Joshua Wong y Agnes Chow son dos activistas hongkoneses y miembros de Demosisto, una plataforma ciudadana que pone resistencia a la policía de la más relevante de las regiones especiales chinas. Tras ser detenidos el pasado otoño, la policía tuvo acceso e intentó hackear sus móviles, según se desvela ahora.

El móvil de Wong es un iPhone. Un modelo de smartphone que, tras innumerables reportes de vulnerabilidades en Android, se percibe como uno de los terminales más seguros disponibles. No debe ser casualidad que la inmensa mayoría de líderes políticos a nivel global use dispositivos de la marca de la manzana, podríamos decir.

Pero lo cierto es que la policía de Hong Kong, con extenso un historial de acceso a los dispositivos de los manifestantes, parece tenerlo más fácil con estos. A diferencia del iPhone de Wong, la policía no investigó a fondo el contenido del Google Pixel de su compañera Chow. Sencillamente, porque no pudo.

Hackear tu móvil, una preocupación real

Y es que las herramientas para entrar en los iPhone son mucho más abundantes debido a que hay una mayor exposición de estos dispositivos. Recientemente, Apple tuvo que aumentar las recompensas máximas de su programa bug bounty para mantenerse competitiva con los grupos que comercian con las vulnerabilidades mas recientes. Ahora, la firma de california paga hasta un millón de dólares por cada una de ellas, todo un salto desde los 200.000 dólares anteriores.

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Una de las herramientas más populares con capacidad para hackear tu móvil es la israelí Cellebrite, una vieja conocida en el sector. Tanto que fue la utilizada por el FBI para acceder al iPhone de los atacantes de San Bernardino en 2016, o del móvil de Diana Quer en 2017.

Por supuesto, no es la única empresa que se dedica a este tipo de actividades y colabora con las fuerzas de seguridad. Es, no obstante y volviendo al caso actual, la que proporciona las herramientas a la policía de Hong Kong. Pues bien, resulta que este instrumento no fue suficiente para acceder al Pixel de Agnes Chow, tal y como recoge el medio Quartz.

Ciertamente no ayuda el hecho de que el iPhone de Wong estuviera protegido por una contraseña de únicamente cuatro dígitos. No obstante, que para la policía sea relativamente sencillo acceder a un iPhone dice no dice tanto de su seguridad como de su éxito a nivel comercial. Con cerca de 1.000 millones de iPhone activos actualmente es mucho más rentable enfocarse en ellos.

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Y es que el terminal de Google, si bien no cuenta con cifras disponibles ampliamente, apenas distribuía 4 millones de unidades en 2017 según IDC. Puede que, después de todo, sus actualizaciones y chips de seguridad sean más que suficientes para ponérselo difícil, al hackear tu móvil, a los amigos de lo ajeno. Al menos, por ahora.

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