Durante estos días se discute mucho por qué algunos países, como Corea del Sur, tienen un índice de mortalidad por Covid-19 cercano al 1%, mientras que otros, como España e Italia, superan el 4% y el 7% respectivamente. Es cierto que estas dos últimas naciones tienen una población muy envejecida, con una gran cantidad de personas por encima de los 80 años, convertidas en potenciales pacientes de riesgo. Pero eso no parece ser todo. En realidad, se trata de algo más.
COVID-19: cronología de la enfermedad que tiene en vilo al mundo entero
Es digno de admiración lo rápido que Corea del Sur controló su foco de infección. La curva comenzó a aumentar desmesuradamente, pero pronto consiguió aplanarse y a día de hoy se considera prácticamente controlada. Como ya se ha comentado mucho estos días, este éxito reside principalmente en el número de pruebas realizadas a la población. Concretamente, se calcula que se realizaron unas 10.000 al día. Gracias a una aplicación de móvil, los ciudadanos podían acudir con sus coches a lugares dispuestos para la recogida de muestras, donde estas se tomaban sin prácticamente riesgo para los sanitarios. De este modo, se consiguió localizar a una buena parte de pacientes positivos que o no padecían síntomas o los tenían tan leves que, de no ser por el test, no habrían imaginado que pudiera tratarse de coronavirus. El resultado es un cálculo mucho más fiable del número total de infectados, de modo que se puede saber con mucha más exactitud cuál es la tasa de mortalidad del virus. Este es un punto importante, pero no es la única razón por la que se da tanto valor al análisis masivo de pacientes. También, al determinar cuáles se encuentran asintomáticos, se pueden aislar, evitando que entren en contacto con otras personas y difundan el virus. Y no es algo que haya ocurrido solo en este país. También lo ha demostrado en Italia el inmunólogo Sergio Romagnani, al analizar a los 3.000 habitantes de un municipio de Venecia.
Positivos ocultos
Según explica el propio Romagnani en un artículo publicado en Scienza in rete, el estudio epidemiológico realizado en la localidad veneciana de Vo’ Euganeo es un claro ejemplo de la importancia de analizar el mayor número posible de casos.
Tras recoger muestras de todos sus habitantes, comprobó que entre el 50% y el 75% de los que dieron positivo eran totalmente asintomáticos y, además, que seguían siendo una fuente de contagio. Es una conclusión que se corresponde con las obtenidas recientemente en un estudio realizado por científicos de la Universidad de Texas. En él, concluyen que más de un 10% de los positivos de coronavirus fueron contagiados por una persona que aún no desarrollaba síntomas.
Ante esta posibilidad, el inmunólogo italiano procedió a aislar a todas las personas que dieron positivo en el pueblo de estudio, tuvieran o no sintomatología. El objetivo era comprobar si se reducía el número de nuevos casos y así fue, pues este pasó en un periodo de 7 a 10 días de 88 a 7.
De China a Italia, el papel de los pacientes asintomáticos en el coronavirus
Por eso, insiste en que este tipo de prácticas se deben llevar a cabo, si no con toda la población como en Corea, al menos sí con los profesionales sanitarios, pues ellos son quienes se encuentran en primera línea con pacientes, muchas veces vulnerables, a los que pueden estar contagiando sin saberlo.
Es uno más de los muchos trabajos que actualmente están dedicados a conocer nueva información sobre la forma en que este coronavirus se propaga. De cualquier modo, es importante destacar lo que ya dijo Fernando Simón y lo que todos hemos podido comprobar con el caso de Isabel Díaz Ayuso: que dé negativo sin síntomas no quiere decir que la prueba no vaya a ser positiva unos días después. Por eso, incluso más importante que hacerse el test es aislarse y mantener las cuarentenas. Es algo que no debemos olvidar estos días.