Encontrar la vacuna contra el coronavirus. Este es el objetivo y la vía de escape para acabar definitivamente con esta crisis. Pero no sabemos cuándo llegará. Científicos de todo el mundo, también de España, están investigando a contrarreloj para encontrar la fórmula perfecta contra un virus del que hace unos meses no sabíamos absolutamente nada. Y ahí está el reto, en empezar algo completamente de cero. Se calcula que la vacuna tardará entre en uno y dos años hasta que pueda empezar a llegar a la población. Pero, mientras tanto, hay un plan B que podría salvar vidas: los antivirales.
España se ha convertido en uno de los países con más investigaciones para encontrar un medicamento antiviral que pueda frenar los síntomas de la COVID-19. En total, se están llevando a cabo 58 ensayos clínicos con antivirales en hospitales, según el Registro Español de Ensayos Clínicos. Estas investigaciones han posicionado a España como el país europeo con más proyectos iniciados.
Las diferentes iniciativas están siendo subvencionadas y aprobadas por diferentes organismos como el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y el Instituto de Salud Carlos III. En esta última, se ha creado una plataforma especial para la candidatura de proyectos. Por el momento, se han presentado más de 2.000 iniciativas, aunque solo unas pocas han sido aprobadas. Estas ya están en fase de prueba, aunque miles de científicos siguen luchando por encontrar la manera de que el coronavirus sea menos mortal que actualmente. Esta es la historia de uno de ellos.
El antiviral que actúa como 'detergente' contra el coronavirus
José Antonio López Guerrero es profesor titular de Microbiología y director del grupo de NeuroVirología del Departamento de Biología Molecular de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM). Con su equipo, estudia el papel del herpes en la neurodegeneración, concretamente en la esclerosis múltiple.
A raíz de un biopolímero desarrollado por otra investigadora del mismo departamento, López Guerrero y su equipo empezaron a probarlo como un antiviral, y descubrieron que puede funcionar contra el coronavirus. "Hemos hecho un estudio y hemos visto cómo el compuesto inhibe claramente la replicación de un coronavirus", explicó el divulgador.
El polímero actúa directamente en la envuelta lipídica del virus y este polímero, continuó López, es como si fuera un detergente molecular: distorsiona e invalida la envuelta lipídica, que es lo que ocurre cuando nos lavamos las manos con agua y jabón. "Pero pesar de lo que (Donald) Trump diga, yo no recomiendo que uno se pegue un buchito de lejía Conejo". Para acabar con el virus sería mucho más seguro un antiviral como el que investiga el grupo de la UAM. Un proyecto que entra dentro de una gran marabunta de iniciativas que puedan menguar los efectos del coronavirus.
El antiviral ganará una batalla, pero no la guerra
Por una parte, diversos grupos están investigando los antivirales que ya están en el mercado para combatir otras enfermedades. El más conocido dentro de esta categoría es Remdesivir, el fármaco de la empresa Gilead que se hizo contra el ébola.
Actualmente, es el único antiviral que se encuentra en la última fase clínica, en la que se determina si puede combatir el virus y, de ser así, se inicia la comercialización. Además del famoso Remdesivir, también se está valorando el efecto de medicamentos contra la gripe o la malaria como posible remedio a las patologías del coronavirus.
En la otra categoría se encuentran las investigaciones con antivirales específicos contra la COVID-19. Estos proyectos van un poco más lentos porque hay que empezar de cero para encontrar la manera de combatir un virus del que no sabíamos prácticamente nada hace pocos meses -y todavía tenemos muchas incógnitas-.
No suena descabellado que se encuentre un medicamento contra el coronavirus en los próximos meses. Sin embargo, "la historia nos ha demostrado que difícilmente un antiviral puede ser un agente de lucha muy poderoso". José Antonio López Guerrero recordó que la vacuna es la solución definitiva si es efectiva, inocua y duradera. Pero no todo está perdido. La vacuna será seguramente el último capítulo de la lucha contra el coronavirus, pero se pueden ganar batallas mientras tanto.
"Los antivirales son necesarios para muchas infecciones para las que no hay vacuna y estamos consiguiendo mantener a raya muchas enfermedades. Nos viene a la cabeza enseguida el VIH, que dejó de ser una condena a muerte a ser una enfermedad crónica con los antirretrovirales".
La carrera contra el coronavirus es cuestión de tiempo
Frente a la vacuna, el tiempo juega a favor de los antivirales. Los controles para probar y aprobar una vacuna son largos porque no deja de ser un medicamento que se inyecta a gente sana y no se pueden asumir riesgos cuando se va a inyectar la vacuna a millones de personas.
Con los antivirales es distinto. Los controles son también muy rigurosos pero, en este caso, "hay una seguridad extra y es que los puedes utilizar como uso compasivo en personas y en estado grave". López afirmó que se puede valorar el efecto riesgo-beneficio para aquellos casos en los que el medicamento puede evitar su muerte, aunque pueda tener efectos secundarios. Elegir el mal menor.
López Guerrero calcula que se puede tardar cerca de 8 meses en conseguir que un antiviral pueda ser utilizado en pacientes con coronavirus. Es un cálculo aproximativo, podría ser mucho más, a pesar de que se están acelerando los trámites para empezar algunos ensayos. Se calcula que actualmente se están llevando a cabo más de 1.200 ensayos en todo el mundo. La mayoría de ellos se basan, como comentábamos anteriormente, en tratamientos que han sido eficaces contra otras enfermedades como el lupus y que logran reforzar el sistema inmunitario de los pacientes.
Cambio de estrategia frente al coronavirus
Si llegáramos a tener a nuestro alcance este tipo de medicamentos, también cambiaría la estrategia sanitaria para hacer frente a la COVID-19. El divulgador científico no apuesta por la utilización masiva de las PCR para identificar los contagios porque un día puede dar negativo en coronavirus y al día siguiente positivo, por lo que los datos que arrojan estos test no son definitivos.
Sin embargo, en el momento en el que se aprobara un antiviral contra el coronavirus, sería posible que las personas que empezaran a tener síntomas leves iniciaran un tratamiento en la etapa muy temprana de la infección para evitar complicaciones. Pero el primer paso es encontrar el medicamento.
La investigación no es solo antivirales contra coronavirus
Las investigaciones actuales en España auguran un buen futuro en la búsqueda de un antiviral contra el Sars-Cov-2. Hay muchas esperanzas puestas en el fármaco que pueda evitar muertes por el virus, tanto a nivel nacional como internacional, y actualmente esta es la prioridad. A pesar de la gravedad de la pandemia, José Antonio López Guerrero alertó que, a parte de los estudios relacionados con el coronavirus, toda la investigación se ha parado en España.
"Estamos con un año de retraso de la resolución de los proyectos del plan nacional. Lo único que se ha abierto con carácter de urgencia son los proyectos relacionados con la COVID-19, se ha abierto el grifo y se están llevando a cabo investigaciones independientemente de controles y de gestión económica".
Si algo nos ha demostrado la pandemia actual es la importancia de la ciencia. Años después de la crisis económica que sacudió España y que provocó graves recortes en el sector, los investigadores están sumando esfuerzos para encontrar una manera de paliar los efectos de un virus hasta hace poco desconocido.
La cooperación de tantas mentes puede convertirse en un hito aunque, como comentaba López Guerrero, es difícil encontrar un medicamento definitivo que pueda acabar con el coronavirus. "Mientras no venga una vacuna a salvarnos, que puede ser complicado, los antivirales son la única línea de acción que tenemos, y pueden actuar de manera positiva como en el caso de la Hepatitis C y como paliativo como en el caso del ébola".