Su nombre no es desconocido en absoluto en el mundo del emprendimiento en España, especialmente para el que está enfocado al sector del fintech. Pablo Viguera comenzó liderando los primeros pasos de un desconocido Revolut –ahora ya de sobra implanto– en España; de ahí pasó a ser fichado por Verse, justo después de que el equipo fundador abandonase el barco por no alcanzar los resultados esperados en España.
Solo duró un año la relación entre Pablo y la plataforma de pagos Verse. En marzo de 2019, justo después de la última ronda de inversión en la compañía, Pablo Viguera y Oriol Tintore salieron de la compañía para dar paso, de nuevo, a Bernardo Hernández –uno de los mayores inversores de Verse. Fue entonces cuando nació Belvo, el proyecto propio de Pablo, junto a Oriol, dentro del mundo fintech.
Con casi 10 meses de vida, fue salir de Verse y ponerse a trabajar en su propio negocio. Justo en uno de los sectores que si bien es uno de los mejores financiados, pero también de los más densos y competitivos. De hecho, Bnext –con su ronda de octubre de 2019– mantiene el récord del sector. Glovo, Jobandtalent o Travelperk, fuera del mundo de las finanzas, estarían por encima en lo recaudado en 2019 en rondas de financiación.
Encontrando hueco en el mercado
Venían de plataformas de pago y neobancos, un sector que ahora mismo que se divide entre grandes jugadores en Europa. Con oficinas en Barcelona para la parte de desarrollo y producto, y en México para la parte de negocio y operaciones –porque su foco de negocio está en Latinoamérica, principalmente México, Colombia y Barsil–, los fundadores han usado su experiencia para encontrar su hueco en el mercado y competir con los grandes. Y no contra ellos.
"Nacimos para resolver un tema clave del fintech. Después de estar con experiencias más consumer, lo que nos dimos cuenta es que cada vez es más complicado destacar", explica Pablo, "pero sí que hay muchas oportunidades y deficiencias en la parte de infraestructuras".
Analizaron la inversión que tendrían que realizar para lanzar un producto a consumidor en México, donde ya operan más de 300 compañías fintech que intentan abastecer a un país poco bancarizado, pero sí se encontraban muy bien capitalizadas por fondos internacionales. "A diferencia del fintech en Europa, en Latinoamérica esto es una disrupción a la banca; allí las fintech lo que hacen es expandir mucho el mercado, dando productos y servicios financieros a gente que no estaba bancarizada. El potencial de las fintech es mucho mayor, pero el riesgo también", analizan.
Las cuentas no salían si decidían entrar en ese segmento. "Se nos ocurrió este modelo que validamos con compañías de allí y vimos la oportunidad. Es un animal completamente diferente, pero lo bueno es que conocemos muy bien la tecnología", explica Pablo.
Precisamente de ese gran número de compañías fintech en Latinoamérica y de los pocos datos financieros existentes nació su idea para Belvo: el riesgo era mucho más amortiguado y la empresas sostenible en el tiempo. "Permitimos conectarse a datos bancarios a otras compañías fintech", explican. "Por ejemplo, si alguien necesita pedir un préstamos, nosotros les damos los datos para analizar su viabilidad".
Con una población que no cuenta en un gran número con cuentas del banco, la información tiene que salir de otras fuentes. "Las cuentas de los conductores de Uber y Cabify, por ejemplo, son una buena fuente de información; ahí podemos ver que tienen un salario recurrente, que quizá eso no pase por la cuenta del banco, porque tienen tarjeta prepago o van a tiendas a sacar el efectivo. Lo que estamos creando es una plataforma de APIS de openbanking al estilo de las de Europa. Es decir, cualquier información financiera que exista y que sea relevante obtener y analizar, nuestros trabajo es añadirla", explican a Hipertextual.
Y aquí vine la gran duda. Con una Europa controlada por una férrea normativa de datos, cualquier uso para terceros se ve en estos días con sospecha. ¿Cómo funciona en México y cómo funciona el análisis de terceros de Belvo sin incurrir en una violación de las famosas letras pequeñas? La realidad es que necesitan que los usuarios, para que sus peticiones sean concedidas, acepten los consentimientos de acceso a la información. Ellos, salvando las distancias, lo comparan con una suerte de Fintonic, pero para empresas.
Y Combinator llegó para financiar
No han hecho mucho ruido, pero junto a la financiación propia, Belvo ha contado desde prácticamente el primer momento con la ayuda de inversores de Latinoamérica, Europa y Estados Unidos.
Pero, sin duda, ha sido la entrada en Y Combinator lo que ha marcado la diferencia. Inversores de Stripe, Airbnb, Instacart, Dropbox, Reedit o Twitch entre otras compañías tecnológicas de éxito.
Reconocen que su paso por Verse y Revolut ha ayudado a mejorar su situación ante los inversores de Belve. Pero también el perfil de negocio: "Los inversores están bastante interesados porque fintech en Latinoamérica les llama mucho la atención. El hecho de que seamos españoles no cambia mucho la historia, pero el negocio lo vieron como algo muy atractivo".
De momento, y aunque buscan una compañía que sea solvente, tienen claro que para el modelo de negocio que están buscando tienen que crecer de forma rápida. No esperan cerrar una nueva ronda en los próximos meses, pero mantienen las puertas abiertas para posibles nuevas fuentes de financiación.