Aunque los cables Ethernet tienen una gran demanda, en especial en entornos profesionales y relacionados con servidores y grandes instalaciones, a nivel doméstico o en oficinas le va ganando terreno poco a poco la conectividad inalámbrica, en especial la tecnología WiFi con la que convivimos hace años.
Pero, como es obvio, no es lo mismo conectar tu smartphone y tu ordenador portátil solamente que añadir a esa lista tu televisor, tu consola de videojuegos, tu altavoz inteligente, tu cámara de video vigilancia y sistemas de seguridad inalámbricos, tu aspirador automático y mucho más. A esto hay que añadir que cada miembro de la familia tiene, de medio, cuatro o cinco dispositivos conectados.
En resumen. Los routers actuales cuentan con más antenas y de más potencia que los de hace unos años, pero con todo, los límites de alcance de la tecnología WiFi hace que una superficie interior de cierta envergadura tenga puntos ciegos donde no llega la conexión.
Si en cuestiones de electricidad contamos con bases de enchufes, conocidos por ladrones en algunos lares, y con alargadores de cable, en el campo de la conectividad WiFi podemos emplear puntos WiFi bien con routers clásico o bien con dispositivos cada vez más populares como son los WiFi Mesh o en castellano, redes inalámbricas en malla. Su ventaja es que son una versión simplificada del router de toda la vida y, por ende, más barato. Además, su función principal es repetir la señal o ampliarla para que así llegue tu conexión WiFi a toda la superficie a cubrir, ya sea una oficina o tu domicilio.
Internet sin cables y sin límites
Aunque hemos incorporado la nomenclatura inglesa WiFi Mesh, este vocablo no es una marca registrada ni el nombre de un único dispositivo. Mesh significa malla en inglés, de ahí que estos dispositivos se conozcan en castellano como redes en malla, redes inalámbricas en malla, red WiFi mallada o sistemas de wifi de malla. Pero para entendernos, lo llamamos WiFi Mesh, algo similar a lo que ocurre con las baterías externas que ahora se conocen en el mercado como Power Bank. Pero ese es otro tema.
Volviendo a lo que nos ocupa, los dispositivos WiFi Mesh son una versión evolucionada de los repetidores de señal de hace unos años. En primer lugar, su diseño y tamaño los hacen ideales para colocar en cualquier rincón de la casa. Se conectan a la corriente eléctrica y luego se conectan al router principal por Ethernet o vía WiFi y/o a otro punto WiFi Mesh creando así una malla o red inalámbrica que cubre una superficie mayor que el router por defecto.
Un sólo dispositivo puede alcanzar los 50 metros, mientras que combinándolos podemos cubrir hasta 300 metros o más según el modelo y dispositivos conectados. En cuanto a velocidades, según el protocolo y frecuencia, permite emplear conexiones de 2’4 GHz y de 5 GHz.
Otra particularidad de los dispositivos en malla es que son inteligentes, o mejor dicho, no se limitan a repetir la señal, también se encargan de optimizar conexiones o servicios, priorizar la conectividad y, en definitiva, hacer que la conexión sea la mejor posible en todos los rincones de la casa. Por lo demás, se pueden conectar entre sí a partir de un punto base conectado directamente al router e incluso es posible controlar su funcionamiento vía app móvil como ocurre con los Google Wifi.
Pero junto a Google hay muchos más fabricantes y distribuidores de sistemas wifi de malla. Los hay conocidos en conectividad como TP-Link, Netgear o Linksys, otros más recientes como ASUS, Xiaomi o Huawei. Incluso Amazon tiene su propia línea bajo el nombre Eero. Por su parte, Hewlett Packard también ofrece su línea de productos de wifi en malla bajo la marca Aruba Instant On. Hace unos meses pude probar dos modelos y aquí encontrarás mis impresiones sobre este sistema para ampliar la conectividad WiFi.
La variedad de modelos, formas y diseños es enorme, pero en su mayoría coinciden en contar con varias antenas, compatibles con todos los protocolos WiFi actuales y con un gran número de conexiones disponibles sin que apenas se resienta la cobertura.
Con todo, si bien su propósito es que la conectividad inalámbrica llegue a todas partes, las redes en malla o WiFi Mesh tienen los mismos inconvenientes que cualquier router inalámbrico y que vienen implícitos en la tecnología WiFi. Es decir, las ondas inalámbricas se reducen al atravesar paredes y muros de determinados materiales y algunos electrodomésticos pueden interferir la señal.