Hemos visto imágenes del SARS-CoV-2 a través del microscopio. Y también tenemos un modelo en 3D que nos facilita información sobre el virus que causa la COVID-19. Sin embargo, no lo conocíamos todavía a nivel genómico y, ahora, una imagen con 30.000 letras, publicada por BoingBoing nos muestra la secuencia que tiene en jaque a más de medio mundo. La imagen que acompaña este artículo es el genoma de este coronavirus.

En realidad, la secuenciación del genoma del SARS-CoV-2 se hizo de una forma muy rápida, a principios de enero. Los investigadores habían conseguido aislar el coronavirus en uno de los primeros pacientes que aparecieron en China el 26 de diciembre de 2019. El hombre trabajaba un mercado de marisco, por lo que estas 30.000 letras pertenecen a la variante Wuhan-Hu-1.

Conocer el genoma de este coronavirus nos permite, entre otras cosas, saber si durante su expansión por el mundo ha sufrido mutaciones. Por ahora sabemos que sí, que ha tenido cambios. En España también se ha secuenciado el genoma del SARS-CoV-2 que circula por el país para "comprender mejor su difusión y circulación, y conocer más en profundidad sus características genéticas", según explicó a la Agencia Sinc María Iglesias, investigadora del Centro Nacional de Microbiología. Además, cualquier secuenciación de este virus nos ofrecerá más información sobre él, "algo fundamental para desarrollar nuevas herramientas que mejoren el manejo de la enfermedad".

El genoma del coronavirus

Volvamos al genoma del coronavirus. En la imagen podemos ver que se trata de la secuenciación en forma de ADN, sin embargo, los virus tienen ARN como material genético. Pero, ¿cómo sabemos que se trata de ADN y no de ARN? Sabemos que ambos están compuestos por cuatro letras. En el caso del ADN, estas letras son ATCG, que se corresponden con adenina, timina, citosina y guanina. Sin embargo, en el ARN no hay tiamina sino uracilo, por lo que las letras son AUCG. En la imagen podemos comprobar que no hay ni rastro de la U, de ahí que sepamos que esta secuencia se encuentra en forma de ADN y no de ARN.

Este coronavirus, al igual que otros virus, no tiene la capacidad de reproducirse por sí mismo. Por ese motivo, infecta nuestras células para que sean ellas las que construyan los nuevos virus y después destruyen la célula. Por cada virus que entra, nuestras células pueden producir hasta 10.000 copias suyas antes de ser destruidas.

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