Esta noche se verán muchos disfraces diferentes por las calles de ciudades de todo el mundo. Sin duda, dado el éxito de la última película de DC, podremos ver más de un Joker, con su nuevo traje rojo, diferente al que estamos acostumbrados. Esa posiblemente sea la gran novedad, que se mezclará con los clásicos de siempre: brujas, zombies, hombres lobo, calabazas y, por supuesto, vampiros. ¿Pero qué vampiros? No olvidemos que tanto la literatura como el cine han representado imágenes muy diferentes de este personaje fantástico, desde el elegante conde Drácula hasta el adolescente, con piel de purpurina, Edward Cullen. Unos con apariencia más parecida a la humana, otros más similares a monstruos, unos cuantos con cierta empatía, muchos rebosantes de crueldad, pero todos con un punto común: su sed por la sangre, preferiblemente humana. Todo esto no deja de ser ficción, ¿pero qué pasaría si fuera real? ¿Y si algún extraño virus convirtiera a las personas en vampiros o si, simplemente, unos cuantos de ellos irrumpieran en una ciudad y comenzaran a morder a quienes encontraran a su paso? Puestos a imaginar, todo puede pasar. Es una buena pregunta que hacerse en Halloween.

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De hecho, algunas personas no solo se la han hecho, sino que han calculado cuánto tardaríamos los humanos en sucumbir. Es precisamente de lo que se ha encargado Dominik Czernia, un físico del Instituto de Física Nuclear de Cracovia, que recientemente tuvo la idea de crear una calculadora en línea para que cualquiera pueda pasar un rato divertido imaginando diferentes escenarios en los que vampiros y humanos conviven. ¿Quién ganaría? Las matemáticas tienen la respuesta.

El depredador y la presa

Para llevar a cabo sus cálculos, Czernia partió de un modelo matemático, conocido como “modelo del depredador y la presa”. En él, se establece un escenario hipotético en el que solo existen dos especies, en las que una es depredadora de la otra: leones y cebras, zorros y gallinas, gatos y ratones… Todo vale.

Sean los protagonistas que sean, la situación siempre sería parecida. Si la población de presas aumenta lo hace también la de depredadores, pues dispondrán de más alimento, pero si esta última se hace más grande las presas terminarán desapareciendo y ellos también morirán de inanición. Puede que las víctimas no sucumban totalmente, pero sí lo suficiente para que los que se alimentan de ellas pasen un periodo de hambre, hasta que puedan recomponerse. En ese caso, suponiendo que hablamos de zorros y gallinas, ¿cuántas gallinas morirán? ¿Durante cuánto tiempo pasarán hambre los zorros? ¿Morirá alguno mientras tanto? Estas preguntas se pueden resolver con un sistema de ecuaciones diferenciales, conocidas como “ecuaciones de Lotka-Volterra”, aunque para ello se deben establecer una serie de condiciones: que el ecosistema esté aislado, sin migraciones ni otras especies que intervengan, que la población de presas en ausencia de depredadores crezca exponencialmente y la de depredadores se reduzca del mismo modo si no hay presas, que la población de depredadores afecte a la de presas haciéndola decrecer de forma proporcional al número de presas y depredadores y que la población de presas afecte también a la de depredadores, pero con una proporcionalidad diferente.

Todo esto es lo que el físico polaco tuvo en cuenta para elaborar una calculadora en la que, lógicamente, el depredador es el vampiro y el humano la presa. El usuario puede cambiar un gran número de parámetros. Para empezar, puede seleccionar el número de humanos del que se parte antes de comenzar el apocalipsis vampírico. Además, es posible seleccionar a qué ritmo aumenta la población humana y la probabilidad de que se transformen en vampiros al ser atacados por uno de ellos.

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En cuanto a los depredadores, se debe seleccionar cuántos hay en un principio, con qué regularidad atacan y si existen vampiros inteligentes. Estos son aquellos cuya perspicacia les hace conscientes de que si los humanos desaparecen lo hacen ellos también, de modo que dejarán de atacar cuando la población de presas comience a mermarse.

Además, es posible añadir la existencia de asesinos de vampiros. Todo cambia con un Van Helsing en la población. O con varios, eso queda a elección del jugador.

Finalmente, se selecciona la escala de tiempo escogida y, voilá, automáticamente aparecerá una gráfica en la que se ve cómo aumenta la población de vampiros y decrece la humana. Todo depende de los parámetros que hayamos elegido, pero la cosa pinta mal para los humanos. No hay más que ver el modelo que viene como ejemplo, en el que una situación inicial de 1.650 millones de personas y un solo vampiro acaba con la aniquilación de los humanos en menos de 31 meses. Sin duda, la cosa cambia introduciendo factores favorables a los humanos, pero aun así lo tienen bastante complicado. Comprobarlo y jugar un rato con la calculadora es sin duda un plan diferente para calentar motores para la noche más aterradora del año.