresas han vivido a lo largo de los últimos años continuas subidas y bajadas. El propio CEO de Tilray espera que haya más de una decena de bancarrotas de empresas de marihuana solo este año.
Un ejemplo ha sido el auge que ha tenido durante el reciente confinamiento a causa de la COVID-19. En los estados de Estados Unidos donde es legal, se consideró el consumo de marihuana como de primera necesidad, manteniendo abiertos su dispensario a pesar de los cierres. Esto hizo que las ventas de marihuana subieran de media un 64% durante el mes de marzo.
Por el contrario, a raíz de los informes cruzados y la pérdida de popularidad de los vaporizadores, las empresas de marihuana también han sufrido una caída en su mercado que se estima en 10.000 millones en valor de mercado.
Por las recapitalizaciones, subidas y bajadas de un mercado aún tan inestable como el del cannabis, es muy posible que este mapa de los actuales dominadores del mercado de la marihuana cambie en los próximos años. Lo que sí que está claro es que hay una pugna abierta por ver quién se posiciona en primer lugar de cara a países donde puedan darse futuras despenalizaciones.