Ahora mismo, los juegos más populares son móviles. Títulos como Pokémon Go, Clash of Clans, Candy Crush o Minecraft cuentan con adeptos y jugadores que pasan horas delante de su smartphone. Pero hace unos años, antes de la popularidad de los teléfonos inteligentes, los juegos más exitosos eran Flash.

Por juego Flash me refiero a sencillas aplicaciones programadas en Adobe Flash que no destacaban precisamente por sus gráficos sino porque imitaban o se inspiraban en clásicos de las recreativas y que eran realmente adictivos. Algunos incluso dieron el salto a iPhone y Android.

Durante años, los juegos Flash tuvieron mucha popularidad. Eran gratuitos, no necesitabas descargarlos y sólo necesitabas un navegador web con Adobe Flash Player instalado, que hasta hace un tiempo era lo más habitual. Es más, Google Chrome desde sus primeras versiones integraba Flash.

Si te aburría el Solitario de Windows, sólo tenías que buscar “juegos flash” en Google y encontrabas decenas de sitios web especializados en recopilar y crear juegos de este tipo. Horas y horas de diversión gratuita sin importar la antigüedad de tu computadora.

El fin de Flash

Pero todo llega a su fin. Flash fue una tecnología muy popular en la Web de los 90 y más adelante en la creación de aplicaciones y juegos online. No olvidemos que durante años, el reproductor de YouTube corría en Flash.

El reinado de Flash quedó tocado por dos razones. La primera, el iPhone. Apple intentó que Flash fuera parte de su sistema operativo iOS, pero el alto consumo en recursos y batería lo hacía inviable. Solución, dar la espalda a Flash a contracorriente de lo que hacía el resto de compañías y fabricantes de tecnología. Internet se llenó de memes y bromas al respecto, pero el tiempo le ha dado la razón.

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La segunda razón por la que Flash ha perdido su fama es HTML 5, una versión mejorada de HTML que permite crear aplicaciones iguales o mejores a las creadas con Flash y, además, con un menor consumo de recursos, ideal para cualquier dispositivo con batería incorporada.

Finalmente, la propia Adobe, propietaria de esta tecnología, anunció que abandonaba Flash en favor de otras soluciones más propias del ecosistema tecnológico actual. Por su parte, Google, aunque todavía integra Flash en su navegador Google Chrome, anunció a finales del año pasado que dejaba de indexar páginas web en Flash. La última estocada a Flash.

Que no caiga en el olvido

Este repaso a los juegos Flash y su fin como tecnología dominante viene a propósito de un proyecto liderado por BlueMaxima y que recibe el nombre de Flashpoint. Su objetivo, preservar más de 38.000 juegos Flash, además de 2.400 animaciones Flash.

Y es que ante el final de Flash en la Web, más pronto que tarde, las páginas que hoy almacenan contenido Flash dejarán de estar disponibles, algo que vio en su momento el proyecto Internet Archive, de ahí su programa Wayback Machine que indexa páginas populares para su preservación de cara al futuro.

Así pues, en BlueMaxima’s Flashpoint encontrarás algunos de los juegos Flash más populares y podrás recordar viejos tiempos o descubrir con qué nos divertíamos antes de que llegaran los juegos de App Store y Google Play.

Para disfrutar de este contenido Flash gratuito deberás descargarlo. Está disponible en dos versiones. Una, de 241 GB, que incluye todo el contenido almacenado. En segundo lugar, una versión de 296 MB que sólo descarga el contenido Flash que quieras reproducir.

En principio, Flashpoint sólo es compatible con Windows 7 en adelante, si bien seguramente pueda usarse en macOS o Linux vía PlayOnLinux o similares o bien accediendo al contenido Flash almacenado.

Junto a los juegos Flash, también se incluyen contenido ActiveX, Java, Shockwave, Unity, Silverlight, etc. En definitiva, una colección de varios gigabytes de diversión para guardar en la memoria de tu ordenador y así jugar cuando te quedes sin conexión y no sepas qué hacer.