A seis años del final de Breaking Bad, considerada una de las mejores series de televisión tanto por la crítica como por sus espectadores, Netflix ha estrenado el largometraje El Camino.

En esta secuela, que narra los hechos inmediatamente posteriores al final emitido en 2013, el actor Aaron Paul vuelve a encarnar a Jesse Pinkman para responder al interrogante sobre el destino de este icónico personaje.

Hemos conversado con Paul en una pequeña mesa redonda para que nos cuente más sobre la experiencia de volver al universo de Breaking Bad y qué podemos esperar a futuro. Esta entrevista tiene, por supuesto, spoilers. ¿Cómo fue volver al personaje de Jesse?

Tortuoso. Este tipo fue al infierno ida y vuelta, pero es bonito. El papel cambió completamente mi carrera, cambió completamente mi vida y quiero tanto a este hombre. Fue volver a visitar a este viejo, querido y torturado amigo. Fue bonito volver a ponerme en su piel. Se sintió muy familiar.

¿Ya conocías el destino de Jesse cuando terminó la serie de TV? ¿O te enteraste con el guion de la película?

Había quedado un poco a mi interpretación, al igual que para todos, porque ese había sido el final. Eso era todo. Pero tenía mis propias ideas de qué era lo que había pasado con él, había creado algo en mi cabeza, que creo que es algo que mucha gente, muchos fans también hicieron luego de ver el final de la serie. Y lo que yo supuse que había pasado con Jesse resultó ser bastante acertado. La gente me preguntaba “¿qué crees que ha pasado con él?” y yo les diría “pues creo que se ha escapado a Alaska”, y se está escondiendo en algún pueblo pequeño. Con suerte pueda encontrar algo de paz interior, pero se está escondiendo, hay gente persiguiéndolo. Lo están buscando. Así que… pensé que iba a ser un camino difícil para él.

¿Y se sintió como un cierre poder hacer esto?

Sí, 100%. Definitivamente más cierre [que el final de la serie]. Fue muy hermoso. Para mí fue perfecto el final de la serie, pero luego al leer el guion por primera vez, pensé “oh, gracias a Dios”. Este siguiente capítulo ya estaba aquí, y escrito de una forma tan hermosa. Pero, por supuesto, esto viene de Vince [Gilligan] y creo que hizo un trabajo increíble, y como director también. Es un trabajo hermoso.
¿Sabes si Vince o el equipo tiene intenciones de hacer más películas del universo de Breaking Bad?

No tengo idea. Yo creía que nos habíamos despedido de este mundo hace varios años, y luego hicieron Better Call Saul, que es la precuela, la historia de cómo llegó a ser Saul Goodman. Y ahora estamos aquí, seis años después, con El Camino. Así que, sabes, creo que las posibilidades son realmente ilimitadas dentro del universo de Breaking Bad, ya sea con estos personajes o con otros que aún no conozcamos.
Pero quién sabe. Yo fui feliz de decir adiós en ese momento, y estoy feliz diciendo adiós ahora.

Al comienzo de la película Jesse está en un estado mental muy precario. ¿Cómo te preparaste para eso?

Para serte sincero me resulta bastante fácil con este personaje en particular, porque lo conozco tan bien que puedo sumergirme en profundidad con facilidad. No me cuesta llegar a ese lugar porque he vivido y respirado cada momento de la vida de este hombre. Dicho eso, ese día de filmación en particular, cuando está escapando, y gritando riendo y llorando, probablemente fue el día más difícil de grabación, porque había muchos ángulos de cámara, y muchos planos especiales. Fueron muchas horas mías en ese auto gritando, lo cual es muy… interesante.

En la película también se vuelve a etapas anteriores de la vida de Jesse. ¿También te resultó fácil volver a esos momentos?

Sí, de nuevo, lo conozco tan bien que me encantó poder representar todos esos lados distintos de Jesse. En especial las escenas con Krysten Ritter, que hace una Jane tan maravillosa, y también con Bryan Cranston. Eran los días más tranquilos. Había un poco de sangre derramada, aunque no tanta, pero para Jesse, él estaba feliz, estaba enamorado. Iba a cocinar un montón de metanfetaminas, y hacer un montón de dinero.

¿Ves alguna parte tuya reflejada en Jesse?

No mucho. Quizás, espero, la bondad. Creo que es una buena persona que ha hecho cosas terribles, pero creo que tiene un gran corazón y por eso la gente le quiere. Pero ha hecho cosas terribles, imperdonables, cocinó y vendió metanfetaminas un largo tiempo, destruyó la vida de personas, asesinó a personas. Pero es un buen tipo. [Risas]

Pero en realidad eso es todo. Lo amo hasta la muerte, pero no veo mucho de mí en él. Creo que es una buena persona que ha hecho cosas terribles, pero creo que tiene un gran corazón

¿Pusiste alguna condición al momento de aceptar este proyecto? ¿Había algo que te hubiera hecho rechazarlo?

Para ser sincero, no. Cuando recibí el llamado de Vince y me dijo que tenía esta idea… bueno, primero me preguntó si estaría interesado en volver a encarnar a Jesse Pinkman, porque él tenía esta idea que creía sería una buena línea para una película. Pero que no quería ponerse a escribir el guion si yo no estaba interesado. Le dije “Vince, te seguiría hasta a un incendio. Confío en ti con mi vida, me diste una carrera, haré lo que sea que me pidas. Te debo eso y más”.

Luego él dijo “mira, no haré ninguna promesa, si termino el guion y no es bueno, no lo hacemos, no hay razón”. Y siete meses después me llamó y me dijo que había terminado el guion. Me dice “quedó bastante bastante bien”. Fui a su oficina y me recosté en un sillón como este de aquí, y me puse a leer el guion, rodeado de souvernirs de sus películas o series que lo habían inspirado. Estaba solo, pasando las páginas. Y era un viaje tan asombroso. De hecho era un poco más largo, mucho fue cortado. De hecho la duración original del film iba a ser de tres horas, así que se ha cortado un tercio del guion.

En el momento que terminé lo llamé por teléfono y me pregunta si estaba a bordo. Le respondí “¿estás bromeando? Claro que estoy a bordo. Hagámoslo”.

Durante la serie el protagonismo estaba dividido entre Walter y Jesse, pero en la película todo el peso del protagónico cayó sobre ti. ¿Fue diferente?

A decir verdad, no realmente, porque había muchas veces en las que Bryan no estaba ahí, incluso en escenas clave de la serie. La única diferencia era que su presencia, su energía en el set era tan eléctrica, y yo aprendí tanto de él, trabajando a su lado tantos años. Así que traté de llevar conmigo esa inmadurez al set. Porque él es la persona más profesional e inmadura con la que he trabajado en mi vida. Pero es una gran combinación, porque él no podría ser más profesional ni estar más preparado. Pero al mismo tiempo decía “estamos haciendo entretenimiento, nos estamos divirtiendo, hagamos eso. Divirtámonos y bromeemos, y seamos serios cuando tenemos que ser serios”. Así que fue diferente sin él.

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