Europa está viviendo este año algunas de las olas de calor más crudas de su historia. El mes pasado países como Alemania tuvieron que restringir la velocidad en algunos tramos de autopista, por miedo a que las elevadas temperaturas resquebrajaran el asfalto, mientras que algunos de los partidos del mundial de fútbol femenino celebrado en Francia peligraban por las cifras de calor históricas que se alcanzaron. Además, otros países, como Suiza o Bélgica, sufrieron las consecuencias de esta situación infernal.
Poco después el calor parecía haber dado una tregua, pero no se ha hecho mucho de rogar, pues ya está de nuevo aquí, ahora con mucha más fuerza que el mes pasado. Otra vez se espera batir récords de temperaturas en varios países europeos, incluso en algunos que se libraron de lo sucedido el mes pasado. Se ve claramente en la animación que acaba de elaborar la Agencia Espacial Europea (ESA), en la que se sucede el mapa con la situación del pasado 26 de junio y lo ocurrido ayer, 25 de julio. La diferencia, aunque hace 30 días pensáramos que no podría ser peor, es preocupantemente grande.
Arde Europa
En la imagen se puede ver cómo las zonas que el mes pasado sólo se colorearon de amarillo o naranja claro se tornan ahora de un rojo intenso, que denota claramente lo que ocurre.
España es una de las claras afectadas, en las que más se nota la diferencia, pero también lo son otros países ubicados más al norte. Dar un paseo por la ciudad del amor y la luz se convertía ayer en una tortura, pues en París se registraron temperaturas de 41ºC, que superaban el récord establecido en 1947. Además, otras partes del país alcanzaron cifras aún mayores, llegando incluso a los 45ºC.
También Alemania, Hungría, Polonia, Austria, República Checa y Eslovaquia experimentaron una situación sin parangón y otros, como Italia y España, han lanzado alertas rojas, pidiendo a la población que evite los viajes y se mantenga hidratada.
El infierno se extiende: así afecta la ola de calor al resto de Europa
El mapa en el que se observa a la perfección la evolución de ambas olas de calor se ha elaborado gracias al Radiómetro para la Temperatura Superficial del Mar y la Tierra (SLSTR) del satélite Sentinel-3, de Copernicus. Es un método de medición importante, ya que otras herramientas se centran en los valores de temperaturas del aire, mientras que este instrumento analiza la cantidad real de energía radiada por la Tierra, de modo que se representa la temperatura del suelo con mayor fidelidad. Además, se representan en blanco las nubes y en azul las áreas cubiertas de nieve; que, por supuesto, escasean.