La enfermedad de Lyme es uno de los trastornos que puede provocar la picadura de una garrapata en humano, ya que no solo son fuente de infección para nuestros animales, ya sean de granja, compañía o salvajes. Sin embargo, no es el único que se puede dar ya que se sabe que hay un tipo de garrapata que causa alergia a la carne roja.

Pero, ¿cómo es posible que una simple picadura te lleve a dejar de lado ciertos tipos de carne? Parece que un nuevo estudio publicado en la revista científica The Journal of Immunology la pasada semana buscaba conocer cuál es el mecanismo por el que la garrapata estrella solitaria, más conocida entre los científicos como Amblyomma americanum, consigue que dejes de comer carnes rojas.

Esta garrapata, que habita principalmente en Estados Unidos y México, necesita alimentarse de la sangre de humanos, venados de cola blanca, pequeños mamíferos y pavos salvajes, para completar cada etapa de su ciclo de vida. Pero a las personas las convierte de por vida a una en alérgicos a la carne roja. Y parece que los investigadores han tenido éxito buscando respuestas, aunque todavía queda trabajo por hacer hasta encontrar un tratamiento o cura que termine con la pesadilla de los carnívoros que la sufren.

Al tratarse de una picadura indolora, suele pasar desapercibida. Sin embargo, cuando la estrella solitaria (y también la garrapata de patas negras, más conocida como Ixodes scapularis) pica una persona también puede infectarla con bacterias Ehrlichia chaffeensis, E. ewingii o E. muris eauclairensis. La rliquiosis son las infecciones causadas por este tipo de bacteria, que pueden provocar síntomas como "fiebre, escalofríos, dolor de cabeza, dolores musculares y, a veces, malestar estomacal", tal y como detallan los Centros de Control de Enfermedades (CDC por sus siglas en inglés). "La doxiciclina es el tratamiento de elección para adultos y niños de todas las edades con erliquiosis", añaden.

Cómo se producen las alergias

Desafortunadamente para ciertas personas, esta infección bacteriana también puede provocar alergia al azúcar alfa-gal, presente en las carnes rojas y algunos otros productos (como los lácteos, el cerdo o, incluso, el cordero).

Así pues, cuando la persona infectada con erliquiosis come alguno de estos alimentos, se produce una reacción alérgica a este carbohidrato que se encuentra en la mayoría de las membranas celulares de los mamíferos. A pesar de que ya no puede consumir estos productos, siempre le quedarán el pollo, el pavo, el pescado e, incluso, carne de primates sin problema alguno. Pero nada de comer carnes rojas.

Aunque puede parecer una alergia alimentaria típica, no es así ya que suelen dar negativo en las alergias a la carne y la constricción de las vías respiratorias y la disminución de la presión arterial puede producirse entre tres y ocho horas después de consumir la carne. Pero, ¿qué han encontrado los investigadores?

No se sabe cómo se produce esta alergia, por lo que es importante entender el "mecanismo subyacente" que la desencadena, según explicó la pasada semana en un comunicado de prensa Loren Erickson, autor del estudio.

Una garrapata que se autoclona acorrala a los neoyorquinos

La investigación ha consistido en crear un modelo animal de esta alergia a la carne. Sin embargo, para ello primero tuvieron que modificar genéticamente roedores ya que los animales producen alfa-gal de forma natural. Cuando tuvieron un grupo de ratones con deficiencia de este azúcar, descubrieron que la respuesta inmune a alfa-gal se asociaba con tener una gran cantidad de células B, que son glóbulos blancos que forman parte del sistema inmunitario y se dedican a crear anticuerpos, es decir, forman parte de las células que defienden a nuestro cuerpo de organismos extraños.

Por desgracia, este estudio no resuelve todas las dudas, todavía quedan muchas por responder: ¿cómo puede conducir una pequeña picadura hasta la intolerancia al alfa-gal en el intestino? ¿Por qué la alergia a la carne solo surge en algunos pacientes?

No obstante, lo que han descubierto sobre los linfocitos B ayudará a los investigadores a acercarse, cada vez más, a esta curiosa alergia. Y, quizás, sabiendo más sobre ella se pueda llegar a encontrar un tratamiento.

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