Como icono de la cultura pop, el Joker atravesó durante las últimas décadas una extraña reinvención que lo llevó a convertirse en algo más que el archienemigo de Batman. A mitad de camino entre la amoralidad y el caos, el personaje encarna cierto tipo de maldad que, traducida a la pantalla grande, comienza a generar preocupación sobre cómo se percibirá el discurso sobre la violencia que lleva aparejada su historia o al menos, la que Todd Phillips ha imaginado para el personaje en su primera gran película en solitario.
Violencia y el cine: ¿un binomio peligroso que resurge con el estreno de ‘Joker’?
¿Por qué ahora mismo la tenebrosa figura el príncipe payaso de Gotham encarna los peores temores culturales? De Incel a posible instigador de violencia armada, la forma como se analiza al Joker en la actualidad es una extraña combinación de elementos culturales difíciles de clasificar, sobre todo, porque aún no está del todo claro el motivo por el cual el personaje parece haberse convertido en la actualidad, en la metáfora de algo más oscuro, siniestro y potencialmente peligroso.
El corto documental The Joker: A History of Batman’s Most Essential Enemy producido y compilado por la Birth.Movies.Death, intenta responder las preguntas y hacerlo, desde el trasfondo del personaje como icono del mundo del cómic y posteriormente uno de los más carismáticos de la pantalla grande:
El trabajo, que explora la historia del príncipe del crimen desde su primera aparición en la década de los cuarenta, brinda contexto a la gran interrogante del motivo por el cual, el villano de historietas ha llegado convertirse en un monstruo nihilista con la suficiente influencia cultural como para provocar una reacción concreta relacionada con lo que la película Phillips en teoría muestra.
Como se recordará, el director admitió que se basó muy poco en la historia del cómic del personaje para llevar adelante su película, aunque aun así, algunos críticos han insistido que hay una considerable semejanza entre el personaje encarnado por Joaquín Phoenix y el descrito por Alan Moore en su novela gráfica fundacional The Killing Joke publicada en 1988. El corto, además, muestra el peso real del Joker como símbolo de la decadencia norteamericana en toda su carga referencial. Una percepción que, durante décadas, ha sido motivo de debate.
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El dibujante Jerry Robinson dijo más de una vez que el Joker fue concebido para “destruir los valores de Gotham”. Criminal y asesino, también forma parte de cierta idea sobre el mal a mitad de camino de lo comprensible y lo repudiable. Dos rostros de una misma idea que jamás llegan a completarse y que Phillips está utilizando para crear un personaje al que humaniza hasta convertir en una especie de héroe de su propia desgracia. El documental reflexiona sobre la contracultura que intenta definir al Joker, así como discurso social que destruye la visión del héroe desde sus cimientos.
Por ahora, la película Joker de Todd Phillips está levantando una considerable polémica. En parte, debido a la posibilidad que el personaje pueda sustentar el discurso violento que ha provocado enfrentamientos armados y tiroteos a lo largo de EE.UU. durante los últimos años. Para su estreno, se han tomado extremas precauciones que deja muy en claro, que las autoridades estadounidenses se están tomando muy en serio la posible amenaza que el mensaje del Joker puede representar.
¿Se trata de un temor justificado o parte de un fenómeno de Marketing? El documental de Birth.Movies.Death intenta responder las preguntas o al menos, brindar contexto para su posible respuesta.