La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) ha aprobado realizar más ensayos con MDMA (también conocido como éxtasis) para pacientes con trastorno de estrés postraumático (TEPT), tal y como recogía New York Post a finales del pasado mes de enero.
No es la primera vez que se realizan estudios con MDMA, pero ahora resurgen tras varias décadas sin muchas investigaciones. El éxtasis no es la única droga psicodélica que se encuentra en estudio, tal y como explica desde el otro lado de la línea José Carlos Bouso, psicólogo y doctor en farmacología. "En Estados Unidos, la psilocibina está en fase 3 para la ansiedad y la depresión en enfermos terminales y en Europa está en fase 2 para la depresión mayor", añade. Es cuestión de tiempo que estas sustancias psicoactivas lleguen a las consultas de los psiquiatras, pero ¿qué es la psicoterapia asistida con psicodélicos? ¿De verdad hay una base científica para el uso de estas drogas en el caso de las personas con TEPT?
Trastorno de estrés postraumático o cómo la mente de militares y maltratadas se enfrenta al trauma vivido
El uso de los psicodélicos
El uso de sustancias psicodélicas para sanar la mente no es una idea nueva, en la Amazonía los chamanes han usado durante muchísimo tiempo la ayahuasca. Las sustancias psicoactivas, como las que contienen la ayahuasca o el peyote "forman partes de principios activos de plantas". "Son plantas que han sido utilizadas por la humanidad desde tiempo inmemoriales", ilustra Bouso. "El uso que se hacía de estas plantas en las culturas tradicionales formaba parte de la medicina tradicional de esas culturas. Casi todas las culturas utilizan plantas psicoactivas, y muchas de ellas con un perfil psicodélico, en sus medicinas tradicionales. Porque la salud, en las comunidades tradicionales, se entiende no solamente como una condición física sino que está conectada al mundo espiritual y se usan estas plantas para acceder a este mundo espiritual y tratar de modificar las cosas que estén siendo alteradas en las personas".
"También, la salud en las culturas tradicionales no es una cosa individual sino que es una cuestión comunitaria, de la comunidad. Los rituales asociados a estas plantas se realizaban en contextos comunitarios, donde es la comunidad la que está por encima y servía para estrechar vínculos comunitarios", añade Bouso. "Esto es importante porque la psiquiatría entiende las condiciones psiquiatricas como un problema de la persona, por lo que se usan antidepresivos y antipsicóticos, que se supone que tratan de arreglar algo que está erróneo en la persona", señala Bouso. "En las comunidades tradicionales es al revés, cuando una persona está enferma es porque algo está fallando en la comunidad. Y algo de razón tienen, sabemos a día de hoy que la soledad y la falta de percepción de vínculos comunitarios es un factor importante de enfermedades mentales", comenta Bouso a Hipertextual.
¿Qué pasa en el cerebro cuando una persona tiene TEPT?
Para entender cómo funciona el MDMA en el cerebro, hay que saber qué pasa en este cuando una persona tiene trastorno de estrés postraumático.
Para empezar, el TEPT "se desarrolla cuando una persona ha estado expuesta a una situación en la que su vida ha corrido serio peligro, tanto físico como psicológico" y es más fácil desarrollarlo "si este evento ha venido producido por otra persona que si ha sido por un desastre natural", es decir, es más fácil que una persona que ha vivido un ataque terrorista o que ha ido a la guerra lo desarrolle y que otra que ha vivido un desastre como un tsunami, no, según ejemplifica Bouso.
