El multimillonario Bill Gates se encoge de hombres ante las teorías de la conspiración sin fundamento que rodean su supuesto complot para implantar microchips de rastreo en las vacunas contra el coronavirus.

"Jamás he estado involucrado en nada parecido a instalar microchips... Es muy difícil refutar estas cosas precisamente porque son demasiado estúpidas", señaló.

Gates ha intentado alertar sobre los peligros de los virus masivos y lleva cerca de un lustro instando a los líderes mundiales, incluyendo a Donald Trump, a tomar medidas más severas para prepararse contra ellas. Quizá la más sonada fue una charla en TED en 2015 en la que advirtió sobre los riesgos de una pandemia mundial en el futuro.

Citando esa charla, y el compromiso de 300 millones de dólares de la Fundación Bill y Melinda Gates para luchar contra COVID-19 y desarrollar una vacuna, algunos grupos marginales de extrema derecha e incluso varios expertos comenzaron a difundir información falsa en la línea en enero de que el fundador de Microsoft estaba de alguna manera detrás de la creación del virus.

"Es bueno saber qué niños han sido vacunados contra el sarampión y cuáles no", comentó Gates, añadiendo que "hay sistemas necesarios", como los registros de salud, que ayudan a identificar quién ha sido vacunado contra una enfermedad en concreto, pero que no hay microchips involucrados en absoluto.

"Nuestra fundación recibe dinero para comprar vacunas", precisó. "Por eso vimos el riesgo de una pandemia y hablamos."

Aún así, las teorías de conspiración de Bill Gates relacionadas con el coronavirus explotaron en los medios sociales y en la televisión, mencionándose 1,2 millones de veces en marzo y abril, según datos proporcionados al New York Times por la empresa de inteligencia mediática Zignal Labs.

En una reciente encuesta de Yahoo News y YouGov, el 28% de los americanos dijeron que creían en la teoría de la conspiración; por su parte, un 44% de los republicanos y el 50% de los espectadores de Fox News pensaban que era verdad (en contraste, el 61% de los televidentes de MSNBC dijeron que era falsa).

Cuando se le preguntó sobre la encuesta, Gates dijo que la encontraba "un poco preocupante", pero que no había impedido que los gobiernos y otros grupos de todo el mundo financiaran los esfuerzos de desarrollo de la vacuna contra el COVID-19.

Sin embargo, sí expresó cierta preocupación por el hecho de que, en caso de que se encontrara una vacuna, el movimiento antivacunas pueda dificultar la inmunidad colectiva, que se produce cuando una parte suficiente de la población, al estar inmunizada, impide que un patógeno se propague.

Gates también sostuvo que, cuando las vacunas estén listas para fabricarse, deberían distribuirse primero a los países con una infraestructura sanitaria más débil y en los que el distanciamiento social sea menos factible. Su fundación anunció una promesa adicional de 1.600 millones de dólares para los próximos 5 años a Gavi, la Alianza para la Vacunación, para inmunizar a niños en países de bajos ingresos.

"El mundo debe colaborar en el desarrollo de vacunas seguras y eficaces y asegurarse de que ampliamos la fabricación para que puedan llegar a los que más las necesitan, no necesariamente a los que más pueden pagar", sentenció el multimillonario.

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