El mes del orgullo LGTBI+ concluye hoy en Madrid con la manifestación y desfile de carrozas que recorrerán la capital reivindicando los derechos del colectivo. El cine y la televisión son dos grandes exponentes a la hora de hacer un balance sobre la aceptación social de la comunidad LGTBI+, ya que sirven para normalizar su mera existencia. Así, mientras que es bastante habitual ver películas o series con personajes gay, es mucho más infrecuente encontrarnos con lesbianas, bisexuales y personas trans.
De hecho, el informe anual de GLAAD (Alianza Gay y Lésbica contra la Difamación) de 2018 revela que no apareció ni un solo personaje trans en las 110 películas estrenadas por las grandes productoras. Pero si hay un grupo LGTB+ infrarrepresentado ese es el de las personas de género no binario.
Nuestra sociedad avanza con pasos de bebé en el reconocimiento y aceptación del colectivo, por lo que muchas personas aún desconocen la existencia de identidades de género más allá de ser hombre o mujer. Esta idea parte del concepto de que el género no es una moneda de doble cara en la que puedes ser una cosa o la otra, sino que hay un gran espectro de identidades fuera del binarismo. Al fin y al cabo, los géneros binarios -hombre y mujer- no son más que un constructo social, una invención humana para distinguir a las personas según sus genitales.
Lo que nos queda por aprender sobre representación trans en el cine
Las personas de género no binario son aquellas que no se identifican ni como hombre ni como mujerr. Aquí caben muchísimos matices, por lo que existen una gran variedad de subetiquetas -género fluido, agénero, genderqueer- y de pronombres con los que cada persona puede sentirse más cómoda. En España, por ejemplo, muchas personas de género no binario emplean la "e" como género neutro para referirse a sí mismas, aunque su uso todavía no está reconocido por ninguna institución.
El desconocimiento y la falta de interés para remediarlo dejan un resultado desolador en el panorama audiovisual: el informe de GLAAD solo encontró cuatro personajes no binarios el año pasado. Todos pertenecían a series de televisión.
La representación está en las series
Hollywood todavía no se ha lanzado a introducir personajes no binarios en las grandes producciones de cine y no por falta de oportunidades. Sin ir más lejos, el MCU podría haber explorado la identidad de género de Loki, ya que en los cómics se presenta como no binario o de género fluido. El dios del engaño aparece en más de un ocasión en forma "de mujer" y expresa claramente que su género no puede encasillarse. Sin embargo, su paso por el cine marvelita no ha desvelado nada al respecto. Tal vez están esperando al estreno de su serie en Disney+.
Desde luego, la única representación de géneros no binarios hasta la fecha la hemos encontrado en las series. La guionista Rebecca Sugar, que también se identifica como mujer de género no binario, es la showrunner de *Steven Universe*. Esta serie de animación de Cartoon Network refleja una de los productos más diversos e inclusivos dirigidos al público infantil. La mayoría de sus personajes no tienen un género definido, ya que no son humanas, sino "gemas de cristal", una especie alienígena.
Es bastante común emplear este tipo de recurso para representar géneros fuera del binarismo, ya que resulta más fácil de comprender para el público general. Sucede lo mismo con el Doctor Who, por ejemplo, que en su última temporada ha sido interpretado por primera vez por una mujer, Jodie Whittaker. También con los protagonistas de *Good Omens*. Neil Gaiman, co-escritor de la novela original, ha afirmado que los ángeles y los demonios no comparten nuestra visión del género ni del sexo.
Sin embargo, cuando se trata de representación real, humana y explícita de géneros no binarios la cosa se complica y hay muy pocos ejemplos. Uno de ellos es el personaje de *Asia Kate Dillon en Billions**, que se sitúa como el primer personaje no binario de la televisión estadounidense. Dillon entró a formar parte del reparto de Billions* en la segunda temporada y continúa a día de hoy. Ha afirmado en varias ocasiones que este personaje le ayudó a comprender mejor su identidad género. En esta entrevista en el show de Seth Meyers reivindica que “no tengo por qué cambiar mi cuerpo para ser válida como persona no binaria”.
Dillon se identifica como una persona de género no binario y emplea el pronombre neutro "they", que en nuestro país podríamos traducir como "elle". Es el caso también de Lachlan Watson, le joven actore que da vida a Theo en *Las escalofriantes aventuras de Sabrina. Durante la primera temporada de la serie, su personaje no tiene género definido, ya que está sumergido en un proceso de autodescubrimiento para entender quién es. Watson ha declarado que en la serie tuvieron muy en cuenta su punto de vista y su experiencia personal para el desarrollo del personaje, lo que seguro ayudó a que la representación fuera tan cuidada. En la segunda temporada se desvela finalmente como chico trans.
Otro gran ejemplo de representación no binaria en las series es el de One Day at a Time, la sitcom* cancelada por Netflix que nos presenta el día a día de una familia cubanoamericana. En la segunda temporada se introduce al personaje de Syd (Sheridan Pierce), una persona de género no binario que se identifica con el pronombre "they" ("elle") y que además es novie de la protagonista. La serie es una de las más inclusivas del panorama actual y aprovecha este personaje para explicar otras opciones en cuanto a la identidad de género. Pese a no pertenecer al núcleo familiar, Syd es un personaje importante en la trama y su aportación sin duda ayuda a visibilizar al colectivo.
Otras series, como Degrassi: Next Class también desarrollan algún personaje secundario de género no binario. Además, empieza a ser frecuente reflejar infancias diversas: niñes que no están del todo conformes con el género que les asignaron al nacer . En Years and uyears, Gypsy o Chicas buenas observamos esta clase de situación, en las que además la familia es un apoyo total, lo que sienta un buen precedente para el futuro.
Lo que no se ve no existe
La representación importa. Entre otras cosas, porque lo que no se ve no existe. Aquello de lo que no se habla se convierte en tabú. Invisibilizar el colectivo LGTBI+ tiene consecuencias muy graves para los jóvenes, que crecen pensando que su identidad o su orientación sexual no es válida, que están solos o que les pasa algo raro.
Lara -nombre ficticio- tiene 22 años y se identifica como persona no binaria de género fluido, pero hace relativamente poco que puede ponerse esta etiqueta. De pequeña, se sentía “muy identificada” con Mulán porque “para mi oscilaba entre los géneros masculino y femenino”, así como muchos jóvenes trans hacen una lectura de género de La Sirenita, por ejemplo. Faltos de representación explícita buscamos referentes con los que sentirnos validados.
Lara no recuerda haber visto a ningún personaje que representara su identidad hasta Steven Universe y afirma que “hubo momentos en mi vida que me daba miedo decirlo al pensar que se podría tratar de algo relacionado con una enfermedad mental”. Esta situación podría haberse remediado si las personas no binarias recibieran más atención en los productos mediáticos. Miles, persona no binaria de 17 años, lo tiene claro: la representación es esencial “para que la gente sepa que existimos y que es normal sentirse así”, sentencia.
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One Day at a Time ofrece una representación magnífica gracias al personaje de Syd, pero llega a un público muy reducido y, de hecho, es la razón de que Netflix la cancelara, aunque por suerte, Pop TV retomará su emisión. Por eso es primordial dar espacios y oportunidades a proyectos como este y a equipos creativos diversos para que puedan llegar cada vez a más gente. Hasta que ser de género no binario esté completamente normalizado.