"El TEPT se caracterizan por tres tipos de experiencias principales: evitar los lugares que te pueden recordar al suceso traumático; evitar a las personas -por lo que los pacientes se van aislando porque se exponen menos- y reviven de manera incontrolada el suceso traumático, como flashbacks", explica Bouso. Esto "son revivencias incontroladas en las que se vuelve a experimentar lo que ocurrió con toda la carga emocional". Pero eso no es todo, ya que "va acompañado de una situación de ansiedad generalizada, en la que la persona vive en un estado hipervigilante". Y al final deriva en otros problemas como insomnio o problemas cognitivos. "Va a crear una serie de manifestaciones patológicas importantes y no hay un tratamiento", comenta. Hasta ahora, el tratamiento recomendado para estos pacientes es la sertralina, un antidepresivo "que solo actúa sobre los síntomas de evitación, pero no en los de ansiedad ni sobre los flashblacks"
"Como consecuencia de esto, la amígdala, que es la estructura cerebral encargada de procesar el miedo, está hiperactivada y dificulta que las estructuras frontales, que son las encargadas de regir el comportamiento, estén bajo los mandos de la amigdala", ilustra. Se puede decir que la dictadura del miedo controla el cerebro. "El paciente está en un estado de miedo permanente". El TEPT "es una especie de fobia al miedo, tienen miedo a volver a encontrarse con lo que ya han vivido. Es su experiencia con relación a la experiencia, son sus sentimientos, sus pensamientos...", añade Bouso.
Por su parte, "el MDMA permite que estas personas vuelvan a conectar consigo mismas con ausencia de miedo, es decir, el MDMA se dice que es un remedio contra el miedo, permite que las personas vuelvan a entender qué es la vida sin tener miedo". "El efecto principal del MDMA es producir una experiencia de seguridad emocional en el que puede empezar a entender que la vida puede ser vivida confiando en los demás y sin miedo. Y sobre esto es sobre lo que se trabaja", añade el psicoterapeuta.
"Desde un punto de vista neurobiológico se ha visto que [el MDMA] reduce la actividad de la amígdala y aumenta la actividad de la corteza prefrontal. Con lo cual, restauraría este proceso negativo en el que la amígdala toma el control y esto, trabajándolo dentro de un contexto de psicoterapia, permitiría a las personas ir integrando, poco a poco, qué es lo que pasó en su experiencia y que sus pensamientos y sentimientos asociados dejen de atacarle", explica Bouso. "Todo el tratamiento consiste que a la persona se le devuelva el control de la experiencia. Y esto es lo que persiguen todos los tratamientos psicológicos, por eso funcionan mejor que los farmacológicos", añade. Esto es por lo que es tan importante que el uso de MDMA vaya acompañado de una terapia con psicólogos especializados.
MDMA versus antidepresivos: cómo afectan al cerebro
Los antidepresivos se descubrieron por "serendipia", según explica a Hipertextual Óscar Soto, residente de psiquiatría en el Hospital Vall d'Hebron. De hecho, antes de saber cómo funcionaban en el cerebro, ya se estaban recetando. Los que más se utilizan son la fluoxetina (que se comercializó primero como Prozac) y otros inhibidores selectivos de la recaptación de la serotonina (ISRS) como la sertralina o la paroxetina. ¿Cómo funcionan los antidepresivos? ¿Y cómo lo hace el MDMA?
No todos los antidepresivos funcionan igual, pero los que nos interesan son los ISRS: "Los antidepresivos empezaron a utilizar incluso antes de que se supiera cómo funcionaban. Vieron que funcionaban muy bien y se empezaron utilizar", ilustra Soto. Pero después se procedió a investigar y descubrieron que "el mecanismo de acción que tienen fundamentalmente es que inhiben la recaptación de serotonina, un neurotransmisor que actúa en la sinapsis neuronal", indica. "Inhiben la recaptación de tal manera que hay más en la sinapsis" y, al final, "cambia la transcripción genética de las neuronas" y ese es el principal motivo por el que este tipo de antidepresivos tarda entre una y tres semanas en comenzar a hacer efecto. "Necesitan un tiempo para que esta práctica cambie ciertas partes del cerebro y mejorar la depresión".
Por su parte, el MDMA también afecta a la serotonina, pero de "una manera mucho más inmediata, más rápida", indica Soto. "Provoca que toda la serotonina que tenía guardada la neurona se suelte de golpe", explica a Hipertextual. "Tienes una gran avalancha de serotonina en muy poco tiempo y dura poco, ya que el MDMA tiene una vida media de unas dos horas más o menos", indica. De hecho, este es el motivo por el que la gente que toma MDMA se puede sentir deprimida a la semana siguiente de tomarlo, "porque pierde toda la serotonina y luego tiene que volver a generarla". "Es un mecanismo muy distinto al del antidepresivo", afirma. Soto señala que nunca hay que tomar MDMA mientras se está en tratamiento con antidepresivos que afectan a la serotonina "porque interaccionan entre sí, si tomas antidepresivos no es buena idea que tomes MDMA".
