La British Ecological Society (BES) organiza cada año un concurso fotográfico destinado a escoger las instantáneas que mejor representan esos detalles del medio natural que, a pesar de ser impresionantes, suelen pasar desapercibidos.
El certamen ha estado muy disputado este año, con 1.200 fotografías, realizadas por personas de 40 países diferentes. Ha debido ser todo un reto para el jurado elegir los ganadores, pero finalmente lo han hecho. Todos ellos serán presentados en Belfast, en unos días, pero el medio de noticias de ciencia IFL Science ya ha publicado un resumen con las imágenes elegidas en cada categoría.
Noche roja, de Roberto García Roa
Roberto García Roa se ha hecho con el premio general del concurso, gracias a la imagen de una boa arborícola (Sanzinia madagascariensi), enredada en el tronco de un árbol, en Madagascar. El fondo casi infernal de la escena no se debe a la peligrosidad de la serpiente, que ni siquiera es venenosa, sino a la luz roja, utilizada por el fotógrafo para difuminar el fondo y dar aún más importancia al reptil.
Textura de otoño, de Mikhail Kapychka
Se quedó en puertas de la victoria este bosque de abedules de la región bielorrusa de Mogilev, cuya imagen es la finalista de la categoría general.
Llamas en los canales (Flames in Flumes), de Nilanjan Chatterjee
La categoría general de estudiantes la ha ganado la fotografía de este macho de colirrojo ruliginoso (Rhyacornis fuliginosa), pillado in fraganti mientras buscaba insectos en las aguas de un río, al norte de la India.
Durmiendo tranquilos, de Felix Fornoff
Ahora que se ponen de moda los hoteles cápsula para pasar la noche, podría compararse con ellos la imagen, captada en Alemania, que ha resultado ganadora de la categoría “Individuos y poblaciones”. En ella se ven los nidos de hojas en los que se colocan de forma muy ordenada las larvas de abejas cortadoras de hojas (Megachile sp). Gracias a las capas de hojas, las “crías” del insecto pueden permanecer amortiguadas y seguras hasta el fin de la metamorfosis, que se encuentra ya cerca, como puede verse en el color de sus ojos.
Vigilante, de Khristian V. Valencia
La misma categoría que la anterior, pero en el grupo de estudiantes, la ha ganado esta serpiente nublada colombiana nocturna ( Sibon nebulatus ), que se encuentra posada sobre una hoja, a la espera de capturar a una de sus presas.
Pequeño guerrero, de Roberto García Roa
La faceta guerrera de las hormigas, capaces de organizarse en ejércitos e incluso capturar prisioneros entre los grupos enemigos, ha llamado durante años la atención de los amantes de la naturaleza. Sin embargo, no siempre ganan sus batallas. Es lo que puede verse en la instantánea ganadora de la categoría “Ecosistemas dinámicos”, pues en ella una pequeña araña malasia captura, literalmente en sus redes, a una hormiga mucho más grande que ella.
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La misma categoría la ha ganado también esta imagen, protagonizada por una vaca y un chimango (Milvago chimango), mirando juntos hacia el canal Beagle, de Argentina, al más puro estilo de Timón y Pumba.
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Fluorescencia, de Roberto García Roa
Este fotógrafo ha alcanzado también el galardón de la categoría “De cerca y personal”, con la fascinante imagen de un escorpión exhibiendo su fluorescencia azul al ser irradiado con una linterna de luz ultravioleta. Se trata de un fenómeno descrito por primera vez en 1954, que ha sido muy estudiado desde entonces. Aunque hay diversas teorías al respecto, la mayoría de expertos coinciden en que se debe a la presencia de moléculas colectoras de fotones, que “transforman” la luz ultravioleta en cian-verdosa.
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Arlequín, de Khristian V. Valencia
Este estudiante ha obtenido también el premio “De cerca y personal”, dentro de su categoría. En esta ocasión lo ha hecho con la imagen de un ejemplar de Atelopus spurrelli, posado sobre la hojarasca de un bosque colombiano.
A pesar del nombre de la fotografía, no debe confundirse con otras especies, como Oophaga histrionica o Atelopus varius, conocidos también como rana arlequín y sapo arlequín, respectivamente.
El perezoso en la carretera, de Andrew Whitworth
La imagen de un perezoso de tres dedos (Bradypus tridactylus) captado en una carretera de Costa Rica y mirando directamente a la cámara ha sido la ganadora de la categoría “Gente y naturaleza”.
Deshielo, de Gergana Daskalova
La versión para estudiantes de la categoría “Gente y naturaleza” la ha ganado una imagen que muestra a la perfección lo pequeñitos que somos en realidad los seres humanos cuando nos comparamos con la inmensidad de la naturaleza. Fue tomada en una depresión de deshielo regresiva en la isla Qikiqtaruk-Herschel, de Canadá, y también exhibe que, aun siendo pequeños, nuestra actividad puede traer consecuencias tan negativas como el calentamiento global, culpable de que muchos paisajes helados no se recuperen después el deshielo.
Corte de pelo anual de rinocerontes, de Molly Penny
A la cabeza de la categoría de “Ecología en acción” se sitúa esta imagen, protagonizada por un rinoceronte blanco (Ceratotherium simum), al que le están cortando el cuerno, en Sudáfrica. Aunque pueda parecer un perjuicio para el animal, en realidad es una actividad para su conservación; ya que, al eliminar el bien más preciado de los furtivos, queda protegido de sus balas.
Capturando el cambio de la vegetación de la tundra, de Gergana Daskalova
Los drones son herramientas cada vez más útiles para el estudio del medio natural. Por eso, no podían faltar entre las fotografías seleccionadas en el certamen. Concretamente ha sido el premio para estudiantes de la categoría “Ecología en acción” y muestra a un equipo de National Geogrpahic, preparado para comenzar una expedición en la isla canadiense Qikiqtaruk-Herschel.
Por el amor de los flamencos, de Peter Hudson
La ganadora de la categoría “El arte de la ecología” hará las delicias de cualquier amante del romanticismo, pues en ella se puede ver a una abundante manada de flamencos, agrupados en forma de corazón, sobre las aguas del lago Magadi, en Kenia.
Mundo minúsculo (Teeny tiny world), de Sanne Govaert
Finalmente, la foto realizada por un estudiante que se ha hecho con el primer premio de la categoría de “Arte de la Ecología” es esta, en la que se puede ver un hongo de la especie Mycena, creciendo en el interior de un tronco podrido.