Que las temperaturas en Europa están batiendo récords este año es algo que está más que claro. Y eso, por supuesto, tiene sus consecuencias. Las intensas olas de calor que han azotado el continente los últimos meses no han venido solas, sino acompañando a largos periodos de sequía en regiones en las que normalmente las lluvias y la humedad eran algo de lo más habitual.

Esto puede deducirse al consultar los datos publicados por el Observatorio Europeo de Sequía, pero más aún si se observa el exhaustivo análisis que ha hecho de ellos Gregor Aisch, director tecnológico de Datawrapper y editor de gráficos en The New York Times. En él se observa en un mapa animado la evolución que ha seguido la aridez del suelo europeo desde enero 1995, y también algunos otros gráficos que ponen de manifiesto una triste realidad: que Europa se está secando.

La infernal ola de calor europea resumida en una animación

El mapa de la verdad

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El primer paso de Aisch fue elaborar un mapa animado de Europa y el norte de la costa de África, en el que se pueden ver en marrón las zonas en las que el suelo estaba más seco de lo normal y en azul las que tenían más humedad de la habitual.

A medida que pasan los meses y los años se observa cómo los azules disminuyen y los marrones aumentan. Fijar la vista en un punto concreto puede ser bueno para observar la evolución. Por ejemplo, si nos centramos en mirar la evolución de Islandia, veremos cómo al principio predomina el blanco (niveles normales de humedad), pero poco a poco van siendo más extensas las zonas coloreadas de marrón. Además, se puede ver que 2003 fue un año especialmente seco, por culpa de la ola de calor que tuvo lugar en ese momento, pero que desde 2018 la situación se ha hecho incluso peor que entonces.

El infierno se extiende: así afecta la ola de calor al resto de Europa

Sin embargo, y a pesar de que se observan ciertas tendencias, el periodista de The New York Times pensó que esto no era suficiente, por lo que decidió ir más allá y contar los píxeles en las imágenes del mapa para calcular el porcentaje del área afectada por cada condición (aridez y humedad). Esto daba nuevos datos interesantes, pero estaban acompañados de mucho ruido o, lo que es lo mismo, información aleatoria que se confunde con la original y puede dar lugar a resultados confusos. Para eliminar este ruido, procedió a introducir los datos en el software estadístico R y ejecutar en él un análisis de regresión de Loess, cuya función es precisamente detectar tendencias detrás del ruido. Por fin, pudo demostrar de una forma más clara que desde 2018 el área más seca de lo normal ha sido más grande que nunca.

Es algo que probablemente muchos habitantes de Europa ya intuían, pero no hay nada como un gráfico para dejar bien clara la situación. Al fin y al cabo, una imagen vale más que mil palabras.

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