La principal diferencia entre los psicofármacos actuales y la psicoterapia asistida con psicodélicos, y por lo que son "tan controvertidos", según Soto, es que "con una o dos dosis de estos psicodélicos se consiguen resultados muy rápidos y que perduran en el tiempo". Y esto no sucede con los actuales, ya que "necesitas un tratamiento de varios meses y a veces de por vida", apunta este psiquiatra.
"Los fármacos psiquiátricos habituales se supone que funcionan como cuando tú tienes dolor de cabeza y te tomas una aspirina: eliminando los síntomas", explica Bouso. "Pero esto no es así, además se sabe que los fármacos psiquiátricos tienen unos efectos secundarios muy altos", señala. "Se llama psicoterapia asistida con psicodélicos porque a una persona que tiene depresión no le das una dosis de psilocibina y le curas la depresión. Le das psilocibina en el curso de un tratamiento psicológico en el que, gracias a la utilización de esta sustancia, o MDMA, explora las cosas que le están ocurriendo", explica Bouso.
A pesar de todo esto, Soto se muestra cauto: "Hay que tomárselo todo como un grano de sal porque no tenemos datos en cantidad ni calidad como necesitamos", explica. "Hacen falta más estudios, porque de momento es muy prometedor".
En España, Bouso llevó el primer estudio sobre este tema en 1999, pero su investigación terminó cancelándose porque el clima político era diferente al que hay en la actualidad: "Nadie iba a pensar hace 15 años que de repente iba a haber este boom de interés en este tipo de fármacos. Ha cambiado muchísimo el panorama, para bien".
No todo iba a ser perfecto
Si los psicodélicos llegan a las consultas, no todo el mundo tendrá acceso a la psicoterapia asistida con ellos. De hecho, una de las cosas que se tienen que estudiar son los perfiles de personas a las que se les pueden dar estas sustancias psicoactivas porque "el mayor riesgo que tienen es que pueden desencadenar un episodio psicótico en pacientes predispuestos, por ejemplo, que tengan carga genética", explica Soto. "Hay que controlar muy bien a qué pacientes se les puede dar, a quienes no y por qué. Y por eso, hasta ahora la mayor parte de los estudios son en personas sanas", afirma este psiquiatra. "Si hay un riesgo mínimo de que puede desencadenar psicosis, es algo que hay que evitar". Aunque hasta el momento la mayoría de los ensayos había sido en personas sanas, cada vez tenemos más ensayos con pacientes: "Presisamente las fases 2 y 3 de ensayo clínico son con pacientes", indica Bouso. "También recientemente la FDA ha autorizado el equivalente a uso compasivo con MDMA para TEPT, y eso es también con pacientes", añade.
No solo se usa el MDMA o la psilocibina, otras drogas psicodélicas son el LSD, la ayahuasca o el peyote. En cuanto a una posible adicción a estas sustancias que vayan más allá de la consulta, Soto explica que "el potencial adictivo del LSD es el más bajo de todas las drogas que se conocen". No obstante, el MDMA "sí que tiene un potencial adictivo más alto, pero no es tan alto como el de otras sustancias como la cocaína, el alcohol, el tabaco... Pero el riesgo está ahí". El problema no es tanto que active el circuito de recompensas, como sucede en las adicciones, sino que el paciente quiera volver a experimentar las sensaciones al tomar MDMA. De ahí que haya que elegir con mucho cuidado a los pacientes con los que se vaya a utilizar éxtasis en consulta.
¿Veremos en dos o tres años el salto a las consultas del MDMA para pacientes con TEPT? El MDMA parece prometedor en cuanto a las personas con trastorno de estrés postraumático y la psilocibina y otros psicodélicos podrían ayudar a personas con depresión, ansiedad... Sin embargo, aún quedan muchas investigaciones por hacer antes de que se aprueben. Por ahora solo podemos esperar.