Hace años, los principales problemas de los que accedíamos a internet eran el precio de la conexión, la inestabilidad y/o la velocidad de la misma. El precio sigue siendo algo preocupante, aunque todo ha cambiado mucho y obtenemos mayor velocidad y prestaciones a cambio de un precio más o menos estable. Y las conexiones, salvo excepciones, son más estables.
Las preocupaciones actuales tienen más que ver con la seguridad y la privacidad. Cada vez somos más conscientes que cuando accedemos a internet se produce un intercambio de información que puede ser lícito para que todo funcione correctamente pero que, en ocasiones, supone que una empresa se beneficie de nuestros hábitos de conexión y obtenga réditos de esa información sin habernos preguntado si pueden usarla. Y el problema aumenta cuando, en vez de una empresa, es un gobierno el que usa esos datos.
El problema de privacidad en internet va más allá de la información que podamos aportar nosotros de manera consciente cuando nos damos de alta en un servicio, rellenamos un formulario o accedemos a redes sociales. Aquí depende de cada uno qué compartir y qué no. Pero, ¿qué ocurre con nuestros hábitos de navegación, los datos de nuestro dispositivo, ubicación, dirección IP, páginas que visitamos, tiempo que pasamos en ellas, etc.?
Repasamos a continuación distintas maneras de mantener bajo control nuestra privacidad y acceder a internet sin dejar rastro de menos a más eficiente.
El modo incógnito o modo privado
Desde que Firefox introdujera el modo incógnito o modo privado, todos los navegadores lo han integrado, de manera que desde PC, Mac, iPhone, iPad o dispositivos Android, podemos acceder a páginas web sin dejar rastro en nuestro equipo.
También conocido como modo porno, esta función hace que el navegador no guarde rastro en el historial de navegación y de descargas ni guarde las cookies de los sitios web que visitemos. Pero hay algo que olvidamos si usamos el modo incógnito, y es que en palabras de la ayuda oficial de Google Chrome, “tu actividad sigue siendo visible para los sitios web que visitas, tu empresa, centro educativo o tu proveedor de servicios de Internet”.
Es decir, evitas que tu navegador guarde información o datos de tu navegación, lo que en parte es útil para proteger tu privacidad, pero no impide que los sitios web que visites guarden constancia de tus visitas.
Acceso cifrado por defecto
Gracias a la lucha de grupos como Mozilla, asociaciones de internautas y de defensa de la privacidad en internet, y finalmente por el apoyo último de Google, hoy en día la gran mayoría de sitios web emplean acceso cifrado, cambiando el antaño habitual HTTP por el protocolo seguro HTTPS.
Actualmente, los navegadores modernos te avisan si accedes a un sitio web que todavía emplee HTTP, y tienes que aceptar varias veces que quieres acceder igualmente bajo tu responsabilidad.
La diferencia entre el protocolo HTTP y HTTPS es, en palabras de la Wikipedia, que “De este modo se consigue que la información sensible (usuario y claves de paso normalmente) no pueda ser usada por un atacante que haya conseguido interceptar la transferencia de datos de la conexión, ya que lo único que obtendrá será un flujo de datos cifrados que le resultará imposible de descifrar.”
Como decía, los navegadores actuales procuran que la conexión por defecto sea la segura, y para que veamos si es así veremos un icono de cerradura en la barra de navegación.
Bloqueo de cookies y seguimiento cruzado
Las cookies son una de las herramientas que emplean los sitios web para obtener información de nosotros, nuestro equipo y nuestros hábitos de navegación. Su propósito original era ayudar a personalizar el comportamiento de una web cuando la visitábamos frecuentemente, algo que sigue ocurriendo hoy en día. Pero el mal uso también está presente.
Sin embargo, en la actualidad las cookies no son el único de nuestros problemas, ya que hay más herramientas para hacer seguimiento de nuestra navegación.
Por suerte, navegadores como Firefox o Safari han introducido medidas de seguridad para evitar que esas herramientas hagan un mal uso de su propósito. Una cosa es obtener estadísticas de uso y otra obtener datos sin permiso para vender a terceros, como anunciantes o agencias de opinión.
Proxy Web
La manera más eficaz de no dejar rastro en internet es interponer un intermediario entre nosotros, o nuestro dispositivo conectado, y el servidor del sitio web o servicio al que queremos acceder.
Un método consiste en emplear servicios de proxy web. Los hay en abundancia, muchos de ellos gratuitos y sirven para abrir un sitio web evitando bloqueos por ubicación o que guarden datos de nuestro dispositivo, ya que emplean un servidor propio para acceder por nosotros.
Por un lado, podemos usar un proxy web acudiendo a él desde el navegador o integrarlo en el navegador mediante complementos de proxy web.
Tor Browser
De menos a más. Si el proxy web no es suficiente, puedes acudir a Tor Browser, un navegador web basado en Firefox y disponible para Windows, macOS, Linux y Android.
Su propósito es que accedamos a internet de manera anónima, sin dejar rastro. Para ello emplea lo que se conoce como enrutación anónima, es decir, que no accederemos directamente a internet, el navegador Tor nos mostrará el contenido que ha pasado previamente por servidores o computadoras en otros países o lugares del mundo y que forman parte de su propia red.
Antiguamente, usar Tor era relativamente complejo, pero hoy en día es muy fácil gracias a que se integra en su propio navegador. Tan sólo tenemos que abrirlo y ya están habilitadas las opciones de seguridad. Es más, no sólo realiza esa enrutación anónima, también bloquea cookies, scripts y otros elementos como los mencionados antes y que hacen que un sitio web pretenda obtener información o datos de nuestro equipo sin permiso.
VPN
Para terminar esta lista de soluciones para acceder a internet sin dejar rastro, no podía faltar una mención a la tecnología VPN, de la que hablé largo y tendido en La importancia de usar VPN en tu día a día.
Empleando VPN, accederemos a internet a través de un servidor intermediario que está situado en otra ciudad o rincón del planeta. Así, si el servicio o sitio web que queremos usar intenta obtener información de nosotros, en su lugar verá datos del servidor VPN.
Hay una gran cantidad de servicios VPN, de pago y gratuitos. De estos últimos, los ejemplos más populares son Warp, la VPN gratuita de Cloudflare o la VPN de Firefox, que podemos probar gratuitamente si bien en el futuro será de pago.
Y hablando de navegadores, Opera integra su propia VPN gratuita que podemos activar y desactivar libremente.