La respuesta del gobierno chino ante las opiniones vertidas online respecto a la actuación por el coronavirus COVID-2019 que se desató inicialmente en la provincia de Hubei, se encuentra bajo el escrutinio tras ser desvelados varios casos en los que los internautas comienzan a verse censurados y presionados en una variedad creciente de situaciones.
Así lo cuentan desde Vice, donde relatan el caso de un joven directivo de una start-up de conducción autónoma procedente de Wuhan, la ciudad que se cree origen de esta epidemia global. Este emprendedor de 28 años, que se hace llamar Joshua Left, salió a mediados de enero de la región afectada. Relata cómo al publicar información que él considera relevante para sus contactos en la red social china Weibo, comenzó a recibir mensajes inusuales y sospechosos.
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De Weibo a Twitter: seguimiento global
Left afirma varios de sus contactos le preguntaban por información relativamente específica, como la habitación del hotel en la que se estaba alojando en San Francisco e incluso su número de teléfono estadounidense. Pronto después, recibiría un mensaje en este número indicándole que alguien estaba intentando acceder en sus perfiles online desde Shanghái.
Otro caso relacionado saldría de las tecnológicas chinas para llegar a las occidentales. Se trataría esta vez de un residente en la ciudad de Dongguan, en respuesta a un tuit crítico con la actuación inicial del gobierno. La respuesta, publicada a través de una VPN, se seguiría por una llamada por parte del gobierno, que pronto se presentaría en su casa afirmando que su teléfono móvil estaba vinculado a esa cuenta de Twitter afirmando que se trataba de un ataque al gobierno chino.
Según las fuentes de Vice, al menos una decena de ciudadanos chinos han sido arrestados por este tipo de publicaciones. Pero no se trata de la primera vez que las críticas en torno al coronavirus suenan a todo volumen frente a los dirigentes de China, como tampoco este tipo de reacciones. Cuando el 6 de febrero falleció Li Weinliang, el médico chino dio la voz de alarma frente a la epidemia y que fue reprendido por las autoridades locales, se acumularon millones de mensajes en Weibo, que fueron borrados poco después, según contaba NPR.
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Previamente este mismo mes, Vice publicaba cómo China censuraba activamente las comunicaciones a través de esta misma red social para los ciudadanos residentes en Estados Unidos que publicaban contenido crítico con la actuación gubernamental.
Varios precedentes a este tipo de prácticas han tenido lugar más allá de la frontera China, y sus efectos van mucho más allá de una censura efectiva que se queda en el gigante asiático.