Tras lanzar este año sus primeros procesadores en los 10 nanómetros en un salto generacional que le ha llevado 5 años frente a su salto habitual en dos, es Bob Swan, el reciente CEO de Intel, quien arroja algo de luz sobre las causas últimas de este letargo que ha hecho posible que varios competidores se aproximen por diversos frentes.
Fue durante la conferencia tecnológica Credit Suisse donde recogió algunos de los temas más relevantes en la nueva dirección de la compañía, con un foco más diversificado y no solo apuntando al mercado de las CPU donde mantuvieron unas cuotas superiores al 90% durante años.
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Algo más que CPUs: silicio
Swan afirmó, según recogen en WccfTech que el nuevo objetivo de Intel ya no es tanto mantener esa elevadísima cuota de mercado en un segmento restringido como las CPU, sino aguantar el 30% de todo el mercado de silicio internacional.
Según las nuevas cuentas, ese 30% sería sobre un mercado de 230.000 millones de dólares, donde no solo se encuentran las CPU tradicionales, sino también chips gráficos, chips para inteligencia artificial y otros más específicos como FPGAs. El directivo y anterior director financiero de Intel, tiene las cuentas más claras, y llega a afirmar que quiere "destruir la idea" del 90% del mercado en CPU porque, a su entendimiento, limita su pensamiento y capacidad de capitalizar las transiciones tecnológicas.
"Pensamos en tener un 30% de cuota en un TAM de 230.000 millones de dólares, que esperamos que crezca a 300.000 millones de dólares en los próximos 4 años, y francamente, estoy tratando de destruir la idea de tener un 90% de cuota dentro de nuestra compañía porque creo que limita nuestro pensamiento, creo que nos perdemos las transiciones de tecnología. Perdemos oportunidades porque, de alguna manera, estamos preocupados por proteger ese 90%, en lugar de ver un mercado mucho más grande con mucha más innovación".
Swan también respondió a preguntas acerca de las causas detrás de la pérdida de cuota de mercado a favor de las soluciones de AMD, quien ya se encuentra posicionada en el mercado de escritorio con sus CPUs de 7 nanómetros. El financiero afirma que es debido a tres razones principales. La primera de ellas es una demanda mayor a la prevista, que no son capaces de abastecer –y debido a la cual se han visto obligados a resucitar chips en procesos ya superados como el de 22 nm–.
La segunda es la fabricación de módems para smartphones en sus propias instalaciones, que han congestionado todavía más en este periodo de alta demanda. La tercera es que, con las múltiples iteraciones en los 14 nanómetros, se han valido de diseños más grandes –con mayor número de núcleos y por tanto mayor tamaño final–, lo cual ha limitado la producción de chips por unidad de silicio.
El futuro de Intel, en los 7 y 5 nanómetros
Por último, Swan mencionó algunos detalles acerca de la producción en los próximos procesos por venir. Afirma que se apresuraron en un primer momento con el aumento en la densidad de transistores con el paso a los 14 y posteriormente a los 10 nanómetros.
En este sentido, esperan volver a una hoja de ruta más conservadora pero realista con los 7 nanómetros , que esperan poner en el mercado a finales de 2021, aunque en este proceso se comparan en densidad a los 5 nanómetros de TSMC que llegará en el verano de 2020. Posteriormente, esperan alcanzar los 5 nanómetros hacia la segunda mitad de 2024, donde competirán con unos más equivalentes 3 nm de TSMC.