Starlink, el conflictivo proyecto de SpaceX que promete acceso global a internet desde por satélite, ya tiene fecha de comienzo de operaciones. Así lo ha afirmado el propio Elon Musk en respuesta a un usuario de su red social predilecta.
Si el roadmap sigue adelante, la red espacial que hizo el pasado miércoles su séptimo despliegue exitoso de otros 60 satélites, el servicio comenzará sus operaciones en fase de pruebas este mismo verano, o en torno al tercer trimestre del año. Según afirmó Musk, será dentro de unos tres meses cuando comiencen a dar servicio en forma de beta privada, que serán un total de unos seis hasta que la beta pública de comienzo.
El cielo ya no es lo que era y los satélites de SpaceX solo pueden empeorarlo
Starlink: altas latitudes primero
Elon Musk afirma que primero se dará servicio a las altas latitudes del planeta, por lo que serán despliegues en estas órbitas, con una mayor abundancia en el hemisferio norte, las que están siendo priorizadas por estos satélites.
Según el recuento de Teslarati, Starlink ya cuenta con unos 420 satélites en órbita, o un total de 422 si tenemos en cuenta los lanzamientos en fase de prueba previos. La práctica totalidad de estos, unos 420 dispositivos, están ya operativos de acuerdo a Elon Musk.
Nada más que un aperitivo para los nada menos que 12.000 satélites aprobados para su posicionamiento en una órbita relativamente baja, con cerca de otros 30.000 dispositivos pendientes de aprobación en toda una variedad de latitudes. Un total de al menos 42.000 no tan pequeños aparatos que son visibles desde buena parte del mundo y a ojo desnudo, lo que ha puesto en pie de guerra a las sociedades de astrónomos y amantes de la naturaleza.
Aunque todavía estamos lejos del despliegue total de satélites de telecomunicaciones en órbita, las cantidades actuales –que siguen dirigiéndose a sus órbitas definitivas–, ya estarían sobre el número mínimo propuesto por el magnate para tener una cobertura y servicio más bien reducidos. De alcanzar los 700 dispositivos, esta pasaría a ser "moderada", lo que es probable que se supere en otra media docena de lanzamientos.
SpaceX cuenta con una gran ventaja tecnológica frente a la competencia que intenta también poner internet en el espacio, gracias a que cuenta con cohetes reutilizables, lo que hace cada uno de sus lanzamientos mucho más económicos que por las vías tradicionales.
Este esfuerzo contrasta con el despliegue de las redes 5G más tradicionales. Recientemente fue Huawei quien puso 5G en la montaña más alta del mundo, el Everest, en un despliegue sin precedentes que todavía está por finalizar. Combinando los esfuerzos, queda claro que las grandes tecnológicas quieren extender la conectividad a todos los rincones del mundo... donde haya usuarios dispuestos a pagarlo.