El FBI (Oficina Federal de Investigaciones, por sus siglas en inglés), se está tomando muy en serio la llegada a los cines de la película Joker, de Todd Phillips. Después de meses de debate sobre la manera en el argumento muestra la violencia callejera y urbana, el aterrizaje en solitario de uno de los villanos más emblemáticos de la cultura pop se ha convertido en un evento público de proporciones considerables.

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Desde el anuncio que habrá agentes encubiertos en varias salas de cine de Nueva York, la alerta destacamentos policiales alrededor del país sobre posibles tiradores e incluso la prohibición de asistir al estreno con disfraces alusivos al personaje, es evidente que las autoridades norteamericanas dan por hecho pueda ocurrir un evento violento de mediana consideración en algún punto del primer fin de semana del film en la pantalla grande.

Ahora, la agencia de seguridad confirmó el jueves a The Hollywood Reporter que monitoreará y revisará las publicaciones relacionadas con la película en foros públicos y en redes sociales, con la intención de identificar evidencia de peligro de comportamiento violento. El procedimiento incluye análisis de textos e, incluso, la supervisión de material relacionado con el argumento del film que pueda publicarse en plataformas de uso público durante el fin de semana de estreno.

“Si bien nuestra práctica estándar es no comentar procedimientos de inteligencia específicos, el FBI está en contacto con nuestros agentes de la ley y socios del sector privado sobre las publicaciones en línea”, indica el comunicado. “Como siempre, alentamos al público a permanecer vigilante y a informar de inmediato cualquier actividad sospechosa a la policía”, añaden.

Se trata de toda una declaración de intenciones sobre la forma cómo la historia de Joker se está analizando a nivel cultural y social. Basada a nivel tangencial en uno de los personajes de la editorial DC, la reinvención del personaje imaginada por el guión de Todd Phillips y Scott Silver ha despertado controversia por el hecho de mostrar al Joker como un sobreviviente a la injusticia social y a las desigualdades del poder de Gotham, en lo que podría interpretarse como una versión cinematográfica de los cientos episodios de violencia armada acaecidos durante los últimos años en el país.

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La discusión explora también la posibilidad de que el discurso sobre el uso de la violencia en la película banalice las agresiones protagonizadas por los llamados incels o bajo el influjo de discursos nacionalistas y racistas, algo que tanto el director Todd Phillips como Warner Bros. negaron de manera enfática. La preocupación, sobre todo, proviene de los sobrevivientes a episodios de violencia como el ocurrido en el condado de Aurora (Colorado) en el año 2012, en el que un hombre que se identificó como el Joker, disparó contra una multitud que asistía a una de las funciones de estreno de Batman: The Dark Knight Rises, de Christopher Nolan.

Un escándalo incómodo

Warner Bros. Pictures

Hace poco, el estudio emitió un comunicado en el que insistió que no avalaba ni apoyaba la violencia armada, y el director Todd Phillips se quejó públicamente que otras películas con alto contenido de violencia y acción, no fueran criticadas de la misma manera que la suya. No obstante, un considerable número de críticos han insistido que Joker es una mirada sobre el temor latente de la cultura contemporánea sobre los elementos que pueden provocar la violencia.

Incluso, la periodista Stephanie Zacharek, de Time Magazine, advirtió que la película es de hecho “agresiva y posiblemente irresponsable”, una percepción que además profundiza con la certeza que se trata de un lienzo poco hábil en que podría reflejarse algunas pulsiones actuales sobre hechos armados. “Phillips puede querer que pensemos que nos trae una película sobre el vacío de nuestra cultura. Pero en realidad solo está ofreciendo un excelente ejemplo de ello”, insistió Zacharek.

Por su parte, ABC New informó que el FBI ha estado recibiendo consejos e informaciones sobre los protocolos de actuación en caso de “tiroteos masivos inespecíficos” relacionados con la película desde el mes de mayo, cuando fue proyectada para un público selecto y las primeras reacciones dejaron claro que la violencia era el argumento central del film. El canal obtuvo sobre las amenazas y lo que las diferentes autoridades podrían temer ocurriera, pero no dio detalles específicos al respecto.

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La controversia se extiende no solo a los créditos detrás de cámara de la película: Joaquín Phoenix, quien encarna al Joker, ha sostenido varios encontronazos con la prensa, debido a la insistencia de varios periodistas en conocer sobre su opinión acerca de la posibilidad que su interpretación del villano de Gotham pudiera inspirar tiroteos masivos.

El episodio más incómodo ocurrió a finales de septiembre cuando el actor abandonó una rueda de prensa que sostenía con el periódico británico The Telegraph después de ser interrogado de manera directa sobre la posible influencia de tono del Joker sobre el discurso violento y la reivindicación armada.

Durante los últimos meses, el director Todd Phillips intentó dejar muy claro que su película no tiene intención política alguna, a pesar de los temas álgidos en su argumento y al hecho, que gran parte del discurso relacionado con el personaje es muy semejante al esgrimido por algunos acusados de violencia armada.

“Creo que las películas son a menudo espejos de la sociedad, pero nunca son moldeadoras”, dijo Phillips durante el apoteósico estreno de la película en el Festival de Cine de Venecia. “Entonces, aunque (Joker) tiene lugar a fines de los 70 y principios de los 80, la escribimos en 2017. Así que inevitablemente, ciertos temas actuales forman parte de ella. Y no todos ven eso, algunas personas simplemente lo ven como una nueva versión de una historia de origen de Joker (…) ciertamente no es una película política (…). Creo que realmente depende de la lente a través del cual la ves”.

A pesar de la controversia, la película se perfila como uno de los éxitos del año, además de uno de los estrenos más importantes de Warner Bros. durante la última década. Para la tarde del jueves y a horas de su estreno mundial, su puntaje en Rotten Tomatoes era de 69% de aprobación, lo que le brinda la categoría de “Fresco”. Por otro lado, las predicciones en taquilla la ubican desde un éxito moderado hasta otro resonante, en una franja amplia entre los 50 millones de dólares hasta rozar la mítica marca de los 100 millones durante su primer fin de semana.

¿Se trata de una polémica y expectativa justificada? ¿Se convertirá el Joker en un clásico instantáneo o será la gran decepción de la temporada? El fin de semana conoceremos la respuesta.