A veces, por mucho que nos cuidemos los dientes, es inevitable que se acumule en ellos algo de placa, que solo puede ser retirada completamente a través de una limpieza realizada por un dentista. Incluso puede que tengamos que lidiar con alguna que otra caries. Lo que no resulta para nada tan común es la presencia de pelitos emergiendo de las encías, como pequeñas pestañas aprisionadas entre las piezas dentales.

Puede parecer surrealista, pero es algo totalmente posible, que le pasó en 2009 a una joven de diecinueve años, en Italia. La mujer se reunión con médicos de la Universidad de Campania Luigi Vanvitelli, en busca de un diagnóstico para la rara condición que padecía. Sorprendidos, los doctores realizaron una búsqueda bibliográfica sobre el tema y comprobaron que no era la primera persona a la que le sucedía, pues en la década de los 60 se habían diagnosticado con algo similar otras cinco personas, todos hombres. Se trata de una rara afección, conocida como hirsutismo gingival, cuyo origen a día de hoy es desconocido.

Zhurakivska et al., OOOOJournal, 2020

¿Cosa de hormonas?

Tras detectar los pelos que nacían de sus encías, la joven se sometió a un chequeo general, que determinó que padecía síndrome de ovario poliquístico.

Se trata de una enfermedad que afecta a mujeres en edad reproductiva y se caracteriza por síntomas como la presencia de menstruaciones irregulares, múltiples quistes en el ovario y, sobre todo, niveles anormales de hormonas masculinas. Precisamente por esto último las pacientes que lo padecen suelen padecer un crecimiento excesivo de vello en zonas como la cara o las extremidades. Esto podría indicar la razón por la que esta joven había experimentado esa aparición tan anómala de pelo.

No obstante, las encías no poseen en condiciones normales folículos pilosos, por lo que ni siquiera en presencia de un exceso de estas hormonas debería crecer vello. Llegaron a la conclusión de que el motivo debería ser otro, pero que el síndrome empeoraba aún más la condición.

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Por eso, procedieron a retirar cada pelo quirúrgicamente y la sometieron a un tratamiento con anticonceptivos para regular sus niveles hormonales. La paciente experimentó una clara mejoría y, durante años, no volvió a ver pelo en sus encías. Sin embargo, cuando se le retiraron las pastillas seis años después, tuvo que buscar de nuevo atención médica, pues el hirsutismo volvió a sus encías.

Fue necesario extirpar otra vez los pelos, pero en esta ocasión aprovecharon también para tomar una pequeña muestra de tejido gingival y observarla al microscopio. Así pudieron ver un tallo de pelo que crecía a través de las encías, inusualmente engrosadas.

Eso explicaba cómo habían llegado los pelitos hasta allí, pero seguían sin entender el motivo original que había llegado a esta formación tan peculiar de los tejidos de la boca. Era probable que tuviese que ver con algún fallo durante el desarrollo embrionario, pues en ese periodo los tejidos de la mucosa bucal llegan a estar muy cercanos a los que dan lugar a la piel. De hecho, por este motivo se forman los gránulos de Fordyce, una afección mucho más común, que aparece cuando las glándulas generadoras de aceite de la piel se sitúan también dentro de la boca.

¿Por qué tenemos pelo en unas partes del cuerpo y en otras no?

Por el momento, dado el bajo número de casos registrados de hirsutismo gingival, no se conoce información mucho más allá de lo que han concluido con la historia de esta joven italiana, descrita recientemente en un estudio de la revista Oral Surgery, Oral Medicine, Oral Pathology, Oral Radiology. Al menos para ella la condición parece mejorar bajo tratamiento con anticonceptivos. Pero vuelve más fuerte si estos se retiran y eso es un problema.

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